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El Viejo


Enviado por   •  9 de Agosto de 2015  •  Tareas  •  438 Palabras (2 Páginas)  •  105 Visitas

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El Viejo

                                                                          Por Juan David Ocampo Restrepo[1]

En algún lugar de este inmenso planeta, tan colmado de gente. Un viejo solo y triste miraba por la ventana de su cuarto. Su única compañía eran sus recuerdos y a esos constantemente los sacaba de su mente. Remembrar a los seres queridos que ya se habían ido, le producían un dolor punzante en el corazón. Esos recuerdos que le hacía más mal que bien. Era una noche tormentosa y negra. La única luz que alumbraba está terrible noche eran los rayos y las centellas. Estos  no paraban de caer uno tras otro. Es como si alguien quisiera destruirlo todo. Era una de esas noches que quedan guardadas en la memoria, por lo lúgubre y temible de la misma. Mientras el viejo agradecía con cierto regocijo que la gente que corría y se agolpaba debajo de los techos,  sintiera ese frio que congela las entrañas. Esa sensación que él había sentido durante tanto tiempo en su frio y muerto corazón. Miraba atónito su realidad, mientras prendía otro cigarrillo y tomaba un sorbo de café negro, como aquella noche. Se decía en sus adentros, a ellos una toalla y un sorbo de líquido caliente les aliviara. Al compararse su alma se estremecía, porque su frio interior estaría allí, mientras el viviera.

El tiempo paso lento para este anciano. Sus huellas se veían reflejadas en cada una de sus arrugas. Tal era su tristeza, que cada día le pesaba.

Un día sintiéndose cansado, se recostó. Un sueño profundo lo invadió. Al despertar una cálida sensación lo rodeaba. Un extraño regocijo se apodero de él. Sus sentidos estaban extasiados, era una sensación ya rara para él. Recordó que algo similar, sublime, lo acompañaba, de eso hace muchos años, cuando estaba cerca de su mujer y de sus hijos. Qué tiempos aquellos, como deseaba volver a vivirlos. Si le dieran otra oportunidad, deseo con mucha amargura. Cuanto tiempo desperdiciado pensó. De pronto oyó voces que gritaban como asustadas. Una de las mujeres que entro dijo: no es este el viejo huraño. Todos guardaron silencio. El viejo lo comprendió todo y simplemente se dejo llevar…


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