Enfoque Por Competencias

La formación basada en competencias es uno de los tantos puntos de discusión de la configuración de la educación actual. Muchos son sus promotores y detractores, pero encarna una posibilidad para revisitar la forma como hemos venido asumiendo la educación en los distintos niveles del sistema escolar. La formación basada en competencia supone la configuración de diseño curricular, flexible, y prácticas instruccionales que favorezcan la integración del conocimiento, el aprendizaje permanente y a lo largo de toda la vida.

La idea de esta reflexión es para que nos quede claro el concepto y los términos que es competencia, que es ser una persona competente, basándonos en el libro de desarrollo de competencias en educación: desde preescolar hasta bachillerato, de la autora Laura Rubio. Ver los elementos que definen a las competencias en educación y, desde un sentido más pedagógico, ubicar su posible aplicación en el campo curricular.

Cuando nos referimos a las competencias queremos significar a un conjunto de habilidades, destrezas, actitudes y conocimientos que unidos nos ayudan a encontrar la solución, en forma flexible y autónoma, a los problemas que enfrentamos en nuestra vida cotidiana, a la capacidad de colaboración, al dominio de tareas y contenidos así como, a la generación de comportamientos orientados para integrar y fortalecer el grupo al que pertenecemos.

Existen dos significados etimológicos de la palabra competencia:

• El primero relativo a competir, ganar, salir victorioso

• El segundo se relaciona con quien se hace responsable de algo. (utilizado en la educación)

Los tipos de competencias que menciona la autora Laura Frade Rubio son: competencia jurídica, competencia biológica, competencia psicológica, competencia cognitiva, competencias especializadas, competencias de desempeño, competencia neuropsicología, meta-competencias, competencias de aprendizaje, competencias de acción, competencia laboral, competencias centrales o básicas, competencias para la vida y competencias clave.

En los años setenta y ochenta los objetivos conductistas podían visualizarse como competitivos en el contexto de los resultados de los estudiantes al entregarles premios y sanciones.

Una competencia conductista define el estándar al cual llegar, porque se establece lo que hay que hacer en el salón de clases; es decir funciona a través del estímulo-respuesta. El conductismo utiliza las competencias para reforzar las reglas de comportamiento a través de juegos en donde las normas de estos fueran estrictas.

El enfoque constructivista usa las competencias con la intención de la construcción del conocimiento y lograr el desempeño; es decir construir algo nuevo. Utiliza las habilidades individuales para integrar el saber ser y conocer con el hacer, con el fin de aprovechar las capacidades motrices de los niños para llevar a la práctica lo aprendido en el aula.

La relación con los enfoques conductista y constructivista es la práctica y forma de evaluar, tomando en cuenta los aspectos cualitativos y cuantitativos de los estudiantes, en el enfoque conductista. Se ha renovado la forma de evaluar al alumno, ya que actualmente se valoran sus habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes, en ello nos referimos al enfoque constructivista, del cual se ha demostrado la forma de trabajar y mejorar en la educación, haciendo al alumno competente. Se pretende que el alumno construya sus propios conocimientos a través del manejo del objeto de estudio, es decir, la interacción para obtener aprendizajes significativos.

A mediados de la década de los noventa, en el campo de la educación se pueden encontrar diversas formulaciones y expresiones en torno al tema de las competencias, entre ellas destaca:

• La formación por

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