El águila Que Quería Ser águila

ENSAYO “EL ÁGUILA QUE QUERÍA SER ÁGUILA”

En sí la trama del libro empieza con la ilusión de una pareja de águilas Perseo y Casiopea, el cual esperaban con ansias el nacimiento de sus polluelos y de como estos expresaban el uno al otro sus ilusiones con respecto al futuro que les esperaba, sin embargo todo se vio desvanecido grotescamente con la muerte de Perseo al ser alcanzado por la bala de un cazador y así obligando a Casiopea a abandonar el nido con los polluelos por su sentido de sobrevivencia, para ir en busca de una nueva pareja para reconstruir lo que con Perseo había anhelado tanto y no se concluyó de buena manera; en esta parte de la historia se contempla el hecho de que si por razones ajenas a nuestro dominio se pierde algo de gran aprecio y valor, se debe por amor propio tratar de superar esas malas experiencias que comúnmente pasamos durante el recorrido de la vida. Se debe reconocer el momento propicio de la toma de decisiones concretas el cual ayudarán a avanzar o hará un estancamiento total en el problema. Esta es la lección que se presenta en la primera parte de la historia.

Seguidamente y después del abandono de los polluelos por parte de Casiopea los huevos son rescatados por un montañista que escalaba por esos rumbos y decide llevarlos a la granja más cercana y darlos en confianza al dueño de la misma para que este les diera un hogar y los cuidara, sin embargo el granjero no presentaba algún interés por cuidar por separado a los huevos rescatados y los decide llevar al corral donde los da como depositaria provisional a Galatea una gallina más del gallinero, al ser empollados logra nacer solo uno el cual es hembra y que luego José el montañista le nombra Altair.

Altair iba creciendo en compañía de sus hermanos postizos los cuales eran muy crudos y grotescos al dirigirse a ella ya que las burlas constantes le socavaban la paciencia y el estado de ánimo y se veía reflejado en su forma de andar y de relacionarse con los demás.

Cada vez que Altair soñaba con volar, (porque ese era su más sublime objetivo, aunque no supiese porque de ese deseo tan absurdo si tan solo era una especie de gallina mal hecha que formaba parte de ese pequeño y limitado corral), despertaba a todo el corral alborotando y encolerizando los ánimos de los demás animales que le recriminaba su descaro y desfachatez por creerse superior a ellos y querer sobresalir de algo que ya de por sí estaba predispuesto por la vida de esos seres, el cual era solo preocuparse por comer el maíz que le proveía el granjero, de dormir y de interactuar con la misma rutina de todo el tiempo y de seguir un solo patrón de vida sin poder o querer anhelar absolutamente nada ya que todo allí era limitado y monótono. Altair estaba harta de escuchar las mismas recriminaciones que llegó al punto de creer lo que los demás le decían constantemente, era como vivir dentro de un hueco hondo y lleno de barro, en donde se trata de acomodar el cuerpo, pero el alma y la mente no están acomodas y no se vive como Dios quiere. Ella había dejado que los demás que no sabían absolutamente nada de ella, tomaran su forma de pensar y lo transformaran en pensamientos erróneos y negativos sobre ella misma, en donde era tan inútil como los mismos gallos y gallinas que solo vivían para hacer nada por nadie, solo vivir para ellos y para saciar sus necesidades tan simples siguiendo un patrón de vida conductual. Sin embargo muy en su interior Altair sentía que no pertenecía o que por lo menos no quería pertenecer a ese circulo tan entristecedor, sentía que podía lograr más cosas que le renovaran como ser vivo, que le hicieran sentir realizada y útil, en ocasiones sentía muy dentro de sí que tenía las habilidades y destrezas necesarias para volar tal alto y tan libre que nadie le podía detener y que podría alcanzar lo inimaginable por otros; sin embargo otra vez escuchaba las malas críticas de sus hermanos y de lo mal que le hacían sentir y así logrando en ella sentirse más inferior a ellos y nuevamente encerrándose en la miserable pereza al miedo a equivocarse, a echarlo todo a perder a ser nuevamente la burla criticada por todos. Así

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