El Oficio Del Lector

EL OFICIO DEL LECTOR

Al comenzar la lectura de un texto, nos encontramos con diferentes formas de mensajes, los cuales están destinados a que el lector pueda realizar una mejor comprensión y actualización del mismo. Para ello, el lector debe tener en cuenta dos pasos básicos. El primero, referido a identificar palabras desconocidas y renovar su léxico. En segundo lugar, hacer un trabajo de inferencia, lo cual significa extraer información del conocimiento previo del lector para completar lo implícito. Dichos pasos son fundamentales para la obtención de una representación final coherente.

Puede observarse un ejemplo de inferencias, en la historieta Inodoro Pereyra “EL RENEGÁU” de Fontanarrosa. En la misma la competencia se basa en el previo conocimiento de la frase “viento en popa” haciendo alusión a una situación agradable o a un bienestar. En la historieta, el autor utiliza la frase “viento en proa”, refiriéndose al malestar del personaje.

También podemos tener en cuenta la cita del semiólogo italiano Umberto Eco, que en su libro Lector in fabula (1981) dice: “Así, pues, el texto está plagado de espacios en blanco, de intersticios que hay que rellanar; quien lo emitió preveía que se los rellenaría y los dejo en blanco por dos razones: porque un texto es un mecanismo económico que vive de la plusvalía de sentido que el destinatario introduce en él y; en segundo lugar, porque, a medida que pasa la función didáctica a la estética, un texto quiere dejar al lector la iniciativa interpretativa, aunque normalmente desea ser interpretado con un margen suficiente univocidad. Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar.” En esta cita el autor deja plasmado como el lector debe ocupar esos espacios en blanco con su conocimiento previo, para lograr una interpretación coherente. A la vez adiciona un valor propio para el lector, conocido como plusvalía, enriqueciéndolo al momento de la lectura.

El conocimiento previo es de suma importancia en el proceso de comprensión, ya que el mismo se activa durante la lectura y sin este no podrían realizarse las inferencias. Este tipo de organización se denomina esquema, y puede ser conceptual, en los que el individuo almacena información que posee del mundo o situacional, donde la información adquirida es acerca de situaciones de la vida cotidiana.

El lector trabaja constantemente con dos niveles de comprensión: la microestructura y la macroestructura. La primera, significa completar la base del texto con el conocimiento previo, llenando los espacios en blanco y logrando una mejor comprensión. La macroestructura, en cambio, se logra cuando el lector está en condición de resumir el texto e indicar cuáles son sus ideas principales.

Existe otro nivel que requiere mayor comprensión llamado modelo de situación. Para la realización de dicho modelo debemos contar con un conocimiento previo mayor al de la base.

Nos remitimos entonces a la cita: “(…) Para ello, un texto (con mayor fuerza que otro tipo de mensaje) requiere ciertos movimientos cooperativos, activos y conscientes, por parte del lector.”

Aquí se explica el modelo de situación, resaltando que la complejidad del texto obliga al lector a realizar acciones que enriquezcan su conocimiento o refuercen los ya adquiridos.

Cabe mencionar que existen ciertos factores que pueden dificultar la comprensión lectora: la extensión de las oraciones o párrafos, si la idea principal aparece o no explicita, la ubicación del concepto principal, el grado de concreción del texto, la variedad lingüística empleada y la inclusión de referencias extratextuales de un ámbito específico. Además de éstos, la edad del lector, el desarrollo de sus habilidades lectoras, el grado de conocimiento previo del tema, la variedad discursiva de géneros, etc. pueden intervenir en la comprensión del texto.

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