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El Indigenismo Pictorico Del Peru


Enviado por   •  9 de Julio de 2015  •  1.452 Palabras (6 Páginas)  •  398 Visitas

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INTRODUCCIÓN

El presente trabajo está basado en el indigenismo sobre el desarrollo, entorno y pintura, desarrollado en el siglo XX por los pintores más conocidos en ese tiempo. El indigenismo en el Perú marcó un hito significativo, al cual apoyaron grandes intelectuales como José Carlos Mariátegui, influyó en la literatura, música, danza optimismo por el comienzo de una nueva era.

MOVIMIENTO INDIGENISTA

Desarrollo, entorno y pintura

A inicios del siglo XX, el Perú vivía una etapa de cambios importantes en el contexto histórico de la sociedad. El ambiente estaba cargado por un intenso sentimiento de afirmación nacional y optimismo por el comienzo de una nueva era. Atrás habían quedado los penosos residuos o rezagos de la guerra del Pacífico. Ante ello, la generación que se avecinaba pretendía conglomerar las masas populares con ideas nuevas y cimentar una identidad nacional. Uno de los inicios de este sendero es el “Movimiento Indígena” o comúnmente llamado “Indigenismo”.

El Gamonal. José Sabogal

En el ámbito pictórico tenemos a José Sabogal como su máximo representante y precursor de esta corriente. Sabogal se encargó de difundir esta corriente en todas las clases sociales y con una aceptación que imprescindible. Ante ello, distintos autores e intelectuales se unieron y fomentaron el redescubrimiento y revaloración

de la temática peruana que se había resquebrajado por los conflictos ocurridos en las instancias finales de la República Aristocrática. Por nombrar a algunos tenemos a Camilo Blas, José Carlos Mariátegui, Manuel González Prada, Víctor

Raúl Haya de la Torre, Jorge Basadre, César Vallejo, entre otros. El auge del movimiento indigenista duró aproximadamente 20 años.

El movimiento indigenista significó una afirmación total de lo autóctono frente a lo foráneo. Evadió toda costumbre antes vista y que en tiempos arcaicos se relegaba a una nueva tradición y modo de vida. A tal punto que podemos afirmar que esta corriente de pintura entró en una etapa decisiva de la modernidad del siglo XX con la incursión de la mujer en las artes plásticas peruanas. Julia Codesido (1892 – 1979) y Teresa Carvallo (1903 – 1988) fueron excelentes exponentes de la pintura indigenista. En cuanto a Codesido, su pintura pasó por muchas etapas fue alumna de Sabogal y su trazo era muy parecido. En sus años finales como plástica, sin perder lo propio, se relacionó con el expresionismo europeo. Carvallo también aportó al movimiento con su pintura de corte costumbrista vinculada a la costa, de intenso colorido.

Lastimosamente, el Indigenismo no dejó simpatizantes, ni relaciones con algún otro grupo que no se haya establecido, enlazado y graduado en la Escuela de Bellas Artes. El fin de esta corriente tuvo lugar en el año 1943 con la salida definitiva de Sabogal de la Escuela de Bellas Artes por conflictos administrativos. Sin embargo, el movimiento despertó la conciencia del país hacia la revaloración a lo propio. Algunos estudios relatan que tras la salida de Sabogal de la EBA se generó una corriente hernandina con un “gusto afrancesado academicista” y entre estas dos corrientes antagónicas nació el estilo Neoperuano. Esta nueva corriente continuó con los temas enseñados en la corriente indigenista, pero con una excelencia plástica en lo que concerniente a la ejecución pictórica. En otras palabras, en el trazo suave, preciso y con un acentuado paisaje que salta de lo empírico. Es de suma importancia hablar de ella, pues sus seguidores han sido considerados como “indigenistas independientes”.

A modo de conclusión quisiéramos recalcar que con Sabogal, y a partir de él, lo peruano, lo indígena, lo vernacular y lo propio adquieren un nuevo sentido: se inició una recuperación valorativa y caló en los espíritus de todos los hombres quienes cambiaron la vergüenza por el orgullo, el olvido por el rescate, el desprecio por la valoración. Aquello que llamamos búsqueda de identidad puede bien tener sus raíces en aquellos años.

PINTURA INDIGENISTA

1920- 1940 aproximadamente.

Al volver algunos artistas a su tierra, saturados de nostalgia y portando un mensaje de amor a los suyos, surge la pintura indigenista ávida de emoción local, deseosa de gozar y transmitir la belleza temática, formal y cromática de nuestros pueblos y de nuestros tipos.

Tuvo el indigenismo su momento, laboró y produjo su aporte de claro y evidente nacionalismo, pero mirado con el desdén que se dispensa a lo aldeano, tuvo que pasar también y ceder camino a la reacción surgida en la lógica rutina de cambio dentro de la inmensa rueda del tiempo.

Efímera,

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