Etica Profesional En El Campo De La Ingeniera

En la actualidad, son muchas las personas que creen que ser un buen profesional solo depende de los conocimientos y habilidades que han ido adquiriendo a lo largo de su vida; esta forma de pensar es errada ya que para ser un excelente profesional se requiere armonizar los conocimientos con un buen comportamiento moral y ético, haciendo una unión del conocimiento con los valores, llegando al punto perfecto de equilibrio, donde sea un profesional hábil pero también que sea una persona con valores, los cuales exprese en su diario vivir.

Este mundo esta saturado de individuos sabelotodos; es decir, que creen tener en sus manos una sabiduría total y por ende quieren ser exclusivos en una sociedad tan avanzada como la de ahora. Lo anterior deja ver claramente que la prioridad del momento es la actualización continua del área intelectual dejando atrás la transparencia a la hora de actuar, este es un hecho grave a nivel general pero más aun a nivel profesional, porque la ética constituye una base de principios y valores que aseguran nuestra realización como personas y la falta de esta constituye sin lugar a duda el fracaso para el ser humano.

La primera premisa es que los primeros ingenieros no tuvieron una educación especializada que los guiara y les indicara como debían proceder para la elaboración de sus distintas labores, construían puentes, edificios, carreteras, etc., pero esto fue logrado de una manera empírica. Gracias a sus capacidades creativas, a sus actitudes matemáticas, a su buen criterio, a su espíritu de iniciativa, en conjunto es que pudieron lograr la construcción de grandes obras que aun hoy en día no dejan de sorprendernos. Es por eso que el que hacer de un ingeniero debe estar regido por una serie de cualidades, éticas, morales e intelectuales, que en conjunto abarcan todo lo que realmente es un buen ingeniero.

La segunda premisa en importancia de este escrito es la diferencia entre un ingeniero que solo busca poder y riqueza y entre uno que busca perfección en su trabajo dejándose llevar no solo por el deseo de adquirir recompensa sino por la voluntad que tiene para realizar su labor de una forma eficiente intentando así cumplir con las expectativas de los demás; es decir, no existe un interés personal porque lo que realmente se quiere es conseguir un bienestar colectivo.

Esto nos lleva a la tercera premisa en importancia -y última- de este escrito; la ética profesional permite que el ingeniero actué bajo el deseo de lograr siempre la máxima calidad y la mayor efectividad en todas las labores ejecutadas, brindándole así múltiples oportunidades en el mundo laboral; si el ingeniero cumple a cabalidad con sus obligaciones no tendrá que preocuparse por su futuro porque seguro que este será exitoso y además de esto le lloverán miles de oportunidades que le ayudaran a surgir en el ámbito social, económico y laboral. La labor del

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