El Petroleo

Desde el descubrimiento de las propiedades del petróleo para el mundo “occidental”, el mismo ha jugado un papel preponderante en la historia y en el progreso tecnológico del mundo. Este tiene una importancia estratégica en el modo de vida desarrollado durante el siglo XX en el que el petróleo se convirtió en la mayor fuente de energía, para obtener calor en zonas o épocas frías y viceversa para obtener un ambiente más agradable y fresco en zonas o épocas cálidas; para el desplazamiento de autos, camiones, autobuses, aviones, etc; que son tan necesarios para nuestra vida diaria; para la generación de electricidad en lugares que no cuenta con energía hidroeléctrica; y no sólo eso, la importancia del petróleo radica en el hecho de que es la base de materiales plásticos, lubricantes, pinturas, textiles, medicinas, etc.

Sin embargo esto ha traído una serie de consecuencias bastante graves para el ambiente. Ya sea por su liberación accidental o intencionada al ambiente, el abuso de este hidrocarburo ha generado una modificación de los ecosistemas terrestres.

La contaminación con petróleo involucra todo su proceso desde la extracción hasta el consumo y utilización de sus derivados, incluyendo la refinación y transporte. Para su extracción se hace necesario desforestar amplias zonas de bosques lluviosos y zonas vírgenes, además de la liberación de subproductos tóxicos a los suelos, aire y aguas circundantes.

Al ser transportado de un lugar a otro los riesgos de derrames petroleros son bastante altos; por sus características oleosas (que parece aceite) si el petróleo es derramado en el agua, este no se disuelve, lo que lo hace muy difícil de limpiar y de eliminar en el caso de derrames en ecosistemas marinos, provocando la muerte directa de diversos organismos y el daño permanente de reservorios naturales de vida marítima afectando las cadenas alimentarias.

Ya en su lugar de refinación, proceso en el que se transforma el petróleo en derivados comercializables, este sigue causando daños cada vez mayores al ambiente. Las emisiones de gases, la descargas de desechos sólidos y líquidos, olores, ruidos, etc., son algunos de los problemas derivados de esta actividad, además de la utilización de grandes cantidades de agua potable, lo que quiere decir apta para el consumo humano, para la limpieza y lavado de los productos indeseables del petróleo.

La petroquímica, que son las actividades que convierten el petróleo en combustibles y en productos de uso cotidiano (plásticos, cosméticos, fertilizantes, herbicidas, pesticidas, etc.) también implica la utilización y desecho de ingentes cantidades de químicos tóxicos y potencialmente dañinos para los seres vivos (incluyendo el hombre) y el ambiente.

Por último en la cadena de procesos petroleros, se encuentra el uso de los consumidores de los productos derivados, es decir, la utilización de los combustibles como gasolina, gasoil, kerosén, etc. y los productos que se obtienen de la petroquímica. La combustión de estos derivados introduce al ambiente una gran cantidad de contaminantes a los que se les atribuye, entre otros gases, el efecto invernadero y el calentamiento del planeta, y el desecho de los derivados de la petroquímica, como plásticos implica la entrada al medio ambiente de productos no degradables.

No podemos dejar de lado el papel que juegan los hidrocarburos en el desarrollo de la vida cotidiana, ya que es a través de ellos que podemos realizar nuestras actividades día a día sin embargo debemos estar muy consciente de las consecuencias de nuestra forma de vida, de cómo afecta nuestro equilibrio ecológico y del alto precio que pagamos por esa comodidad y “calidad” de vida.

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