Ensayo- La buena vida
JaricoEnsayo7 de Marzo de 2016
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La buena vida
Todas las personas en el mundo tenemos el pleno convencimiento de que darnos la buena vida se basa en el hedonismo superlativo, donde el materialismo prevalece sin lugar a dudas sobre muchas cosas, pero olvidamos que no estamos viviendo solos y que por buscar placer propio podemos estar afectando perjudicialmente a nuestros semejantes para alcanzar nuestros objetivos que pueden ser en la mayoría de las ocasiones, ociosos. Desde el punto de vista divino, Dios nos creó con uno de los propósitos de que el hombre viviera en paz con la naturaleza y por supuesto, vivir bien consigo mismo; dándonos muchas cosas en nuestro planeta que satisfacen nuestras necesidades. Por lo tanto, podemos decir que las personas tienen libertad de decidir, de elegir, entre otros aspectos, y más en la época en la que estamos. Dentro del libro “ética para amador” consta unos capítulos como ¿De qué va la ética?; órdenes, constumbre y caprichos; haz lo que quieras; date la buena vida; ¡despierta baby!; aparece pepito grillo; ponte en su lugar; tanto gusto y elecciones generales, donde todo esto abarca que la base de la buena vida es tratar a nuestros semejantes humanamente, traduciendo en sí, que la buena vida no data de que obtengamos placer sin importar los demás, sino que sea algo relativo, o sea, que afecte positivamente a los intereses generales.
Sabemos que el mundo en donde vivimos se encuentran con muchísimas imperfecciones, se maneja la moralidad e inmoralidad, existiendo personas que practican ambos elementos divergentes de la axiología, donde la persona está expuesta a aprender aplicar la moralidad y la inmoralidad, dependiendo de cómo se haya educado bajo las circunstancias familiares y sociales. Ética para amador divulga que las personas pueden decidir con base a patrones espontáneos y con patrones de la sociedad. Saber interpretar de lo que es bueno es lo que a nosotros nos conviene y lo que es malo es a lo que a nosotros no nos conviene, claro está, existiendo empatía hacia los demás, es decir, poniéndose en el lugar del prójimo.
Como se había mencionado antes, podemos hacer lo que queremos, pero existen limitantes que nos condicionan nuestro accionar, incurren circunstancias y escenarios que nos permiten actuar involuntariamente, siguiendo las leyes que la misma naturaleza dictamina y por lo tanto, hacemos lo que es humanamente posible porque se nos sale de las manos. En pletóricas ocasiones manifestamos expresamente que no hicimos algo porque se nos presentó tal cosa, y que si no hubiera ocurrido esto, hubiésemos alcanzado el objetivo, en fin, las personas son seres mortales e imperfectos que no tienen control absoluto de las cosas, es necesario que el individuo tome conciencia de eso que existen aspectos en los cuales no es posible alcanzar, empero, hay que considerar también que existen cosas en los cuales el ser humano tiene facultad de querer hacer cuando tiene pleno dominio de algo específico.
Otro aspecto que condiciona al hombre es que no vive solo y no puede afectar desfavorablemente al prójimo, el arte de vivir bien no radica en pensar en sí mismo y restarle importancia a los demás, sino que se debe tener en cuenta la responsabilidad para evaluar las consecuencias de nuestros actos y buscar la reciprocidad, poniéndose en el lugar de esa otra persona; siendo enfáticos en no hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan. No obstante, no quiere decir que el individuo se prohíba vivir bien, es algo erróneo; vivir bien es que se debe dar gusto en los placeres de la vida con el propósito de desvanecer las emociones negativas, siendo factor la felicidad, eludiendo las malas consecuencia que pueda afectar a sí mismo y a los demás, a eso se llama responsabilidad.
El verdadero sentido de la vida parte de vivir bien, donde tengamos intereses propios que beneficien a los demás, el ser humano es un ser político por naturaleza, ya que convive contiguamente con personas, y si la persona considera que no le importa la política, muy bien puede aislarse marchándose al monte. El individuo elige a un gobernante porque lo considera conveniente para sus intereses, implícitamente para muchas personas más (sociedad), coadyuvando más al vivir bien.
Muchas cualidades caracterizan a una persona que tenga el arte del buen vivir, se considera que una persona que sea tolerante con quienes piensen diferentes en diversos ámbitos, solidario, humanista, que satisfaga sus necesidades, que viva en paz con la naturaleza, que sea responsable y consciente de las realidades, es una persona idónea y ejemplar en una sociedad, conociendo que todos somos diferentes, la idea es que a persona lo aplique pero de forma peculiar, usando sus libertades para el buen vivir.
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