Ensayo: El hombre en busca de sentido.

El autor:

Viktor E. Frankl (1905-1997). Psiquiatra austríaco de origen judío. Nace en Viena y finaliza los estudios de medicina. Capturado por los nazis, sobrevive al cautiverio en un campo de concentración. En esta obra narra la crueldad con la que fueron tratados los prisioneros en los campos de exterminio alemanes en el marco de la segunda guerra mundial. En una narración sin excesivos detalles, profundiza en los efectos de la vida en el campo en la mente de los prisioneros. El autor, desarrolla una teoría terapéutica en la que relaciona los problemas a los que se enfrentan las personas, con encontrar un sentido a la vida.

Argumento:

En esta obra, Frankl relata su estancia junto a un grupo de prisioneros en Auschwitz. Se trata, por lo tanto, de un relato de experiencias personales. Segmentada en dos partes, comienza con la narración de su llegada, estancia y salida del campo de concentración y finaliza con la explicación y desarrollo de los conceptos fundamentales de una técnica llamada Logoterapia. Se trata de una técnica psiquiátrica que ayuda a las personas a recuperar el sentido de su vida para que puedan afrontar los problemas y superar las dificultades.

Primera parte.

Capítulo 1. Internamiento en el campo.

Los prisioneros son trasladados en tren. Tras pensar en un primer momento que están siendo trasladados a un nuevo destino, en una fábrica de munición, pronto se presenta la cruda realidad de un campo de concentración. La primera imagen del campo se ve suavizada, en un principio, por un comité de bienvenida formado por prisioneros que poco tienen que ver con la vida que les aguarda. Poco después, dos filas de prisioneros marcan la diferencia entre la vida y la muerte. Los prisioneros sanos y aptos para trabajos forzados han pasado a la siguiente etapa. Una vez dentro, se les retiran sus objetos personales suprimiendo toda relación con el exterior y se convierten en un número. Les embarga una extraña mezcla de nerviosismo y curiosidad. ¿Qué vendrá después? Sufrimiento, desesperación… Ante esta realidad asoma la idea del suicidio.

Capítulo 2. La vida en el campo.

Las escenas de dolor, crueldad y ensañamiento se hacen habituales. Los sentimientos han desaparecido y en su lugar aparece la apatía como autodefensa. No hay posibilidad de emocionarse y el vacío se adueña de sus almas al vivir la más dura de las experiencias. Ante la constante exposición a la muerte, el prisionero se crea una coraza. Su único objetivo es conservar la vida y con eso se conforma. Ante el sufrimiento que azota a los prisioneros, una vía de escape puede ser el humor, y este es utilizado como terapia. ¿Fugarse? Es una opción, pero el miedo a decidir es más fuerte. El cansancio, el hambre y la falta de sueño limitan la toma de decisiones. El prisionero anhela la libertad, pero también la soledad. No hay intimidad en el campo y ésta se convierte en un bien preciado. La mayor preocupación es saber si sobrevivirán

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