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Ensayo Ley 100

anandme159 de Junio de 2014

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Lo primero es saber que es ?La ley 100 nace para suplir las necesidades que se veía en salud en los años90, ya que el sistema de salud Colombiano sólo lograba asegurar un 17% de lapoblación, el sistema no contaba con cobertura familiar, o sea que el segurosólo cubría al trabajador. Su familia accedía a las atenciones de salud a travésde las clínicas de las Cajas de Compensación Familiar, las cuales aplicabanunas tarifas módicas. Las entidades aseguradoras aplicaban preexistencias, esdecir que el afiliado debía renunciar a las prestaciones de salud para aquellasenfermedades existentes al momento de afiliarse

La ley 100 no es más que una de las expresiones de la política pública que afecta la salud En Colombia, la gestión de la política nacional frente a la salud fue propuesta desde la élite política en el gobierno, con base en estrategias y principios muy similares a los que aplicaron la reforma de primera generación, y con poca participación de otras agencias. (4) La Ley 100 de 1.993 es expresión concreta de una tendencia internacional en el campo de la reforma de la seguridad social, que estuvo expuesta a un contexto particular y que sucede a un complejo proceso de reforma política donde se habían dado ya otros momentos cruciales: “La descentralización de la administración pública y la transferencia de responsabilidades y recursos a los municipios; la descentralización de las instituciones de salud (Ley 10 de 1.990);la Asamblea Nacional Constituyente (Enero–Junio de 1991); la Comisión de Seguridad Social establecida por la nueva Constitución para definir los puntos básicos de un proyecto de seguridad social (Julio–Diciembre de 1991); la formulación del proyecto de reforma (1992); el debate en el Congreso con sus diferentes etapas: comisiones, sesiones plenarias, y el proceso de conciliación (1993); la redacción de la entidad regulatoria de la reforma (Enero–Agosto de 1.994); los decretos de transición (1.995) y el proceso de implementación”. (5) aquí no solo estoy ante graves problemas de corrupción, sino ante una ley, la 100 de 1993, una ley torcida, perversa, la base de este cúmulo de problemas, y también ante unos gobiernos alcahuetas, los anteriores y este, dedicados a aplicar esa ley regresiva y retardataria. Ambos factores explican en parte los horrores y el desastre que estamos viviendo.la destrucción del Seguro Social. Es uno de los asuntos más dramáticos de toda esta historia y uno de los que más desnudan los horrores de la Ley 100. El Seguro Social fue calculadamente destruido, porque, claro, cuando los neoliberales decidieron privatizar la salud, el Seguro Social contaba con un número importantísimo de colombianos aportantes y no había entonces cómo montar el negocio si no se lo sacaba de en medio. Lo que hicieron fue dejarle al Seguro los pensionados y pasarles los cotizantes a los fondos privados de pensiones, maniobra calculada para arruinar al Seguro Social, como efectivamente lo arruinaron, mientras les dejaban a los negociantes de las pensiones el lomo del negocio. Y en el caso de la salud fue lo mismo. Las EPS le robaron al Seguro los pacientes menos problemáticos, digamos, y le dejaron los pacientes de alto costo, los más viejos, las enfermedades catastróficas. El propósito era arruinar al Seguro Social y lo arruinaron. Y no solo lo arruinaron, sino que después le arrebataron las clínicas, compradas todas a menos precio. Aquí llamo a los organismos de control que deben de estar viendo este debate para que investiguen quién se quedó con las clínicas del Seguro Social, que valían toda la plata del mundo y que se subastaron a menos precio, estoy seguro. Es un asunto que se debe investigar si es que de verdad se quiere destapar la corrupción y no, como me temo, limitarse a hacer ruido en lugar de romper las nueces.

