El Profesor, reflexiones sobre el concepto de liderazgo

El Profesor

Como todos los días, el profesor Jack se levanta a las 4:30 am con suficiente ánimo para iniciar con sus responsabilidades personales y laborales, luego de despertar fervorosamente a sus hijos y saludar amablemente a su esposa, se arregla y desayuna en familia donde el espacio es perfecto para planificar su día en conjunto con sus seres queridos y compartir con ellos, pues es uno de los pocos espacios en el que están todos reunidos; unos a otros se asignan las tareas que, con responsabilidad, amabilidad y sin reparo son acatadas. Casualmente sus dos hijos, Jan y Mara estudian en la universidad donde Jack dicta sus clases de administración en horas de la mañana, pues en horas de la tarde se ocupa de enseñar ciencias básicas en el bachillerato de un colegio privado a las afueras de la ciudad. Ela, su esposa siempre se queda en la casa, esperando con ansias la llegada de su familia, mientras se encarga de los quehaceres del hogar prácticamente durante todo el transcurso del día. En resumen, la familia de Jack tiene una vida ideal, se comprenden unos a otros como equipo de trabajo, prima el respeto y abunda la alegría y el amor, valores propios que desarrollan el ser de manera conjunta.

Un día, Jack se ve en una encrucijada, de la noche a la mañana se da cuenta que el rol de líder que pensaba tener en su vida académica siendo siempre el profesor respetado, a quien todos los estudiantes y compañeros casi que idolatraban, dado que su vida laboral y familiar era un ejemplo para todos los allegados, y que también era visto como un líder innato y daba ejemplo de esto; él se ve cansado, sus 60 años de vida de los cuales 30 han sido dedicados a la docencia han recabado en su ser, siente que ya no tiene la misma energía de años atrás; y se pregunta ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Qué debo cambiar? ¿Me debo retirar? ¿Son anticuadas mis metodologías? ¿En verdad soy un líder? Y es que sí, Jack, aunque era un excelente profesor universitario y colegial, sentía que se estaba quedando atrás con respecto a las enseñanzas de las nuevas generaciones, en su pensar siempre predominaban los paradigmas antiguos de cómo enseñar y dado a su reconocimiento estas iban a estar siempre a la orden del día.

Aunque Jack era visto como un líder, por sus compañeros de trabajo, él nunca se había visto así. Pero en realidad desde los valores implantados en su familia había creado un entorno de paz, regocijo y ayuda al otro casi de manera inconsciente, es decir, ya estaba en la cuarta etapa del desarrollo de los hábitos y destrezas planteada por James Hunter en su libro “La paradoja. Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo” era un líder naturalmente experto y sus actuaciones las hacía de manera inconsciente. A pesar de ejercer como docente, Jack era un ser muy amable y con un excelente don de la paciencia que le permitía escuchar de manera objetiva a quienes le pedían un consejo o simplemente una asesoría catedrática, pero él siempre iba más allá, era reconocido por ser una persona íntegra, simpático, humilde y comprometido con sus deberes laborales y familiares, brindaba apoyo desde todo punto de vista, nunca se le escuchó un no como respuesta a cualquier disposición, para él, primaba el servicio hacia la gente sin importar lo que se reciba a cambio, pues desde su infancia de orígenes campesinos, su madre siempre le había recalcado el lema, “hay que dar para recibir” o lo que se conoce como “ley de la cosecha” “el que siembra, recoge” y eso además de ser un paradigma que Jack tenia implantado desde su infancia, fue lo que siempre le ayudó para generar confianza en los demás y mantener una familia moralmente activa, educando desde el ejemplo con autoridad y no desde el simple poder de padre como un ser superior donde generalmente la “palabra es la ley” y se hace lo que él diga y de la forma que lo diga.

Es así que Jack, tenía la mayoría de las características de un buen líder, que simplemente se resumen en buenos valores sociales para llegar a servir adecuadamente a las demás personas, pero ese entusiasmo poco a poco se había estado apagando y, pensando en mejorar y actualizar su estilo en la vida laboral, estaba empezando a descuidar a su familia con la que siempre había tenido unas excelentes relaciones, la comunicación con sus seres queridos ya no era eficaz, la hora del desayuno se había vuelto un espacio donde Jack se sentía juzgado por su extraño comportamiento, tanto Ela; su esposa, Mara y Jan; sus hijos, le hacían reclamos constantes, a lo que él respondía con arrogancia, diciendo que no tenía ningún problema y que toda la vida había trabajado de la misma manera, con responsabilidad y compromiso para mantener adecuadamente a la familia.

Los firmes reclamos de su familia, llegaron a desesperar a Jack, por lo que prefería no llegar temprano a casa y ni siquiera desayunar con ellos en horas de la mañana,

...