El bullying

El bullying es parte de un problema viejo: la violencia en la historia de la humanidad. Fue destacado por las ciencias sociales a finales del siglo veinte como una conducta inadmisible, recurrente y creciente en las escuelas,

Y es que el incremento de estas conductas aumentan en las victimas los problemas que le llevaron a abusar de su fuerza: disminuye su capacidad de comprensión moral y empatía, incrementándose la identificación con el modelo de poder que sucede tras el acoso, y que representa un grave problema para su propio desarrollo y para las personas de su entorno, con el riesgo de seguir utilizando la violencia en el futuro en el mismo y en otros contextos, y especialmente a través de acoso laboral y violencia de género si no es que este patrón le lleve a conductas criminales por lo que es importante detectar lo que es una simple situación de falta de empatía entre agresor y víctima o puede ser otros factores lo que la provocan pues como lo expresan algunos autores la falta de esta es reveladora, pues existe en psicópatas, criminales, raptores y abusadores de niños por lo que es indispensable buscar la causa que hace de un niño un acosador para evitar delincuentes en potencia.

Mientras que en las victimas produce miedo y rechazo al contexto en el que se sufre la violencia, pérdida de confianza en sí mismo y en los demás, así como diversas dificultades que pueden derivarse de estos problemas, como problemas de rendimiento, baja autoestima y conductas autodestructivas, así como en casos muy extremos se dé el suicidio por lo que es de suma importancia detectar que el porqué de esta situación creciente así como el cómo se puede disminuir este tipo de conductas que va en aumento y no tiene ninguna repercusión positiva en la sociedad.

Así mismo el estudio de este tema en particular nos lleva a entender que la violencia escolar reproduce un modelo de organización social caracterizado por el dominio y la sumisión, que representa la antítesis de los valores democráticos de igualdad, tolerancia y paz, con los que se identifica nuestra sociedad. Por eso, su erradicación debe ser considerada como una tarea colectiva imprescindible para hacer de la escuela el lugar en él se construye la sociedad que deseamos tener, basada en el respeto mutuo.

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