Grupo De Preescolar

Durante los días de observación en el grupo de 2 “B” del Jardín de niños Gabilondo Soler, observe que surgieron algunas dificultades relacionadas con el lenguaje escrito.

En las diversas oportunidades que tuve de estar observando al grupo en lo días asignados, me di cuenta de que la educadora no promueve la función del lenguaje escrito, negándole al niño la oportunidad de estar en contacto con un ambiente alfabetizador, en donde él mismo sea quien construya su propio conocimiento, guiado por la mano de la docente. Considero que el jardín de niños debería permitir a todos los niños observar marcas escritas en un ambiente rico en escrituras diversas; leer en voz alta y ver escribir a los adultos. Debe haber cosas para leer en un salón de preescolar.

Por medio del lenguaje se favorecen las distintas competencias comunicativas, cognitivas, sociales y motrices (sin enfrascarse en una), ya que en todas partes está presente. El docente debería tomar una actitud sensible ante el habla del pequeño y adecuar su lenguaje para buscar canales de entendimiento y así poder responder a sus dudas.

Estas interacciones constantes tienen grandes repercusiones en lo que respecta al desarrollo de las habilidades comunicativas ya que pueden tener mayores y mejores oportunidades para ser interlocutores activos. Los niños se apropian del mundo en el que están inmersos y están en constante relación con los diversos medios comunicativos.

El 90% de los alumnos de este grupo no saben escribir su nombre propio.

Sin embargo me di cuenta de que el enfoque que se le da en el preescolar al lenguaje escrito está muy por debajo de lo que en realidad significa, que el niño aprenda a leer y a escribir no es garantía de que en la primaria ese niño no vaya a tener dificultades para expresar sus ideas de manera oral y escrita, al contario, sería uno más de los ya maquilados reproductores de texto, que no saben interpretar, sólo traspasar.

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