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El Tiempo Vale Oro


Enviado por   •  24 de Marzo de 2012  •  655 Palabras (3 Páginas)  •  584 Visitas

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El tiempo vale oro

Frase inexistente para los dueños de entidades bancarias, suponemos que esto es aplicable solamente con relación a los usuarios.

Caras largas, palabras soeces, enfrentamientos vanos, filas interminables que denotan el atraso. ¿Quien paga el oro perdido?

En algunos bancos usan un símbolo para señalar la taquilla de atención a personas mayores, discapacitados y mujeres embarazadas, pero en los días de mayor afluencia de publico, las filas de estos son tan largas como las otras y ni los cansados viejos, los que van con muletas o las portadoras de seres, tienen donde sentarse mientras llega su turno.

El Tiempo Vale Oro…

Quien acuño la frase debió tener motorizado.

Cosa peor es cuando no existe el símbolo de señalización. La victima entra, busca a quien preguntar y la respuesta es casi siempre la misma, “pase por la caja nro 1”, la cara se desencanta al volverla hacia el lugar mencionado, ¡al menos 20 personas!; ¿como hago, no dan un ticket especial?, “no, usted pasa directamente a la ventanilla”. Con cara de yo no fui se acerca al comienzo de la fila oyendo a su alrededor murmullos como un enjambre de abejas que van aumentando a medida que esta mas cerca del cajero. De pronto una voz sobresale, “¿te vas a colear?, haz la cola”, la pobre victima se siente como cucaracha en baile de gallina, ve hacia donde salio la voz y en tono apenas audible dice, “no puedo estar mucho rato de pie”. Algunas veces la expresión surte efecto pero hay casos en los cuales la discapacidad no se percibe a simple vista, la embarazada a pesar de tener 6 meses de gestación luce solo como una gordita y el viejo con 70 años a cuestas se mantiene delgado y tal vez gracias al tinte, no son muchas las canas, o sea, visto de “refilón” el viejito “mete la coba”; uy, cuando es alguno de estos casos ¡hasta el cajero tiene dudas!, el coro de protestas se agudiza. Es humillante pero por la perdida de credibilidad entre nosotros mismos, por los abusos de confianza y la viveza de algunos, se debe portar un carnet o constancia para acallar el “coro”. En un país donde se pretende instaurar la categoría de “revolucionario”, se debería comenzar por despertar en su gente el espíritu perdido de la solidaridad, y al menos en ocasiones como estas recordar el mandamiento divino, “Amarás a tu prójimo…” no seríamos revolucionarios pero nos acercaríamos a esa imagen y semejanza por la cual fuimos creados, bueno, a los que creemos en Dios. A quienes hacer esto les parece demasiado difícil, la primera vez lo pueden hacer pensando que pronto la situación cambiara, los dueños de bancos harán uso de la tecnología, las gestiones bancarias se resolverán a través de cajeros automáticos, (que funcionaran por supuesto), por teléfono

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