No me voy a referir tampoco al régimen subsidiado y solo voy a hablar del contributivo. El subsidiado sí que daría para un debate de veinte horas. Es el horror, ministro Santa María. Aclaro desde ya que habrá que individualizar. Aquí hago generalizaciones porque pienso que es lo predominante, pero habrá que individualizar cada caso como corresponde, con actitudes serias de los organismos de control y en la política, porque lo que realmente predomina en el subsidiado, como también en el contributivo, es una serie de prácticas escandalosas, entre ellas, inventarse pacientes que no existen, negar los tratamientos, hacer de múltiples maneras operaciones fraudulentas. Y con un agravante del que ya son víctimas este gobierno y el ministro Santa María y es que el sistema de salud, como una de sus características, está supuestamente montado sobre una información que deben enviarle al gobierno nacional las Entidades Prestadoras de Salud, o EPS, para que a partir de ella el gobierno tome decisiones. El sistema de salud avanza hacia la quiebra. Si no se deroga la Ley 100, si no se corrige seriamente lo que pasa, vamos hacia la ruina. Primero, por el enorme desempleo que hay en Colombia. El país no ofrece empleo, sino desempleo e informalidad, que no aportan de manera formal a la seguridad social. El otro factor son los malos manejos de las EPS. La Federación Médica Colombiana le acaba de enviar un derecho de petición a la Contralora General de la República, doctora Sandra Morelli, solicitándole certificar si las EPS, esas que no rinden cuentas y hacen lo que les da la gana, sí presentan suficiente grado de solvencia y liquidez para ser merecedoras de los recursos públicos. Porque el asunto está normatizado. Aquí la plata del Estado, tanto la nacional como la departamental y municipal, no se les puede entregar a entidades que no tienen unos márgenes de solvencia y unas posibilidades de atender el servicio. Y esto puede ser lo que está sucediendo en el conjunto de las EPS, porque se habla de sumas por más de cinco billones de pesos que les adeudarían a los prestadores de servicios de salud de todos los niveles. Y si los cobros se hicieran efectivos y si se pagaran, ¿qué les terminaría sucediendo? .Con los recursos del sistema de salud, dicen los especialistas, Colombia alcanzaría para tener una salud con cubrimiento universal y alta calidad. Y no se da así porque el sistema es perverso, como vamos a irlo explicando a lo largo del debate.

Por qué no funciona. Claro, se roban unas platas, sobre todo los peces gordos y también unos chiquitos. Pero lo más grave es que el propio sistema es el que induce los fenómenos de corrupción de los que estamos hablando. ¿Cuál es el lío? Que la Ley 100, compatriotas, no es la ley para la salud de los colombianos, sino la ley para el negocio con la salud de los colombianos. Y es bien distinto. La Ley funciona bien si da ganancia, no si da salud. Si da ganancia y además da salud, bueno, de pronto, pero lo que no puede faltar es la ganancia. Lo saben neoliberales como el ministro Santa María, especialista en estos menesteres. Es lo que dice la norma: primero la ganancia y después la salud, esa es la concepción.Primero, hay que derogar la Ley 100. Lo digo con todas las letras: no tiene arreglo. A la Ley 100 le han hecho no sé cuántos arreglos, entre comillas, como 500, y cada vez está peor. Se les está quebrando el sistema y esto puede terminar en un colapso. Hay que derogar la Ley 100, no sirve, La salud necesita clínicas, claro, públicas y privadas, necesita laboratorios, laboratorios de imágenes diagnósticas, salas de cirugía, medicamentos, todo. Pero no un sector parásito, cobrándoles un peaje a los colombianos dizque por administrar los recursos y sacando una ganancia con el pretexto de que administran los recursos. Es que no es solo la plata del gerente de la EPS lo que sacan como ganancia. Ahí está el incremento de los patrimonios, utilidades que después invierten en un club social o en una hacienda, o donde se les da la gana. Eso no lo necesita el sistema, colombianos. El sistema puede operar de una u otra manera sin la necesidad de ese parasitismo que se le ha montado. Pero para ello se necesita derogar laLey 100 y todo lo que de allí se deriva.

Y mientras se cae la Ley 100, hay que montar prácticas de control de verdad a esta guachafita. La integración vertical, ministros, hay que acabarla.. Es la única justificación que tiene para existir. No se necesita de ninguna manera. Y mientras exista, resultará imposible impedir que se defraude el patrimonio público. Ya se inventaron el truco: las asociadas saquean a la EPS o la EPS a la asociada, dependiendo de las conveniencias. Y además nos empezaron a llenar esto de sociedades anónimas. Les llamo la atención a los afiliados a Saludcoop. Una parte inmensa de las entidades de Saludcoop ya no son cooperativas sino sociedades anónimas. Lo que quiere decir que nadie sabe quién es el dueño. ¿Resultará ser el gerente de la EPS quien va por la noche a una IPS de la que él es propietario, la disfraza de anónima y se dedica a esquilmar a la EPS a la que se supone representa, y es la forma de saltar de ser un gerente a sueldo a próspero empresario capitalista? Son las cosas que están sucediendo, además de todas las que hemos mencionado aquí esta noche.Pero mientras no se cambie el sistema, necesitamos controles severos. Cómo así que aquí las cifras las ponen las EPS como se les da la gana y no hay capacidad de auditar. Cómo así que es la magia del mercado, la mano invisible de no sé quién, la que cuida el sistema de salud, cuando lo que vemos son las manos visibles de infinidad de altos personajes haciendo de todo. Y estamos hablando de cifras descomunales.

No me hago ilusiones de que este gobierno vaya a cambiar lo que actualmente rige, porque el doctor Santos es de la misma escuela, cortado por la misma tijera. He dicho que el gabinete del doctor Santos es algo así como la Selección Colombia del neoliberalismo. Y el ministro

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