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El general Enrique Peñaranda, al llegar a fortín Muñoz el 14 de diciembre y ser enfrentado con la sorpresiva noticia de que había sido designado General en Jefe del Ejército, opuso reparos.


Enviado por   •  9 de Junio de 2016  •  Prácticas o problemas  •  4.472 Palabras (18 Páginas)  •  128 Visitas

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INTRODUCCION

El general Enrique Peñaranda, al llegar a fortín Muñoz el 14 de diciembre y ser enfrentado con la sorpresiva noticia de que había sido designado General en Jefe del Ejército, opuso reparos.

Peñaranda acabó cediendo.  Contrariamente a su antecesor, decidió rodearse de un frondoso Estado Mayor.  Llamó a su lado a los jefes de mayor prestigio y a quienes les unían lazos de amistad.

 Era necesario levantar la moral, bastante afectada del combatiente, ostentando auténticos valores que devolvieran al soldado la confianza perdida... De ahí que enarbolamos el nombre de Peñaranda en esa hora aciaga".

Los ministros Quiroga y Benavides escribieron desde Muñoz al Presidente de la República, tres días después de haber oficializado la entrega del Comando Superior al general Peñaranda: "El general Peñaranda es valiente, salido de las trincheras y tiene la ventaja en estos momentos de disipar resistencias, condición que tiene una ventaja enorme para reorganizar el ejército.

El general Peñaranda deberá actuar con mayor independencia e iniciativa propia.  Hemos advertido que sigue demasiado las indicaciones del teniente coronel toro, lo cual trátese de este jefe o de otro, es un tipo de influencia que anula la personalidad del General en Jefe del Ejército en Campaña y que relegándola a una función secundaria, debilita su autoridad y la fe que debe inspirar a sus subordinados" (DS).

Una de las principales misiones encomendadas por el Presidente de la República a los ministros Quiroga y Benavides, había sido la de recuperar de manos del general Kundt la autorización que le confiara para dictar Ordenes Generales sobre el destino de los jefes del Ejército.  Obtenido ese propósito al nombrarse General en Jefe al general Peñaranda,  los ministros se negaron rotundamente a dar a Toro el cargo de Jefe de Estado Mayor del Comando Superior.  El general Peñaranda abogó a su favor llegando a declarar que si no se le daba ese puesto "no respondía de la situación, pues sería difícil evitar la anarquía en el ejército, debido a las simpatías con que contaba dicho jefe".

El ministro de Guerra, señor José Antonio Quiroga, se hizo presente en el asiento del Comando Superior para confirmar los nuevos destinos.  El teniente coronel Oscar Moscoso tomó el cargo de Jefe del Estado Mayor General, el teniente coronel Angel Rodríguez tomó la Sección Operaciones del Comando superior, el teniente coronel David Toro asumió la jefatura del Primer Cuerpo y el mayor Germán busch fue nombrado su Jefe de Estado Mayor.

La Nochebuena de 1933, los nuevos jefes se reunieron alrededor de una larga mesa para celebrar su encumbramiento.  El desastre de Campo Vía quedó olvidado.  El principal culpable estaba confinado en Cochabamba.  Desaparecida la omnipotente y omnipresente figura de Kundt, sus espíritus retozaban de libertad y alegría.  Ellos eran ahora los dueños de la situación y sabrían demostrar al país y al mundo que podían bastarse a sí mismos, conduciendo la campaña como no lo Supieron hacer ni Quintanilla, ni Guillén, ni Lanza, ni Kundt.  El licor corrió sin tasa.  Era la primera de las parrandas con que los integrantes de esos comandos, con contadas excepciones, iban a sumar a su fracaso como estrategas la fama de intemperantes.

