Guerra De Guerrilla
6H5JUAN29 de Noviembre de 2013
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Guerra de resistencias
La guerra asimétrica es un conflicto violento donde existe una gran desproporción entre las fuerzas tanto militares como políticas de los bandos implicados, y que por lo tanto obliga a los bandos a utilizar medios fuera de la tradición militar común. Entre estos medios se cuenta la guerra de guerrillas, la resistencia, toda clase de terrorismo, la contrainsurgencia, el terrorismo de Estado, la guerra sucia o la desobediencia civil.
En la guerra asimétrica no existe un frente determinado, ni acciones militares convencionales. Por el contrario, se basa en combinación de acciones políticas y militares, implicación de la población civil y otras operaciones similares.
Recientemente, y dada la gran diferencia de poderío militar entre las grandes potencias y el resto de países del mundo, en éstos han empezado a surgir teorías de la guerra asimétrica más extensas. El libro Guerra Sin Restricciones, escrito por los coroneles chinos Qiao Liang y Wang Xiangsui en febrero de 1999, es la primera obra teórica de profundo calado sobre las guerras asimétricas futuras a gran escala. De manera muy resumida, sus autores postulan la utilización de cualquier clase de lucha —sin tener en cuenta ninguna objeción ética— ante una potencia abrumadoramente superior en fuerza, tecnología o influencia diplomática
El estado venezolano y sus relaciones internacionales
Trabajo elaborado por Dr. José Machillanda con soporte del Observatorio Politológico del Centro de Estudios de Política Proyectiva
Doc.-B – 034 (Versión Definitiva del Documento B)
El Estado venezolano suscribe la Seguridad como un valor imperioso de la sociedad, principio garante de la paz y promotor de la cooperación entre los Estados en el sistema internacional, para la conservación y crecimiento de la humanidad en su permanente desarrollo. Igualmente evoca y acepta el contenido de lo establecido en el derecho público internacional y en las obligaciones causantes por su participación como miembro de la Naciones Unidas, según lo establece el artículo 51 de su Carta constitutiva, y lo previsto en la Carta Democrática, aprobada por la Organización de los Estados Americanos, con sus organismos supranacionales - regionales, los cuales mantienen competencia normativa, interna y externa, de proyección internacional.
El Estado venezolano propicia la Seguridad Regional como una responsabilidad que le es propia y que debe ser instrumentada por el estadista como poder político de manera conveniente en el ambiente anárquico del continente americano, en el entendido de que el aumento en lo niveles de seguridad servirá como promotor de las relaciones de poder interestatales, consecuente con el mayor nivel de civilidad y respeto, tanto en la bilateralidad como en la multilateralidad continental. La seguridad como bien social y principio garante para mantener la paz global, regional y bilateral, atenderá con especial énfasis al cuerpo social venezolano promoviendo su moral, el crecimiento de una economía libre y un comercio amplio, el ejercicio de la cultura hispano americana, el crecimiento de la ciencia, la investigación y la tecnología en apoyo al desarrollo y al perfeccionamiento de la seguridad militar para neutralizar y destruir cualquier amenaza o riesgo interno al Continente.
El Estado venezolano prioriza la seguridad a lo interno de la sociedad, consciente de la necesidad primaria de preservar los valores y tradiciones de la socio-antropología del venezolano, en la cual influye de manera determinante el orgullo de haber sido factor fundamental en el proceso histórico que produjo la libertad de gran parte de Sur América y hoy, se adhiere al proceso de integración, cooperación, concertación y coordinación para reconocer un nuevo centro. Este nuevo centro integrador proporcionará ventajas relativas y competitivas a los latinoamericanos y a sus cuerpos sociales e instituciones en general, y en particular, respaldará la construcción de una zona de paz desnuclearizada en el hemisferio, y finalmente, permitirá potenciar las reservas ecológicas y acuíferas que simbolizan la preocupación de la conservación del medio ambiente y el principio de desarrollo sustentable.
