Enciclicas: PIO XI; JUAN XXIII y PABLO VI

              REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA  [pic 1][pic 2]

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR

UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA

 P.F.G. ESTUDIOS JURÍDICOS

UNIDAD CURRICULAR: DERECHOS HUMANOS Y MODELOS DE DESARROLLO

SECCIÓN: 3101-N

Actividad V (Información Nº 13)

Encíclica Cuadragésimo Anno (PIO XI 1.931)

Encíclica Mater et Magister (JUAN XXIII 1.961)

Encíclica  Populorum Progressio (PABLO VI 1.967)

Profesor:

Lic. José Olivo

                                                                                                                         Estudiantes:        

Alexander Rebolledo, C.I. N° 6.726.927                                      

Takeshi Tortosa, C.I. Nº 16.804.455

José R. Diez Idrogo, C.I. Nº 14.505.051

Mirlena Hernández, C.I. N° 11.026.623

Ruth Oropeza, C.I. N° 17.709.189

Francisco Salazar, C.I. N° 13.773.981

José Díaz, C.I. N° 14.412.848

Rodolfo Villamizar, C.I. Nº 19.830.005

Caracas, 14 de Mayo de 2020

Investigar:

Encíclica Quadragesimo Anno (PIO XI  1.931):

Es una carta encíclica del Papa Pío XI, promulgada el 15 de mayo de 1931, con ocasión de los 40 años de la encíclica Rerum Novarum, de allí su nombre en latín, Quadragesimo anno (en el cuadragésimo año). Trata sobre la restauración del orden social y su perfeccionamiento en conformidad con la ley evangelizadora y está dirigida a los Obispos, sacerdotes y fieles católicos. La Iglesia cree que tiene de intervenir en los problemas económicos y sociales con oportunas líneas e indicaciones por parte del Magisterio. En medio del caos económico que vivía Europa y del surgimiento del autoritarismo nacionalista en varios países, su encíclica "Quadragesimo anno" (Cuarenta años) en la que avanzó sobre las ideas ya expuestas oportunamente por León XIII. 

Esta encíclica surgió como respuesta a la Gran Depresión de 1929 y propone un nuevo orden social y económico basado en la subsidiariedad. El Papa Pío XI da una gran importancia en su encíclica a la restauración del principio rector de la economía, basado en la unidad del cuerpo social. Esta unidad no puede basarse en la lucha de clases, como el orden económico no debe dejarse a la libre concurrencia de fuerzas, que cae fácilmente en el olvido de su propio carácter social y moral.

En el tema de la Propiedad Privada se debatía ante las teorías socialistas. Quienes niegan el carácter social y público del derecho a la propiedad pueden caer en el individualismo; pero quienes disminuyen o rechazan este carácter caen el en colectivismo. De ahí que, como se dice en la Rerum novarum el derecho de propiedad se distinga de su ejercicio (cf. núm. 19).

El salario aunque aconseja que los contratos de los trabajadores se hagan no tanto como “contratos de trabajo” sino como “contratos de sociedad”. Luego recuerda que al fijar el sueldo se han de tomar en cuenta diversos factores y no solo el valor del fruto producido por el trabajador. Éste ha de recibir lo necesario para afrontar el sustento de su familia y tal sustento se viera afectado por aumentos de precios de productos de necesidad u otros de esa índole, esos cambios deberían darse también de manera proporcional en el sueldo. También ha de considerarse la situación de la empresa y del dador de trabajo.

Esta encíclica crítica y condena el comunismo al recordar los numerosos crímenes que se le achacan en Europa del Este y Asia. Considérese como doctrina, como hecho histórico o como "acción" social, el socialismo, si sigue siendo verdadero socialismo, aun después de haber cedido a la verdad y a la justicia en los puntos indicados, es incompatible con los dogmas de la Iglesia católica, puesto que concibe la sociedad de una manera sumamente opuesta a la verdad cristiana.

Encíclica Mater et Magister (JUAN XXIII 1961):

Pensamiento crítico ante el sistema económico-social contemporáneo, planteado entre el capitalismo imperante en la mayor parte del mundo y el importante bloque socialista liderado por entonces por la ex Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

                    Mater et Magister proviene del latín “Madre y Maestra”; es una carta encíclica del papa Juan XXIII, la cual fue promulgada el 15 de mayo de 1961, expresa a las madres y maestra de los pueblos, que la finalidad de la iglesia católica es educar y dirigir a sus hijos para velar por la vida de los individuos de todos los pueblos, teniendo siempre como máxima autoridad el respeto a la iglesia considerando al hombre ser completo de alma, cuerpo, inteligencia y voluntad, destacando que la iglesia se preocupa también por las necesidades que la vida diaria le planea a los hombres; el papa advierte que la cuestión social tiene una dimensión mundial y que, así como se puede hablar de personas pobres, también se habla de sectores y naciones pobres.

                    El desarrollo de la historia muestra como las exigencias de la justicia y la equidad atañen tanto a las relaciones entre los trabajadores dependientes y empresarios como a las relaciones entre los diferentes sectores económicos y naciones; en el plano de mundial las relaciones entre países de diverso grado de desarrollo económico-social, un problema de fondo es como proceder para reducir el desequilibrio entre el sector agrícola y el sector de la industria y los servicios, para que mejore la calidad de vida de la población agrícola rural.

                    Este escrito sostiene que la justicia y la equidad exigen que los poderes públicos actúen para que las desigualdades entre zonas económicas más desarrolladas y menos desarrolladas, sean eliminadas o disminuidas y que en las zonas menos desarrolladas se aseguren los servicios públicos esenciales; también re afirma el carácter de Derecho Natural de la propiedad privada y también de su efectiva difusión entre todas las clases sociales: “La dignidad de las personas humanas exige normalmente, como fundamento natural para vivir, el derecho al uso de los bienes de la tierra, al cual corresponde la obligación fundamental de otorgar a todos, en cuanto sea posible una propiedad privada”. Enfatiza también el derecho de los trabajadores de sindicalizarse y la necesidad de que los salarios estén de acuerdo con la dignidad humana del trabajador y de su familia, con la aportación efectiva del trabajador y la posibilidad económica de la empresa.

Juan XXIII sostiene que una economía justa no solo depende de la abundancia y distribución de bienes y servicios, sino que incluye el papel de la persona humana como sujeto y objeto del bienestar. Propuso la cristianización de la familia, la empresa y la sociedad ya que la vocación de la iglesia y de cada cristiana es superar la excesiva desigualdad entre los distintos sectores de la sociedad y resistir los procesos económicos y políticos que pone en peligro la dignidad humana y la libertad. La encíclica tuvo una gran aceptación y fue reconocida mundialmente por sus fundamentos éticos, sociales y cristianos.

Encíclica Populorum Progressio (PABLO VI 1967):

Esta encíclica hace un llamamiento para una acción concreta en favor del desarrollo integral del hombre y del desarrollo solidario de la humanidad. Pablo VI publicó la encíclica Populorum progressio, como un valiente “manifiesto” sobre el humanismo del progreso integral, dirigida no solo a los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles de todo el mundo, sino también a todos los hombres de buena voluntad. Describe que el amor social es un amor amplio y universal que busca transformar y renovar la sociedad para que sea más fraterna, pacífica y justa con los pobres, afirma que “en los designios de Dios, cada hombre está llamado a promover su propio progreso, porque la vida de todo hombre es una vocación dada por Dios para una misión concreta”. Presentaba un panorama de las desigualdades sociales y del reduccionismo antropológico del progreso, sino que ofrecía una interpretación del mismo a la luz de la fe.

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