El análisis de la novela "la vida Familiar", López Velarde

INICIO DE VIDA

Sonámbula y picante,

mi voz es la gemela

de la canela.

R.L.V.

Nacido de un pueblo provincial de Zacatecas, llamado Jerez el 15 de Junio de 1888. Primero de nueve hijos, Ramón López Velarde pasa de ser un niño curioso que visitó la ciudad de México por primera vez a los ocho años de edad a ser un icono de la poesía mexicana. Durante sus primeros años de seminarista es enviado a la escuela para niñas de Angelita Díaz Sandy, hecho que lo molesta mucho; aunque después agradece ya que en ese lugar aprendió a tratar a las mujeres y sobre todo, es de ahí donde surge su visión futura en la poesía.

Desde niño prefiere a las niñas, inclusive como compañeras de juego, siendo una de ellas Eloísa Villalobos, hija de un doctor acaudalado de la época. La cual, López Velarde evocaría en poemas posteriores cambiándole el nombre por “Elisa Villamil”, comenzando con este rito de cambiar el nombre de sus amadas, tal como lo hace en “Una Viajera”:

En mi ostracismo acerbo me alegré esta mañana

con el encuentro súbito de una hermosa paisana

que tiene un largo nombre de remota novela:

la hija del enjuto médico del lugar.1

De aquí, esa pasión hacia las damas. El poeta que amaba a todas las mujeres pero por ninguna era bien correspondido, desde su primera musa, Josefa de Los Ríos, para él llamada “Fuensanta” hasta su último amor conocido, Margarita Quijano, maestra, mujer culta y hermosa que lo dejó por “mandato divino”. Es este el estigma quizá más marcado en su obra, las mujeres que no lo amaban y a las que cortejaba pero nunca lo concebían sino como alguien pasajero.

LA POESÍA, OBJETO PRINCIPAL DE VIDA

Nadie se imaginaria que detrás del Juez de Venado, San Luis Potosí, una persona que debía reducirse a la vida meramente jurídica; se encontraba uno de los iconos de la poesía mexicana. Como cualquier escritor, ha recibido críticas que son ataques que van impregnados de recelo, tales como el del escritor, poeta y ensayista Octavio Paz; ganador del Premio Nobel de Literatura en 1990:

“La suave patria. En primer lugar: el título. Más que una falta de gusto o un error de juicio, me parece un engaño piadoso, una ilusión. Ni nuestra geografía ni nuestra historia ni nuestro temperamento son blandos, delicados o pacíficos, que eso es lo que quiere decir suave.”2

En contraste con el historiador, diplomático y ensayista, José Luis Martínez, quien siendo el gran compilador de la obra de López Velarde; expresa por qué resulta un escritor

...