El Estado venezolano en la construcción de la seguridad instrumentada por el estadista, orienta su actuación en las ciencias del gobierno para perfeccionar su inteligencia de Estado, con el fin de detectar posibles amenazas: tradicionales y nuevas; para contener pretensiones continentales y extra-continentales de Estados y de grupos de la delincuencia organizada transnacional, buscando de esta manera garantizar la seguridad como bien social y disminuyendo la vulnerabilidad estatal. La inteligencia de Estado viene dada por una diplomacia efectiva y sustentable que
haciendo uso de la "gran estrategia"-definida previamente por el estadista- facilite la proyección de la - "estrategia dura"- como mandato político que en operaciones de defensa ejecutará la maquinaria de guerra del Estado venezolano para el resguardo de la sociedad y preeminencia del Estado-Nación.
El Estado -vía sus instituciones especializadas- se abocará a la planificación, conocimiento, difusión y empleo de la concepción filosófica-militar, promoviendo el estudio de la seguridad, la polemología, la concepción clausewitziana de la guerra y el uso racional de la híper-tecnología en el objeto fundamental de la seguridad militar: la defensa. En consecuencia, el Estado promoverá el conjunto de acciones necesarias para aproximar la seguridad militar y resguardar los valores y derechos de la sociedad, instrumentar estrategias específicas, y garantizar el ejercicio de todo su poder para mantener una sólida capacidad militar del Estado.
Esta capacidad militar del Estado se basa en el fortalecimiento de una sociedad democrática, con alta moral y respaldo a los fines comunes y permanentes del Estado, con una economía sustentable, una opinión libre y un ejercicio transparente de la información en especial en lo atinente a la seguridad del Estado. La capacidad militar del Estado se sustenta y se estructura en una organización militar profesional con capacidad de operar con la híper-tecnología disponible y/o rentada con el fin de darle flexibilidad y alcance a sus operaciones previsibles frente a las probables hipótesis de conflictos o guerra. La capacidad militar del Estado tiene como referente operacional "al mosaico estratégico regional" y privilegia la cooperación y concertación en el ejercicio de la diplomacia con otros Estados. Así, la seguridad militar requiere de una definición estratégica, la maximización del profesionalismo del estamento militar, la organización del pie de guerra, el soporte logístico apropiado y un alto grado de tecnología que facilite su autonomía.
El Estado está obligado y será responsabilidad del poder político, invertir en el talento, recursos y tecnología para que al aplicar la estrategia, consolide con eficacia el empleo de la fuerza como poder, para alcanzar ese mismo objetivo tanto en lo internacional como en lo nacional. El empleo de la fuerza como poder siempre estimará el empleo de la persuasión, la disuasión y la diplomacia antes que la fuerza, pero, en su interés de garantizar la Seguridad del Estado será realista, entendiendo como natural y legítimo la aplicación de la teoría de la defensa del Estado como derecho que le asiste a Venezuela unidad estatal que atiende a su soberanía. La estrategia considerará las alianzas internacionales como un camino concurrente que, potencie y permita, conseguir el fin, es decir, la seguridad entendida como bien social.
El Estado y su estrategia para la seguridad, propicia la maximización del profesionalismo militar para superar el estadio de componente armado Late modern hacia el modelo híper-tecnológico que opera según la ecuación C4ISR (Comando, Control, Comunicaciones y Cibernética + Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento), con lo cual logra la disuasión, y de ser necesario la victoria militar. El militar y lo militar en el Estado en su búsqueda de seguridad, actuará en una dinámica interinstitucional a lo interno del sistema político venezolano, consciente de su subordinación al poder civil, ejercitándose y manifestando su capacidad militar, al comprender la guerra como ciencia y arte. Ese estamento armado privilegiará su capacidad, corporativismo y responsabilidad ante la sociedad fortaleciendo y respetando la Constitución, ejerciendo el liderazgo militar entendido como el de un
jefe militar, comandante natural, que hace uso de la ética como moral y ética aplicada.
El Estado, para alcanzar la garantía de su seguridad, establecerá en su componente armado, unas relaciones civiles-militares como una vinculación entre el poder civil y el estamento militar, propensas a la ejecución eficiente de la seguridad militar, ceñida a una pauta que respete el control
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