ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El estudio de la adquisición de habilidades básicas en el contexto general de la historia de la mente humana


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2012  •  Trabajos  •  1.509 Palabras (7 Páginas)  •  661 Visitas

Página 1 de 7

CONTROL DE LECTURA

Desde sus inicios, la revolución ha abierto inesperadas posibilidades para la instrucción y aparece investida de una vocación pedagógica, además de ofrecer una oportunidad inédita en la historia: instruir a la Nación.

La conjunción de diversos factores políticos y culturales estimula éstas aspiraciones, tiene por propósito disipar la ignorancia y combatir los prejuicios que envilecen al pueblo. Es una promesa, pero también es una necesidad, “necesidad de contar con ciudadanos instruidos”.

En el transcurso de la Revolución se fusionan dos utopías:

* La utopía de echar a andar la historia desde cero, y

*La que pretende la transformación de los hombres y hacer de ellos ciudadanos a la altura de las nuevas leyes e instituciones.

Leyes e instituciones.

1) La instrucción regenerada debe ser pública: en el sentido de pertenecer a la nación de la que emana. Darle a la educación un carácter público representaba poner fin al dominio de la iglesia en la enseñanza, incluso a su casi monopolio escolar.

2) A condición de ser transformada y regenerada, la escuela seguía siendo el lugar privilegiado de la transmisión de conocimientos…. “Diferenciar la instrucción pública de la educación nacional. La primera debe dar los conocimientos y la segunda las virtudes: la primera será el lustre de la sociedad, la segunda será la consciencia y la fuerza… La educación nacional es el alimento necesario para todos; la instrucción es la posesión de unos cuantos”… Rabaut Saint Étienne.

En resumen podríamos decir que la educación sería dirigida en primer lugar a los adultos. El gran problema de la pedagogía era cómo formar algo nuevo con lo viejo. Existía la promesa de educar y de instruir a la nueva generación cuya formación coincide con la nueva era revolucionaria. Diferenciar la educación nacional de la instrucción pública no era, por lo tanto oponerlas entre sí, sino todo lo contrario, era poner en evidencia su complementariedad, la unidad fundamental de estos dos objetivos.

La figura ideal del instructor es la encarnación misma de esta unidad: tendrá que enseñar a leer y escribir a los niños y, al mismo tiempo, a participar activamente en la organización de las festividades cívicas, utilizar todos los días en las escuelas los libros elementales, instrumentos indispensables para la enseñanza y, el décimo día leer a los habitantes adultos reunidos el almanaque patriótico y el catecismo cívico que enriquece el espíritu y los corazones.

Detengámonos en tres proyectos de instrucción pública que se suceden entre la primavera de 1792 y la primavera del año II. Los tres proyectos en cuestión no se limitan a proponer un reordenamiento del espacio escolar, sino que implican opciones culturales globales.

1) Condorcet elaboró su proyecto de instrucción pública entre 1791 y 1792 eliminando el plan presentado por Talleyrand en septiembre de 1791. Las finalidades de la educación definidas por Condorcet reflejan su fe en el porvenir de una democracia capaz de asegurar la felicidad y el desarrollo de todos los individuos, así como en el progreso indefinido del espíritu humano.

Robespierre se encargó de presentar a la Convención un nuevo plan de educación nacional, el de Michel Le Peletier.

2) Éste prometía, fundar una educación verdaderamente nacional, verdaderamente republicana, igual y eficazmente común para todos, la única capaz de regenerar la especie humana, ya sea por sus dones físicos o su carácter moral.

3) Su eje ya no era una escuela anunciadora de una sociedad nueva, sino la práctica revolucionaria victoriosa, impuesta como modelo para la instrucción pública. El plan establecía una enseñanza elemental gratuita para todos los niños; la Convención añadió la obligación escolar y votó por que los padres se ocuparan de instruir a sus hijos. Este plan introdujo, la libertad de enseñanza. La libertad era, ante todo, el derecho para todos los ciudadanos, para abrir una escuela y enseñar, limitando al mínimo las exigencias de capacidad, era también el derecho otorgado a los padres de elegir en su comuna, la escuela que más conviniera para la educación de sus hijos.

El proyecto de Bouquier equiparaba la exaltación del pueblo con la apología de la represión, subordinaba la enseñanza al adoctrinamiento, sustituía la lealtad y el entusiasmo político con las competencias y las capacidades y proclamaba un desprecio arrogante contra la “casta de los sabios”.

El proyecto siguió en vigor casi todo un año, período demasiado corto para poder valorar su impacto real. Sin embargo, tuvo el mérito indiscutible de existir, después el Comité de Salud Pública decide organizar “cursos revolucionarios”, estos cursos, que duraban tres semanas debían ofrecer una instrucción acelerada. La empresa se basaba en una doble innovación: “revolucionar la tecnología y la formación de los cuadros”.

Entonces, la experiencia pedagógica de la Revolución fue, a fin de cuentas muy corta y quedó inconclusa. Pero dejó como herencia algo más que un puñado de instrucciones y proyectos, pues lego a los franceses una representación firmemente arraigada en

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (9.8 Kb)  
Leer 6 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com