Evangelio Del Dia
Marinamiles10 de Julio de 2011
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"1. Lectura
Respecto de los vv. 1-9: enumera los lugares en los que cae la semilla que echa el sembrador. ¿Qué porcentaje de fruto dio la semilla que cayó en tierra buena? Lee cuidadosamente los vv. 4-8: ¿Podríamos pensar que los tipos de lugares en los que cae la semilla van de peor a mejor? ¿Por qué?
Respecto de los vv. 10-17: ¿Por qué habla Jesús en parábolas? ¿Por qué declara Jesús dichosos a los discípulos (vv. 16-17)?
Respecto de los vv. 18-23: ¿A qué personas equivalen los tipos de tierra en donde fue sembrada la semilla?
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Debemos considerar que el fracaso de las semillas está en que no alcanzan a madurar. Excepto lo caído a lo largo del camino que se comieron las aves, las demás semillas crecen pero no maduran: las del pedregal porque no tenían raíces buenas, las de los abrojos porque fueron ahogadas... La explicación que proporciona el mismo Evangelio dirá que es a causa de la inconstancia, las preocupaciones equivocadas y la seducción de las riquezas. Esto mismo permite fijarnos en que la madurez de la semilla se refleja en una producción variada: cien, sesenta, y treinta, aunque correspondan al mismo tipo de tierra. La originalidad del evangelio de Mateo está precisamente en que la semilla que produce fruto es comparada con quien oye y entiende la Palabra. Esto es más importante todavía porque si vemos lo que dice Marcos y Lucas es totalmente diferente 123. Para Mateo ser semilla buena es estar atento y hacer el esfuerzo por comprender la Palabra. No es suficiente con oír, es indispensable también comprender, es decir, ver y apreciar con claridad. Para el evangelio de Mateo toda persona está en posibilidades de producir fruto, no hay nadie que sea incapaz de producir algo bueno. Sin embargo, el Evangelio no es ingenuo; reconoce que existen peligros reales que impiden la producción, no sólo abundante, sino incluso mínima. Estos obstáculos van desde la presencia hasta la inconstancia ante lasa veces inexplicabledel mal consecuencias por la proclamación de la Buena Nueva, las preocupaciones inadecuadas y la seducción de las riquezas. El ser humano posee en sí mismo esta doble realidad: la seguridad que puede dar fruto y, al mismo tiempo, de que existen serios obstáculos internos o externos que obstaculizan la producción de buenas obras.
Los cristianos que leían y escuchaban el evangelio de Mateo sabían que no era suficiente con pertenecer de nombre al grupo del Maestro, era indispensable producir frutos, cumplir la voluntad del Padre para que la cercanía fuera real (Mt 12, 46-50). Ahora bien, según este Evangelio la madurez en la producción de buenas obras se consigue oyendo y entendiendo la Palabra. Pero no es suficiente con oír; el discípulo debe entender, darse cuenta, ser consciente. Si solamente se oye pero no se toma conciencia, con mucha facilidad el mal domina al ser humano y termina sin dar frutos (13,19). Todos oyen la palabra, incluso algunos con alegría (v. 20) y a lo mejor hasta con gran disposición (v. 22); sin embargo, por inconscientes no alcanzan la suficiente madurez para producir frutos. Estamos ante una fuerte llamada a la madurez cristiana El discípulo no está obligado a producir más de lo que puede pero sí a dar generosamente lo que le corresponde. Lo imperdonable es no tomar conciencia de lo que se es, limitándose a oír y a ser espectadores ante quienes producen frutos.
2. Meditación
Reflexionemos personalmente los siguientes mensajes que aparecen contenidos en el Evangelio.
En la comunidad cristiana, todos sin excepción, tenemos además de la posibilidad, la responsabilidad de producir frutos.
Existen peligros reales que impiden la producción adecuada; estos obstáculos pueden ser externos o internos, explicables o no, identificables o escurridizos.
El obstáculo fundamental para producir verdaderos
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