GESTIÓN DEMOCRÁTICA

GESTIÓN DEMOCRÁTICA

Entendida como el control y la participación de la sociedad, a través de formas directas y representativas, en el planteamiento y gobierno de las ciudades priorizando el fortalecimiento y autonomía de las Administraciones Públicas locales y de las organizaciones populares. Incluye el derecho a la elección libre y democrática de los representantes locales, la realización de plebiscitos e iniciativas legislativas populares y el acceso equitativo a so debates y audiencias públicas. Incluye también, el derecho a la participación equitativa y deliberativa en la definición de las políticas y presupuesto municipal, y en canales institucionales, tales como los consejos y comisiones sectoriales y territoriales. Supone la adopción de los principios de transparencia y de eficacia en la administración pública. Configuran lesiones al derecho a la ciudad, las acciones y omisiones, medidas legislativas, administrativas y judiciales, y prácticas sociales que resulten en el impedimento, recusa, dificultad e imposibilidad de participación política colectiva de los grupos sociales y de los habitantes en la gestión de la ciudad, así como en el cumplimiento de las decisiones y las prioridades definidas en los procesos participativos que integra la gestión de la ciudad.

Gestión democrática del riesgo ambiental es cuando el gobierno litiga a favor del medio ambiente, es decir, se busca prevenir daños por desastres naturales, o los ocasionados al medio ambiente por el desarrollo urbano sin afectar el desarrollo económico o la calidad de vida .“…que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las suyas…”

La práctica de la gestión democrática va produciendo nuevos aprendizajes para los actores de la sociedad civil y del gobierno y ha contribuido para alterar significativamente la forma de relación del poder público con la población a nivel local. Las prácticas participativas y de control social, han contribuido de modo significativo para los procesos de democratización de la gestión pública y han mostrado alternativas efectivas para una Reforma del Estado y para una redefinición de las relaciones entre el Estado y sociedad civil en Brasil. Un proceso de democratización de la gestión debe tener la práctica educativa como elemento fundamental para asegurar un mayor alcance y calidad de los aprendizajes producidos. De ahí la necesidad de una pedagogía de la gestión democrática como dimensión indispensable para posibilitar que los actores (de la sociedad civil y de gobierno) adquieran eficacia y potencia de acción en el ejercicio de la democracia, la ciudadanía activa, en la vitalización de las esferas públicas en la construcción de una nueva cultura política.

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