El Misterio de los Tambores Mágicos

El Misterio de los Tambores Mágicos

Había una vez un niño llamado Carlos, a él le contaban muchas historias de unos tambores mágicos que estaban rodeados de trampas y un gran alebrige guardián.

Después de varios años su padre quien que contaba muchas historias falleció pero antes de morir le dejo un cofre lleno de secretos y también de artefactos ancestrales como espadas místicas y un libro sagrado pero como Carlos estaba muy triste nunca quiso abrirlo y dijo que cuando tuviera 18 años abriría el cofre.

Y así fue, al cumplir los 18 abrió el libro, se sorprendió porque había una carta que decía que él era de un club de aventureros en Francia. Después de unas semanas emprendió el viaje a Paris, Francia y buscó una montaña a la cual se refería el libro. Se tardo mucho pero al final encontró la montaña, en ella de la nada apareció un mago y junto con el había un ejército de soldados de piedra. El mago era el primer percance pues lo primero que le dijo era que tendría que recorrer y vencer todas las trampas o morir en el intento. La primera prueba era vencer al mago y tras una dura batalla logró vencerlo.

De repente, una puerta se iluminó, se abrió, entró y se encontró un gran laberinto lleno de acertijos y trampas. El laberinto no iba a estar tan fácil pues además de las trampas, estaba protegido por guerreros que guardaban muchos secretos.

Estaba tan oscuro que no podía ver nada, pero con el casco de visión nocturna que había en el baúl, logró pasar las trampas sin problemas excepto una la bola de lava que lo siguió desde el principio del camino. Después de unas horas de estar caminando, encontró una mesa llena de llaves entonces agarró la llave más hermosa y la más fea. Siguió su camino y por fin pudo encontrar la salida.

Cuál fue su sorpresa cuando encontró una cuerda floja al final del camino. La cuerda floja tenía sensores y al tocarla rápidamente salían flechas disparadas, y por si eso fuera poco había unas piedras colgantes. En el baúl encontró unas alas, así que se las puso y trató de esquivar las piedras con ellas, desafortunadamente una piedra le pegó en el ala izquierda miró abajo y vio que era un piso sin fondo, de repente empezaron a brotar bolas de fuego y si se caía se podía morir quemado o por unas estalagmitas gigantes y puntiagudas amenazaban con enterrarse en su cuerpo.

Colgado de la cuerda floja intentó llegar al final, casi al llegar al final, subió y dio un salto gigante y justo después que llegó al final se rompió la cuerda.  Ya muy cansado llego al mítico estanque de Yusenkyo, ahí había un guerrero japonés le dijo que para poder obtener los tambores mágicos tenía que enfrentarse a él empezaron a luchar la pelea parecía interminable pero al final Carlos pudo ganar la pelea y el guerrero japonés cayó a un lago en ese lago había una maldición y era que todos los que cayeran ahí se convertirían en patos.

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