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LA VIDA. ENSAYO


Enviado por   •  26 de Marzo de 2017  •  Biografías  •  1.372 Palabras (6 Páginas)  •  210 Visitas

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Borrador 1.

Mi madre es hija de Ana Ester Parra y José García, tuvieron 12 hijos de los cuales ocho fueron mujeres y cuatro fueron hombres, sin embargo, mi abuela es ese tipo de abuelas que se espanta al oír la palabra sexo,  coito, pene o vagina.

Mi mama nos tuvo a mi hermana y a mi, pero a la edad de cincuenta años la atemoriza el hecho de que yo con dieciocho,  de besos con lengua.

Mi hermana es seguidora de Krishna, es hippie y esta loca, las comunidades hippies donde nadie se depila, no se bañan mucho, y viven en un constante crecimiento espiritual, se prestan para espacios en donde el sexo sin límites es un actor principal en el contagio de las enfermedades sexuales.

Pero ahí estaba yo, con 16 años ante el hombre que pensé seria el amor de mi vida, nos íbamos a casar y tendríamos una hija llamada Sara, yo saldría del colegio y me iría para esa época entonces a vivir con él, viviríamos de amor, comeríamos amor y haríamos el amor, pero mi papá cuando se enteró que ya nos habíamos encamado lo golpeó y hasta ahí llegamos.

Borrador 2.

Mi madre es hija de Ana Ester Parra y José García, tuvieron 12 hijos de los cuales ocho fueron mujeres y cuatro fueron hombres, sin embargo, mi abuela es ese tipo de abuelas que se espanta al oír la palabra sexo,  coito, pene o vagina.

Mi mama nos tuvo a mi hermana y a mi, pero a la edad de cincuenta años la atemoriza el hecho de que yo con dieciocho,  de besos con lengua.

Mi hermana es seguidora de Krishna, es hippie y esta loca, las comunidades hippies donde nadie se depila, no se bañan mucho, y viven en un constante crecimiento espiritual, se prestan para espacios en donde el sexo sin límites es un actor principal en el contagio de las enfermedades sexuales.

A los 11 años no sabia que era una ninfómana, pero decidí alguna vez invitar a una compañera del colegio a quedarse en mi casa a ver películas… No se si fue inocencia o ignorancia, pero encontramos entre las cosas de mi hermana una película llamada “El diario de una ninfómana”, yo que a esa edad juraba que una ninfa y una ninfómana eran lo mismo, visualice la película con hadas y seres mágicos, por supuesto jamás vi duendes tan grandes y la hada de esta película no se satisfacía nunca.

Si, si vimos toda la película y a mi hermana le causo mucha gracia que confundiera el término, mi mamá más bien me inscribió en la iglesia para hacer la primera comunión.

Virgen y sin inocencia.

Mi madre Edna García Parra es hija de Ana Ester Parra y José García, tuvieron doce hijos de los cuales ocho fueron mujeres y cuatro fueron hombres, sin embargo, mi abuela es ese tipo de abuelas que se espanta al oír la palabra sexo,  coito, pene o vagina, pero los romances florecieron con un sentido casi revolucionario entre primos se casaron y eso que allá nunca se hablo de sexo.

Mi mama nos tuvo a mi hermana y a mi, pero a la edad de cincuenta años la atemoriza el hecho de que yo con dieciocho,  de besos con lengua o tenga  varias parejas sexuales, pero ella jura que lo que hace con su pareja actual es “El amor” no es de ese sexo peligroso del que ella se ganó dos hijas.

Mi hermana es seguidora de Krishna, es hippie y esta loca, las comunidades hippies donde nadie se depila, no se bañan mucho, y viven en un constante crecimiento espiritual, se prestan para espacios en donde el sexo sin límites es un actor principal en el contagio de las enfermedades sexuales pues todos con todos es la metodología del “sexo libre”.

Pero ante tantos factores estaba yo  con algunas secuelas de algunos eventos traumáticos para mi edad; a los once años con mi falda del colegio siempre planchada juraba que el desarrollo y descubrimiento de mi sexualidad sería como el de las niñas de 11 del colegio, que conocen a el amor de su vida en el salón de clases, pasan a la misma universidad, salen al mismo tiempo, tienen hijos y se casan, por lo menos mis barbies nunca dejaron de sonreír aunque yo solo tuviera como pareja un max steel sin una pata para todas, su mundo era tan perfecto como el mío.

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