El problema de la guerra y las armas en el mundo

Las armas son el lenguaje de la guerra porque son usadas como medio para generar violencia dentro de la sociedad. Estas aparecieron en medio de la necesidad del hombre de sentirse más seguro en su medio, y a medida que se civilizaba era más consciente de su derecho territorial, y aumentaba la necesidad de protegerse de sus semejantes. Por ello, las primeras armas diseñadas para cazar llegaron a usarse para matar y herir personas, y a medida que los siglos pasaban el hombre usaba su ingenio para innovar en el arte de matar, ningún otro animal gasta tanta energía en esta arte.

Al hablar de la guerra y de las armas, se puede decir que se habla sobre el mismo tema. Muchos dirán que el fin de la guerra es la paz, es decir que el fin de la guerra es decretar su propia disolución, pero no lo es. Tras la guerra existe un victorioso y un derrotado, de tal manera que el primero crece a las expensas del otro, y el segundo se resguarda en un sentimiento de inconformidad, de miseria, y tras este sentimiento se sublevan. Pero “En tiempo de revolución, la miseria es la causa y el efecto”1. Pero ¿Por qué elegir este camino? Es bien cierto que siglos atrás sólo se podía transitar por este, pero el camino se ha ampliado y ha tomado muchos otros cursos, hoy la mayoría de las personas hacen del estudio su vida, y se crían en él, motivados por sus padres a disfrutar del conocer de las cosas pasadas y dignas de memoria, del conocer de las cosas humanas y divinas. Ese es el camino que elegimos porque el estudio permite la creación de sociedad y la transformación de la misma. Es por medio del estudio que tratamos de dejar una huella en el mundo que perdure y que procure cambiar el mundo de la manera que alguna vez soñamos. Y esa es la única manera de cambiar el mundo para beneficio del mismo. Si hablas de revolución y de destrucción, ¿Cuál es el cambio que se quiere? ¿Cuál es el cambio que se motiva? Con armas no se puede cambiar el mundo de manera positiva, hoy en día influyen en los contextos políticos, económicos, sociales y culturales de los países que se ven más afectados por ellas, sobre todo cuando la población tiene acceso a ellas, produciendo un circulo viciosos de inseguridad y violencia, porque se invierte más en la seguridad, disminuye el gasto social y aumenta la pobreza que provoca un aumento en la criminalidad, la violencia y garantiza la continuidad del ciclo. Lo anterior quiere decir que el problema de las armas se fundamenta no en la presencia de las mismas, sino en el uso que se les dan a ellas de manera ilícita e indiscriminada fomentando la cultura de la violencia, lo cual ocurre en general con mayor frecuencia en países donde el Estado no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos o controlar las actividades ilícitas en las que se usan estas armas.2 En cambio en los países donde esto sí es posible, las armas se convierten más en un símbolo de estatus, fuente de seguridad personal, de virilidad,

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