Estoy Asustada

Estoy asustada, trajinada; estoy letalmente mansa, estoy como una culebra que quiere volar, estoy llena de encanto pero más del arcaico y estoy profundamente saciada, cansada, maltratada. Estoy dispuesta a la lucha, al sacrificio, al tormento y al ejercicio. Me gusta el libro, el café y el vaso. Soy un remolino de pensamientos abstractos que piensa radicalmente en los quehaceres diarios. Me maravillo fácil, adoro el Vodka y me derriten los besos, las caricias, el aliento, tu aliento. Me desmorono, me agujero, soy como un payaso bello durmiente. No sé si es un juego, pero no tengo piedras y no quiero malentendidos, me gusta el intento, pero todo me lo tomo muy enserio.

Ayer lo vi bajar del cielo, pero no sé qué es eso. A veces pienso que me enloquezco, pero lo miro y me consuelo, es como una ráfaga de invierno o de primavera. A veces lo persigo con el pensamiento y no encuentro un culto más bello. No sé si se da cuenta de que el café del ojo no se le riega o que los diamantes de la boca pueden costar millones. Yo me escondería, me taparía. Pero, es él, una cosa perversa, que tiene entrañas y pensamientos, y escucharlo hablar parece un jugo de mango con poesía de limón. Me sosiega su encanto, parece un muñeco, pero yo quiero creer que no es un Barbie; le digo cariño y a veces cielo, pero no es un pájaro ni un sentido. Es todo pero no entiendo, se parece más a un oso agazapado y quieto, no tan gordo y más estrecho, pero para arriba. Y en lo alto, se asoma a veces un cabello, uno negro, ondulado y esbelto, me pregunto si se dará cuenta de que en su cabeza tiene semejante cosa.

Un día, de esos de relleno, me lo encontré tirado ahí en el suelo; le pregunté ¿Qué pasa?, nada, un estrecho llanto en el firmamento se apodero de mis labios, un periplo de lujuria y saliva, de una cosa rara que hace que me pique el estómago y sienta ganas de vomitar, como esa sensación que deja una montaña rusa. Y no sólo eso, parece mentira, yo lo leí una vez, pero no lo creí, imposible… un… ¿Sentimiento?, creo que estuve a punto de morir, no sabía qué sentir primero. En ese momento, me di cuenta de que se parece a mí, excepto por esa cosa que deja suelta. Es un poco rara, pero también esbelta.

Un día, caminando por el suelo, me cogió la mano y eso que estaba sudando, me dio mucha vergüenza, debió pensar que no me baño o que tengo severos problemas con mi sistema hormonal. Él me miró de frente y trató de besarme pero no como antes, fue más bien algo rapidito y sin estruendo, no me lo esperaba, qué inquieto. Luego de caminar, hablar y reflexionar me miro con su café, me tomó con sus manos y mi corazón latió tan fuerte, casi presencio un torbellino; empecé a sudar y luego, me soltó un “Estoy enamorado”.

“Está bien”, y me fui corriendo, ni sé qué es eso, no lo comprendo, me tiene en las nubes, a veces pienso que ya ni pienso. Camino con alas y viajo en el tiempo, paseo sobre los recuerdos y no puedo dejar de pensar en esa palabra insólita que osó mencionar. Un escalofrió recorrió mis pies, mis rodillas, mi sexo, mi pelvis, mi ombligo, mi pecho, mi cuello, todo al mismo tiempo, me estremecí.

Calla corazón placebo, no sabes que eres un recuerdo neto y quiero que entiendas que me compadezco, pero yo no quiero, no puedo aceptar el reto, es demasiado lento este proceso, y a la vez rápido, como un suspiro y un beso. Calla corazón maldito, estás lleno de algo, que yo aún, no comprendo.

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