Evolución Histórica de las Ciencias Ambientales.

Evolución histórica de las Ciencias Ambientales en la Ingeniería.

     El interés por los problemas ambientales es un hecho que no solo se ha manifestado en la actualidad, sino que también ha sido generado desde antaño. En la antigüedad ya se había determinado una necesidad por poner frente a situaciones que generaban alguna clase de riesgos para la población y el entorno en general, por tanto, a partir de estos hechos, con el pasar de los tiempos, fueron surgiendo una serie de personajes que manifestaron sus ideales a partir de una base de estudios u observaciones realizadas por sí mismos. Con base en esto, se inició una real toma de conciencia respecto a dichos problemas, viéndose determinados países en la gran necesidad de organizarse en una serie de identidades que se dedicaran a buscar soluciones y prevenciones en cuanto a la problemática medioambiental que se venía presentando con el pasar de los años. Sin embargo, fue y sigue siendo un gran reto, ya que la población en general, en lugar de afrontar también esta necesidad, no le da la importancia que esta requiere, causando un gran desequilibrio con su aumento poblacional.

     La necesidad de poner frente a esta situación nace principalmente en la cultura grecorromana, a partir del filósofo griego Teofrasto quien escribió el libro ”Historia de las plantas” en el cual se describen los conocimientos populares sobre los vegetales comunes que había en esas épocas e hizo grandes aportes en cuanto a los organismos vivos y su ambiente. Luego de esto, durante esa misma época, surgen los Emperadores Romanos, quienes realizan obras de saneamiento ambiental, tales como acueductos y drenajes para drenar el Foro Romano, aun en servicio. No obstante, la poca información de las actividades del hombre en el entorno ecológico, llevo a que se ocasionaran grandes impactos ambientales, trayendo consigo grandes epidemias, lo que ocasiono la caída del Imperio Romano, así mismo, la aparición de la peste negra en Europa durante el siglo XV.  Posteriormente, en 1869 Ernest H. Haeckel introduce el término de Ecología, definiéndolo como “el estudio de las relaciones de un organismo con su ambiente inorgánico y orgánico”.

     Con respecto a la población humana en la tierra, el teórico social Ingles Eddward Isaaacson, sucesor del Reverendo Thomas Robert Malthus, escribe el libro “The Malthusian Limit” de donde Sutton en 1987 citó: “La interrogante más importante del hombre es que hacer para limitar el número de personas en la tierra a valores que permitan el mejor uso de los recursos naturales del mundo”. A través del tiempo, la humanidad se ha caracterizado por utilizar cada vez más energía, de donde durante el siglo XIX, se producen importantes aportes hacia el uso de la electricidad y sus diferentes formas de energía que le permitieron al hombre del siglo XX transformarlas en formas más útiles. No es sino hasta la década de los 70, cuando el hombre se da cuenta de la necesidad de conocer la capacidad real de sostenimiento de nuestro planeta y establecer principios relativos de la conservación del ambiente, por ello, motiva al gobierno de la Republica de Suecia a proponer a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a realizar la primera conferencia mundial sobre el medio ambiente humano; conferencia realizada en Estocolmo en 1972, cuya declaración final consistió en “…la defensa y la mejora del medio ambiente para las generaciones presentes y futuras constituyen un objetivo urgente de la humanidad…”. Como respuesta a dicha declaración, la UNESCO crea el Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (PNUMA), para diseñar y desarrollar un Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA), el cual da inicio en 1975 y culmina su primera fase con la conferencia mundial e intergubernamental sobre educación ambiental en la ciudad de Tbilisi (Georgia) en 1977. Una década más tarde en 1987, se realiza en la ciudad de Moscú (Rusia) el I congreso internacional sobre educación y formación ambiental auspiciado por la UNESCO y PNUMA. Así mismo, después de la implantación de los programas creados, el PNUMA en 1975 da inicio a un programa de investigación de los riesgos que entrañaba el posible debilitamiento de la capa de ozono. Dichos resultados, conllevaron a la elaboración de un tratado que permitiera controlar la producción y comercialización de posibles sustancias destructoras de la capa de ozono.

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