El arte se ve por los ojos o por el alma

¿El arte se ve por los ojos o por el alma?

Imaginemos, como nos plantea el autor, que el mundo en el que vivimos es un triángulo, ¿en qué parte estarías tú?,  ¿en algún extremo?, ¿en dónde te llaman loco por ver más allá que los demás? o ¿en dónde no eres nadie al ser absorbido por una masa de gente ignorante que solo se deja llevar?, te tengo una buena noticia, existe una parte no tan extrema en donde existe el arte y la ciencia, en donde también puedes ser considerado loco pero no estás solo, en donde alguien puede amarte u odiarte por tu trabajo, por ser un artista o un científico, claro, siempre de su época.

Todos nosotros reconocemos colores en todas partes, azul es azul, aunque tenga diferentes matices, rojo es rojo, aquí y en China, aunque sean diferentes tonos, el color siempre es color no importa su idioma, Gelb en alemán, amarillo en español y yellow en inglés. Sabes que colores tiene una bolsa, un par de zapatos, nuestro vaso favorito de las pistas de blue, tocamos su forma y la seguimos con nuestros dedos, sentimos su textura una y otra vez, nos invaden recuerdos y sensaciones de alegría, como cuando por fin me quedaron los zapatos de mamá; de miedo, como cuando deje en el ático una bolsa y no sé qué insectos puedan habitarla ahora; de melancolía, como cuando me cambie de casa y papá me dio mi vaso favorito para consolarme.

Ahora imaginemos que no podemos ver, ¿cómo sabremos que la bolsa es azul o que los zapatos son rojos?, probablemente nuestros demás sentidos se agudizarán, seguiremos sintiendo y recordado pero ¿se seguirá sintiendo azul o ahora se sentirá como verde el primer objeto o acaso vibrará como morado? El autor escribe que los colores tienen textura, movimiento, sonido, causan sensibilidad o vibraciones en nosotros, pero ¿sabríamos realmente qué color es si no vemos?, en mi opinión al no ver, veríamos realmente con el alma, nos dejaríamos llevar por la increíble sensación que provocan los rayos del sol al amanecer, como calienta tu cuerpo, poco a poco, se te eriza la piel, es una sensación satisfactoria, te sientes relajado, acogido, entibia tu cara, se sienten pequeñas cosquillas, te acuestas en el pasto, te refrescas, con el poco roció que queda, sientes que el pasto es largo y liso, muy liso, pasas tus manos más de una vez, como haciendo figuras, hasta que tocas unas hojas secas, se trozan con tus movimientos, se sientes ásperas, te pican un poco, sientes como se hacen pedazos…

Mientras escribía este pequeño párrafo me imagine en un prado, fue imposible no pensar en colores ya que están mecanizados, pensé en el naranja del sol, el verde el pasto, y el café de las hojas secas.

Cuando vemos una obra de arte sentimos algo parecido, como dice el autor lo asociamos a una parte de la psique, en donde evocamos vivencias, buenas o malas, en donde sin ser ciegos podemos ver con el alma ya que las obras de arte nos presentan otro mundo, otra época, otra manera de ver la vida, precisamente como la ve el artista en combinación con nuestra percepción, vemos con el alma porque sale de lo cotidiano de lo que ya estamos acostumbrados, lamentablemente.

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