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Estadistica Engañosa


Enviado por   •  24 de Octubre de 2013  •  3.100 Palabras (13 Páginas)  •  496 Visitas

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INTRODUCCION:

EL ABUSO ESTADÍSTICO DE CADA DÍA

Analfabetismo estadístico funcional

En su faceta más elemental, la estadística sirve para describir conjuntos de datos numéricos a través de gráficas y medidas descriptivas que pretenden resumir la información contenida en dichos datos. Tales gráficas y medidas descriptivas son relativamente simples, tanto por su elaboración como por su interpretación, y son aplicables a datos provenientes ya sea de censos, registros de tipo administrativo o encuestas. La simplicidad e intuición que respaldan a la estadística descriptiva permiten que se le pueda enseñar en escuelas desde el nivel básico, pero, al parecer, con la estadística se presenta una especie de analfabetismo funcional, pues la gente tiende a olvidar las reglas que justifican el uso de la misma. Por ejemplo, es de llamar la atención que una institución bancaria incluya en los estados de cuenta (que surgen de registros administrativos) gráficas de tipo pay que desvirtúan por completo el objetivo de la gráfica. Un diagrama de pay debe mostrar cómo se divide un total en sus partes, de manera que el círculo referido a una característica por describir tiene un área total que representa el 100% de dicha característica, digamos el crédito otorgado por dicha institución al cuentahabiente. Sin embargo, en uno de esos estados de cuenta se puede leer como encabezado que la característica por describir es el “Nivel de Uso” de la tarjeta respectiva, mientras que las partes en que se divide el pay corresponden a “Crédito Disponible”, “Saldo Total”, “Compras y Disposiciones” y “Saldo Anterior”. La figura 1 es básicamente la que aparece en el estado de cuenta referido, excepto porque se omitieron las cantidades correspondientes, ya que el “Crédito Disponible” es el “Límite de Crédito” menos el “Saldo Total”. La suma de las áreas respectivas da como resultado el “Límite de Crédito”, que podría entenderse como el 100% del “Nivel de Uso” permitido con la tarjeta.

Entonces, ¿qué papel juegan los otros conceptos?, uno de los cuales (“Saldo Anterior”) se refiere al mes anterior y no es comparable con los conceptos para el mes actual, a menos que se cumpla la relación “Saldo Anterior” + “Compras y Disposiciones” = “Saldo Total”, pero no es así, y lo que sí se cumple en este caso es que “Compras y Disposiciones” = “Saldo Total”. En resumen, la información que transmite el citado diagrama sirve en esencia para confundir. Desde luego, si eso es lo que pretende la institución bancaria (uno nunca sabe), su diagrama es todo un éxito. Pero también es un descrédito para la estadística, y estoy seguro que un estadístico profesional podría hacer una gráfica mucho más útil e informativa, y no necesariamente un diagrama de pay.

Otro uso equivocado de una herramienta estadística elemental sucede con frecuencia al hablar de promedio como sinónimo de un valor aproximado o cifra desconocida, cuando en realidad un promedio surge de una operación aritmética aplicada a un conjunto de datos numéricos, para resumirlos a través de un solo valor que pretende representar a todo el conjunto.

Esta herramienta la aprendemos a usar desde la escuela primaria, cuando resumimos las calificaciones obtenidas mediante el promedio de las mismas. No obstante, los siguientes ejemplos ilustran el abuso que se ha dado de esta herramienta en diversos medios de comunicación. a) “El presidente de la República llegará en promedio a las nueve de la mañana a la reunión” (para que esto tenga sentido, el comentarista debería indicar en cuántas ocasiones repetirá su llegada a dicha reunión el presidente y sabremos entonces que en unas llegará antes de las nueve, mientras que en otras lo hará después de esa hora), y si esto se toma en serio, se podría criticar al presidente por su ociosidad y falta de formalidad en sus compromisos. b) “El promedio de gente que asistió al Estadio Azteca fue de 60 mil” (es de suponer, entonces, que unos aficionados llegaban y otros se iban del estadio durante el partido y el comentarista veía cómo fluctuaba la cifra alrededor de 60 mil).

¿Se debe creer en las encuestas?

Debido a que hay necesidad de estudiar las actividades humanas y a que éstas están sujetas a variabilidad, es que se han desarrollado las técnicas estadísticas, cuya base se encuentra en las matemáticas, aunque su aplicación se efectúe en cualquier campo de actividad humana. Uno de tales campos es el que se refiere a la opinión pública y, en los meses previos a una elección presidencial —como ocurre en la actualidad—, se da una efervescencia de encuestas de opinión.

Muchas empresas que se dedican a realizar estos estudios lo hacen de manera formal y se preocupan por hacerlo bien, pero ello no impide que surjan aficionados que quieran llevarse también una tajada del pastel presupuestal dedicado a levantar encuestas. Por ello, la Asociación Mexicana de Agencias de Investigación de Mercado y Opinión Pública, que agrupa a diversas agencias dedicadas a esta labor, certifica que se sigan ciertos procedimientos de acuerdo con normas establecidas por las agencias investigadoras a nivel internacional. No obstante, esto no garantiza que se apliquen formalmente las herramientas estadísticas y, mucho menos, que sean aplicadas por personal calificado. De hecho, tiende a pensarse que actuarios, matemáticos, ingenieros, economistas y, en general, gente con preparación cuantitativa, son por ese hecho profesionales de la estadística.

Desde luego que la gente con bases cuantitativas sólidas y que ha llevado algún curso de estadística puede entender y aplicar diversas herramientas básicas sin mucha dificultad, igual que una persona con buenas bases en ciencias de la salud y que llevó algún curso de medicina elemental o primeros auxilios podría realizar alguna cirugía básica; pero de ahí a que pueda encargarse de realizar una cirugía mayor o detectar problemas de salud relativamente complicados hay mucha distancia. Lo mismo ocurre con la estadística, pues se requiere cierto nivel de especialización (actualmente, a nivel mundial existen programas de maestría y de doctorado que otorgan el grado después de dos años de estudios para la maestría y tres años adicionales para el doctorado, además de aprobar los exámenes correspondientes). La diferencia en el uso de una herramienta estadística por alguien que no tiene el nivel profesional adecuado y un verdadero profesional radica en la capacidad de distinguir los puntos finos de un estudio, no en la parte mecánica de aplicación de las fórmulas, ni en el cálculo numérico que se

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