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Ensayo Confucio


Enviado por   •  14 de Junio de 2013  •  5.532 Palabras (23 Páginas)  •  1.659 Visitas

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Un acercamiento al Confucianismo desde una perspectiva cristiana

"Cuando tenía 15 años, puse mi corazón en el aprendizaje; a los 30, estaba firmemente establecido; a los 40 no tenía más dudas; a los 50 sabía el designio del Cielo; a los 60 estaba dispuesto a escucharlo; a los 70 podía seguir lo que mi corazón me indicaba sin transgredir lo que es correcto"

Confucio.

Pablo Rafael López Martínez

Seminario Teológico John Knox

Asignatura: Introducción a la Teología

Introducción.

La penetración de las ideas religiosas orientales en la sociedad moderna es una realidad ineludible. Para el cristianismo es de vital importancia detener el flujo ideológico que azota las comunidades cristianas en formas variadas, desde la televisión con sus programas que realzan las virtudes obtenidas por estas falsas religiones hasta los innegables logros que sus prosélitos alcanzan en la vida diaria.

El presente ensayo habla sobre el tema del confucianismo, como una arista importante de la penetración de las ideologías orientales en nuestra sociedad, compila un resumen de las enseñanzas de Confucio, parte de su biografía y finaliza con una crítica a este sistema de vida desde una perspectiva cristiana.

Biografía de Confucio.

Confucio fue un pensador, educador, político y fundador de la escuela Ru de pensamiento Chino. Sus enseñanzas, preservadas principalmente en el libro Lunyu o Analectas, conforman el pilar de la especulación China sobre la educación y el comportamiento del hombre ideal, cómo un individuo debería interactuar con los demás y conducirse en su vida diaria, así como las formas, tanto de gobierno como de sociedad, en las que deberían involucrarse y participar. Procedente de una familia noble arruinada, a lo largo de su vida alternó períodos en los que ejerció como maestro con otros en los que sirvió como funcionario del pequeño estado de Lu, en el nordeste de China, durante la época de fragmentación del poder bajo la dinastía Chu. Fracasó en sus intentos por atraerse a los príncipes, limitándose su influjo en vida al que consiguió ejercer directamente sobre algunos discípulos.

El nombre real del filósofo y pensador era Kong Zi o Maestro Kung, nombres que, traducidos al latino por monjes Jesuitas siglos después de su muerte hallaron la forma occidental actual, Confucio.

Las fuentes de información sobre la vida de Confucio son una mezcla de hechos ciertos y ficción. Muchas de las leyendas que rodean la figura de Confucio alrededor del siglo II AC fueron recogidas por el historiador de la corte de la Dinastía Han Sima Qian (145-85 AC) en su conocida obra Shiji. Esta colección de relatos comienza citando a Confucio como descendiente de la familia real del estado de Song, de donde su abuelo tuvo que huir de los disturbios que tuvieron lugar en su ciudad natal Song, afincándose en Lu, cerca del actual pueblo de Qufu en el sureste de la actual estado de Shadong, donde la condición de su familia se vio reducida a la pobreza. Confucio, aparentemente nacido como resultado de las plegarias de sus padres por tener un hijo en la colina de Ni (Qiu), conoció la pobreza desde niño, viviendo una infancia humillante, siendo forzado en su adolescencia a asumir trabajos tan “bajos” para la época como el de cuidar ganado o hacer de contable. Aunque existen ciertas dudas sobre la educación recibida, la tradición indica que estudió los rituales Daoistas con el maestro Lao Dan y música con el maestro Chang Hong.

Es sabido que alrededor de su cincuentena, Confucio estaba rodeado por una serie de discípulos a quienes enseñó, además de involucrarse en asuntos de política en el estado de Lu. El número de discípulos de Confucio está rodeado de cierta incertidumbre debido a las diferencias entre las distintas fuentes que citan hasta 3000 (Sima Quian), siendo el mismo historiador el que en otros textos cita solamente 72. Otros textos citan la cifra de 70. Las cifras en cualquier caso, resultan dudosas, ya que el número 72 (cifra también utilizada para fijar la muerte de Confucio) era un número mágico de gran trascendencia en la antigua China.

A la edad de 50, cuando el Duque Ding Lu ostentaba el poder desde el trono, el talento y habilidades de Confucio fueron reconocidos, siendo nombrado Ministro de Obras Públicas en primera instancia, y más adelante Ministro del Crimen. Aparentemente, Confucio ofendió a ciertos miembros de la nobleza de Lu, siendo forzado a dimitir y partir al exilio. Como en otros relatos de la antigua Tradición China, el exilio y el sufrimiento son hechos comunes en las vidas de los héroes de la misma. En compañía de sus discípulos, Confucio dejó Lu y viajó por los estados de Wei, Song, Chen, Cai y Chu, inicialmente buscando un patrono que pudiera darle empleo, pero sólo encontró peligros e indiferencia. Algunos de estos episodios se conservan en el libro de Shiji.

Confucio vuelve a Lu en el 484 AC donde permanecerá el resto de su vida enseñando a sus discípulos, ordenando algunos clásicos antiguos tales como “El Libro de las Canciones” y “El Libro de los Documentos” así como editando los “Anales de la Primavera y el Otoño” la crónica de la corte de Lu.

La importancia de Confucio procede de la difusión de su pensamiento después de su muerte, siendo su pensamiento una respuesta al clima de desorden y de luchas entre señores feudales que impregnaba China en la época.

La doctrina de Confucio se apoya sobre la creencia de que un hombre demuestra su valor desde la práctica de la virtud, la rectitud, el amor, la humanidad, la generosidad y el respeto a los padres y ancestros. No existiendo ningún comentario con respecto a lo que hay "más allá" no es descabellado argumentar que el Confucionismo es más una ética que una religión, no pretendiendo en ningún momento trascender más allá de los estrictamente concerniente a la persona, y en su máxima extensión, a la condición de príncipes y gobernantes.

Desde la exposición derivada de sus viajes, y la percepción generalizada de su respeto a las reglas y buenas costumbres tradicionales Chinas, su fama y conocimientos se extendieron primero por el estado de Lu para más tarde ser conocido y admirado en toda la China Feudal.

Su giro hacia la ética, la moral y la tradición, tuvieron un gran impacto en la época, entre otras razones, debido a que tras largos años de guerras intestinas, la religión se había desvirtuado en gran medida dando paso a creencias

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