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Ensayo: Habitabilidad y tiempo


Enviado por   •  24 de Agosto de 2017  •  Ensayos  •  3.526 Palabras (15 Páginas)  •  666 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ[pic 1]

FACULTAD DEL HÁBITAT

DOCTORADO INTERINSTITUCIONAL EN CIENCIAS DEL HÁBITAT

Ensayo: Habitabilidad y  tiempo[pic 2]

[pic 3]

Aspirante: Carlos Emmanuel Aguilar Méndez.

San Luis Potosí a 23 de Mayo del 2016


Habitabilidad y tiempo

Hablar de habitabilidad es abordar la relación que existe entre el hombre y su entorno. De manera general, la palabra habitabilidad refiere a la satisfacción de las necesidades físicas y psicológicas del hombre dentro del espacio. Como fenómeno la habitabilidad cambia de acuerdo al lugar en el que es analizada, ya que los factores contextuales inherentes al lugar (cultura, costumbres, actividades, etc.) infieren en el tipo de necesidades de los habitantes así como en las respectivas respuestas arquitectónicas. Es preciso pensar que si la habitabilidad dista dependiendo del lugar en donde se aborde, de igual manera cambiará en relación a la época histórica en la que sea analizada.

Como afirma Azevedo Salomao habitabilidad es la forma como un grupo humano se relaciona con su entorno en la producción de espacios útiles para su desarrollo sustentable, es decir la manera que deben adoptar los espacios para que resulten útiles de acuerdo a cualquiera de los innumerables modos de vida de las distintas sociedades humanas[1]. Al hablar de la relación hombre – espacio se está hablando del significado que le confiere el hombre cuando lo habita, cómo el espacio actúa como un significante cuyo significado son las funciones, las intenciones, los hábitos, la cultura y la historia de sus habitantes.

José Villagrán plantea la habitabilidad como la esencia de la arquitectura, es decir, la característica específica de los objetos arquitectónicos que los diferencia de los demás objetos[2]. Puede hablarse del habitar en el espacio entonces como el elemento que caracteriza y diferencia a la arquitectura de las demás artes; en él se sintetizan todos los factores ligados a esta disciplina (geográficos, materiales, sociales, culturales, históricos, funcionales y estéticos entre otros) que en su conjunto le confieren su carácter e identidad al espacio habitable. Cuando proyectamos nuestras propias preocupaciones en un espacio, éste se vuelve lugar, es decir un espacio existencialmente determinado y estructurado.

Los conceptos de espacio y de lugar se pueden diferenciar en este orden de ideas claramente, ya que el primero tiene una condición ideal, teórica, genérica e indefinida, y el segundo posee un carácter concreto, empírico, existencial, articulado, definido hasta los detalles como resultado del habitar. El espacio habitable no es geométrico ni puramente visual, sino existencial y ligado a una experiencia concreta en un lugar y tiempo específicos. Los lugares de la arquitectura son fenómenos concretos que afectan de manera directa al ser y al cuerpo humano en su totalidad[3].

Habitar es apropiarse de un espacio en el mundo para vivir en él y ser de cierto modo, ocupándolo en movimiento; esencialmente es la apropiación del espacio real en referencia a la corporeidad vivida como sitio o lugar[4]. Esto nos lleva al planteamiento inicial ya que el modo de habitar el espacio lo determinarán las situaciones contextuales: Factores físicos, materiales, económicos, históricos, antrópicos, culturales, políticos y sociales que derivan en actividades y necesidades específicas de los moradores. Con lo expuesto, la vivienda no puede considerarse únicamente como un espacio material. En la casa se desarrolla la rica experiencia vital, como el refugio mínimo donde al menos se desenvuelven las necesidades básicas del habitar, en conexión con los elementos de la naturaleza. Vivienda es la manifestación primaria de la arquitectura, el recinto donde toman lugar las actividades y el estilo de vida de las personas que la habitan; es el resultado de un conjunto de elementos físicos que la constituyen como el vínculo entre el hombre y su contexto.

En este enfoque, el arquitecto como proyectista de edificios para habitar tiene que conocer los significados contextuales relacionados para así poder controlarlos e intervenir sobre ellos. Si bien la arquitectura habitacional ha podido reducirse a la construcción de casas y a ofrecer unos estereotipos que demanda el mercado inmobiliario, se debe de pensar que su interés básico es el de ofrecer  lugares habitables, que permitan a quienes los habitan formar un hogar. Como menciona Oliveras, para cada elemento de la vivienda existe un discurso técnico, pero a la vez otro simbólico que se relaciona a una cultura específica y que el arquitecto no puede desestimar, es decir edificaciones que brinden un entorno adecuado para que el usuario pueda apropiarse de él e identificarse orgullosamente según sus propios valores[5].

 Gonzáles Riquelme aborda este tema al hablar del espacio desde dos perspectivas; en primer plano el espacio físico en su carácter formal con la única posibilidad de representar tres dimensiones: alto, ancho y profundidad; es decir, el espacio desde su perspectiva material; y en segundo plano el espacio habitable, desde su relación con el hombre, donde toma un significado totalmente distinto ya que el habitante le confiere sus atributos espaciales por medio de acciones cotidianas, mecanismos sociales y valores culturales[6]. En este sentido el espacio interactúa con el individuo y representa la liga entre el hombre y su entorno, lleno de sensaciones,  valores culturales y significados conferidos por el usuario, es decir el espacio con una cualidad de habitable.

Como se ha planteado, el entorno  incide directamente en la habitabilidad del espacio;  ese conjunto de factores sociales, culturales, morales, económicos, profesionales, que rodean al individuo y el espacio arquitectónico e influyen en su estado o desarrollo. El contexto interviene en el desenvolvimiento del ser humano, en sus necesidades, actividades, y por ende en su relación con el espacio habitable. El contexto tiene gran relevancia en la concepción de habitabilidad, determina actividades específicas que cambian en relación al espacio y el tiempo; así como las propuestas arquitectónicas que actúan como intermediarias entre los factores contextuales y las necesidades del habitante.  

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