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Ensayo El Matadero


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2011  •  2.358 Palabras (10 Páginas)  •  1.779 Visitas

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E. Echeverria, Griselda Gambaro, y Roberto Fontanarrosa, más allá de la diferencia del tiempo, los géneros o la estética, se unen en tres textos que con idealismo, crueldad e ironía, desafía los mecanismos del poder; propone una reflexión acerca de nuestras costumbres y un compromiso con la rebelión, los ideales, la libertad de expresión y la libertad de elegir.-

Siguiendo la historia que describe El matadero, eran tiempos de Cuaresma, la carne era escasa en Buenos Aires y comenzó una lluvia muy fuerte que inundó la Ciudad y La iglesia echaba la culpa a los infieles Unitarios. En el siguiente fragmento de dicho texto, se pueden ver claramente la relación de Rosas con la Iglesia y la de los federales con los unitarios: “Estábamos a más, en Cuaresma, época en que escasea la carne en Buenos Aires, porque la iglesia, adoptando el precepto de Epicteto, sustine, abstine (sufre, abstente), ordena vigilia y abstinencia a los estómagos de los fieles, a causa de que la carne es pecaminosa. Sucedió pues en aquel tiempo una lluvia muy copiosa. Los predicadores atronaban el templo y hacían crujir el púlpito a puñetazos.¡Ay de vosotros pecadores! ¡Ay de vosotros unitarios impíos que os mofáis de la iglesia, de los santos y no escucháis con veneración la palabra de los ungidos del señor! Vuestra impiedad, vuestras herejías, vuestras blasfemias, vuestros crímenes horrendos han traído sobre nuestra tierra las plagas del Señor. La justicia del Dios de la Federación os declarará malditos; el decimosexto día entró a nado por el paso de Burgos al matadero del Alto una tropa de cincuenta novillos gordos, Porque han de saber los lectores que en aquel tiempo la federación estaba en todas partes, hasta en las inmundicias del matadero, y no había fiesta sin Restaurador como no había fiesta sin San Agustín. El primer novillo que se mató fue todo entero de regalo al Restaurador, hombre muy amigo del asado. Es de creer que el Restaurador tuviese permiso especial de su ilustrísima para no abstenerse de carne, porque, siendo tan buen observador de las leyes, tan buen católico y tan acérrimo protector de la religión, no hubiera dado mal ejemplo aceptando semejante regalo en día santo.

Debemos recordar que los Unitarios eran personas que no creían en la Iglesia, pues tenían la ideología de la ilustración, eran liberales y normalmente personas con estudios.

Señalamos también, que en ese momento de persecución, el fanatismo de los seguidores de ambos bandos era grande; tanto así que las diferencias entre ambos no solo eran ideológicas, sino que también eran estéticas. Por un lado, los federales con su lema de “muerte a los salvajes unitarios”, debían llevar por orden del Restaurador, una cintilla punzó y en la época en que se escribió El matadero, también se debía llevar una cinta de luto por la heroína. Por el otro lado, los unitarios lucían las patillas en “U” y un pañuelo celeste.

No podemos olvidar que la ignorancia y el analfabetismo son también una estrategia en un gobierno tirano, mientras menos sepa y menos piense el pueblo, más seguro y duradero será el dominio. Observamos entonces en un cuento escrito por Roberto Fontanarrosa “Maestras Argentinas: Clara Dezcurra”, que cualquier intento por salvar del analfabetismo a los que menos tenían ese tiempo, era muy difícil, que algo que hoy es tan común como la redacción de un texto sobre algo cotidiano, ponía en juego la carrera y la vida de una pobre maestra que enseñaba a adultos en una escuela que funcionaba de noche en un matadero clandestino, donde ella escribía en las paredes con pedazos de ladrillo o tripa gorda: “ Clara Dezcurra toma la pluma y escribe la fecha: "16 de Julio de 1840". Luego, con la misma letra minúscula y erguida, agrega el encabezamiento: "Querida Juana"; embebe la pluma en la tinta negra, y redacta: "Ayer decidí cambiar el método que siempre utilizamos. Quise darles a mis chicos una alternativa diferente que los arrancara de la enseñanza rutinaria. Esta vez, en la clase de Habla Hispana, dejé de lado nuestra clásica composición ’Voyage autour de mon bureau’ y quisesorprenderlos con algo propio, conocido, cercano. Fue entonces cuando les propuse escribir sobre ’La Vaca’."

Clara temía por el cambio, pero también ahora por uno de sus alumnos: Sin ella saberlo, ha permitido la inscripción de más de un unitario. Algunos le han confesado su condición, como Juan José Losada. Otros le han dicho que la bincha celeste que llevan recogiéndoles el pelo, es en honor de la bandera. "Pero nadie viene a controlar lo que pasa en estos parajes, Juana —le ha escrito a su amiga—Estamos dejados de la mano de Dios. . En esta cita además, Clara le cuenta a su amiga de las miserias con las que enseña, con las que sus alumnos van a estudiar, pero aún así, ellos muestran un gran interés por la tarea que su maestra les dejó más que por la anterior, ella se da cuenta de esto pero también el Restaurador: “ Clara estudia al jinete que ha llegado hasta su escuela. Ella estaba calentando agua en la pava de latón peruano para prepararse un caldo, cuando escuchó el galope. El hombre es un soldado de Rosas y le estira en la mano, un rollo de papel sujeto con una cinta: por supuesto, punzó. Clara desenrolla el mensaje y lee el texto. La trasladan. Ha estado dando clase durante siete años en un tinglado con piso de tierra que, durante el día, hacía las veces de frigorífico clandestino. Educando a una clase compuesta por matarifes, soldados federales, negros, zambos, convictos, renegados y mal entretenidos. Ahora la letra pareja y grande del Restaurador le indica que será trasladada a un lugar de menor jerarquía. No lo dice con esas palabras. "La patria —le escribe Rosas— demanda de usted un nuevo sacrificio. Y hemos decidido destinarla a una escuela marginal, con alumnos que detentan problemas de conducta. Sé que usted, con su firmeza de espíritu, sabrá encarrilarlos y superar los problemas de presupuesto que, de aquí en más, habrá de sufrir.”

Pero no solo en esta obra podemos ver como se frustraron los planes de enseñanza o de una vida mejor, también lo podemos ver en La malasangre de Griselda Gambaro; allí se da un episodio en el que Juan Pedro, prometido de Dolores, le habla sobre como serán sus vidas cuando se casen, le dice que ella no necesitará más a un profesor: “ Juan Pedro:- Le pedí a tu padre que despidiera al jorobado.

Dolores:- ¿Por qué?

Juan Pedro:- No es agradable de ver. (Lanza una risita.) La belleza pide belleza, y además falta poco para que nos casemos, tres mese apenas… Es superfluo. Ya sabe lo que una mujer debe saber y el resto… se lo enseñaré yo. ”.

Anterior a este episodio, cuando el Padre contrata a Rafael,

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