CUERPO DE LA LECTURA

II.        LAS UNIDADES

Al finalizar la tregua de los 15 días, el ejército boliviano se alineaba en dos cuerpos.  Cada cuerpo compuesto de dos divisiones, cada división de tres regimientos, un grupo de artillería y un grupo de morteros.  El Primer Cuerpo con los regimientos Pérez, Sucre y Murguía, formando la Cuarta División, y el Campero, Florida y Colorados, constituyendo la Séptima División, con el Castrillo de reserva.  El Segundo cuerpo con la Tercera División compuesta del Jordán, Loa y Santa Cruz, y la Octava División formada por el Campos, Ayacucho y Chorolque, con el Ingavi como reserva.

Se trataba de 18 regimientos con efectivos que doblaban la cifra que había comandado el general Kundt.

El nuevo ejército, en sus tres cuartas partes, iba a estar constituído por hombres entre los 30 y los 40 años, que para venir al Chaco tuvieron que separarse de esposa e hijos, dejándolos, en la mayoría de los casos, en circunstancias económicas precarias.  Eran hombres cuyo sacrificio por la Patria era mayor, pero cuyo rendimiento resultaba forzosamente menor.

En el campo paraguayo la reorganización de las fuerzas de Estigarribia fue también completa.  En la zona de toledo, el coronel Rafael Franco alistó el Segundo cuerpo con dos divisiones compuesta la una de tres regimientos y la otra de dos, más un grupo de artillería.  En la zona de Platanillos se estructuró el Primer Cuerpo bajo las órdenes del coronel Gaudosio Nuñez, con tres divisiones subdivididas en 9 regimientos y un grupo de artillería.  En Muñoz, el coronel Nicolás Delgado organizó el Tercer Cuerpo con 14 regimientos y dos grupos de artillería, agrupados en 4 divisiones.

Los 28 regimientos paraguayos, con efectivos de más de mil plazas cada uno, tenían sunperioridad numérica sobre las 18 unidades bolivianas integradas por un promedio de 600 combatientes.  En artillería, el ejército boliviano poseía mayor número de cañones.

III.        SE REANUDA LA LUCHA

El 6 de enero de 1934, a las 12 de la noche, el armisticio tocó a su fin.  Al día siguiente, las tropas paraguayas iniciaron su avance, ocupando los fortines abandonados Platanillos, Loa y Jayucubás.

El día 7 de enero, las tropas paraguayas ocuparon los fortines Loa, Jayucubás y Platanillos, ya abandonados por el enemigo.  Realizaron después un avance sobre Camacho, que fue tomado al día siguiente y se aproximaron a la Chicha, Esteros y Magariños Esteros fue tomado en seguida.

Ibamos siempre adelante, ganando territorio y aumentando adicionales problemas logísticos, mientras el enemigo se retiraba desde posiciones escalonadas.  

Para mantener el contacto con él y a fin de que retirara tropas de refuerzo a otros sectores, mandábamos pequeños destacamentos para hostigarle, algunas veces bastante separados de las columnas principales de nuestras tropas.  Nuestro avance era lento y encontraba nuevos obstáculos, especialmente en el sector de La China, cubierto de tupidos y espinosos bosques" (RR).

IV.        LA LINEA DEFENSIVA BOLIVIANA EN MAGARIÑOS Y LA CHINA

El Comando Superior boliviano resolvió hacer el primer esfuerzo de contención serio a la altura de los fortines Magariños y La china.  El Primer Cuerpo defendería Magariños apoyando su ala derecha en el río Pilcomayo.  El Segundo Cuerpo cubriría La China.  Entre ambos quedaba un extenso claro desguarnecido.  Pronto se hizo evidente que la táctica paraguaya consistiría en distraer las tropas del Primer cuerpo, amarrándolas a sus posiciones, mientras se buscaba el envolvimiento del Segundo Cuerpo.  Se dictó una orden perentoria con fecha 10 de enero: "Cualquier retroceso del Segundo cuerpo compromete la situación de conjunto...  El Primer cuerpo correrá grave peligro de ser cortado y estrechado contra el río a medida que avance el enemigo en el sector del Segundo Cuerpo".

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