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Historia del tallado al estilo tailandés. El origen y la actualidad.

ragl_77Tarea21 de Mayo de 2016

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  • Historia del tallado al estilo tailandés. El origen y la actualidad.

Antes de desarrollar en este documento la historia del tallado Tailandés, nos parece adecuado realizar un acercamiento a las diferentes opiniones sobre el origen del tallado de frutas y verduras.

Lo que sin lugar a dudas podemos afirmar, como suele suceder en estos casos (tanto con técnicas culinarias como con elaboraciones), es que según la corriente, país  o escuela que sigamos, encontraremos diferentes versiones sobre el origen de este noble arte. Además, si tenemos en cuenta la antigüedad de esta práctica, entenderemos que una parte importante de la información que ha llegado hasta nuestros días se entremezcla entre los documentos con veracidad histórica y las leyendas locales.

        Como punto de partida, la referencia más antigua que hemos encontrado se sitúa en la antigua China, concretamente durante la segunda dinastía Tang, donde se hace referencia al nacimiento de la técnica en la región de Xian como elemento para celebrar la vuelta al trono en torno al año 705. Así, el poeta Li Po narra como el emperador quiso celebrar su triunfo con grandes demostraciones de agradecimiento a los dioses, solicitando a sus cocineros mayor esplendor en las ofrendas frutales. Estos entonces esculpieron en las frutas y verduras de la ofrenda, formas de animales míticos que solían ser adorados y/o representados, como dragones, pájaros o peces. Posteriormente, a mediados del siglo IX, se achaca a la poetisa Yu Xuanji la difusión de este arte entre el pueblo hasta hacerlo muy popular en los ritos sagrados, principalmente en los de carácter funerario. No es hasta la llegada de la dinastía Ming, cuando se produce la mayor expansión, que fue paralela a la del Imperio. Durante este periodo, la cultura china se difunde por todos los países limítrofes con el Mar de China, de manera especial entre los siglos XVI y XVII, donde se establece relaciones comerciales con países como Tailandia, Camboya, Malasia, Japón, Filipinas, etc… Los banquetes y ofrendas con los que los chinos agasajaban a sus vecinos, causaron un gran impacto en las culturas huéspedes y muy pronto el arte de tallar las frutas entró a formar parte de sus costumbres, aunque adaptando las formas a los gustos y formas religiosas de las zonas aculturadas.

        Por otro lado, los más acérrimos historiadores japoneses, en especial los defensores del Japón legendario, datan en más de dos mil años de antigüedad a el conjunto de técnicas utilizadas en el tallado de frutas y verduras (Mukimono), sugiriéndose así una influencia notoria en el nacimiento del tallado en China, y por ende en las demás regiones. En este punto cabe destacar que por el contrario, los historiadores más eclécticos valoran como poco probable este hecho, pues entienden que el cuidado por la cocina, el surgimiento de las fastuosas Casas de Té, con sus geishas, la kaiseki (cocina donde se realza la decoración tanto en las elaboraciones como en la vajilla), etc, no aparece en la cultura japonesa hasta la caída del régimen militar que gobernó Japón desde el siglo XII hasta el XIX.

        Para aportar más dudas sobre el origen del tallado de frutas en este país, dos hechos contradictorios. Por un lado en el siglo XVI San Francisco Javier, narra la belleza con que los habitantes de la capital del país decoraban los platos más  sencillos de arroz y vegetales, con adornos artísticos de gran belleza. Por el otro, nos consta que el periodo ya citado de régimen militar se caracterizó por todo lo contrario a la estética, buscando la mayor practicidad y austeridad posible, siendo difícilmente creíble que el ámbito gastronómico fuera una excepción.

Finalmente, debido a la gran influencia de la cultura china en el país nipón, así como a los continuos flujos migratorios desde el gigante asiático hacia los países limítrofes, convendremos en que lo más probable es que el proceso de expansión de la talla de frutas y verduras fuera desde el continente hacia las islas, aunque no tengamos la certeza.

Y entonces… ¿sucedería de igual manera con Tailandia? Aunque lo más probable es que el origen sea el mismo, también en este caso, los defensores de esta corriente sitúan el origen de su peculiar forma de talla en sus propias fronteras.

Para el caso Tai, primeramente nos situaremos, para luego explicar su leyenda. En la parte central del norte de Tailandia, más concretamente el reino de Sukhothai, en torno al siglo XIII se instaura la dinastía Ruang Phra. Con esta dinastía se instaura también una celebración de origen hindú adaptada por los budistas tailandeses como ceremonia en honor a Buda. Esta ceremonia mezcla varios conceptos religiosos como el tributo a Buda, un ritual de purificación Brahmánico consistente en agradecimientos a la diosa del agua Tai, el comienzo de una nueva vida sin rencores y sin debilidades a la vez que atrae buena suerte y buenos augurios. La característica principal es la construcción de pequeñas balsas decoradas con hojas, flores, incienso… sobre las que se colocan candelas para hacerlas flotar y navegar en el agua. Este ritual se denomina Loy (flotar) Krathong (nombre de la pequeña balsa ya descrita).

Cuenta la leyenda que Loethai (Lerthai según que traducción consultemos), el tercer rey de la dinastía Ruang Phra y que gobernó en el XIV, fue sorprendido gratamente por su consorte Noppamas Nang cuando esta trató de agradar a su rey haciendo más notoria la celebración decorando su Krathong con una flor y un pájaro tallado en unas piezas de frutas y/o verduras. Quedo tan complacido el gobernante que decretó que ese arte debía formar parte del acervo cultural de su pueblo. A partir de entonces se conservó y desarrollo en secreto por parte de aquellos/as que se convirtieron en expertos en esa disciplina, oculto en los muros de palacio. Así las técnicas nunca fueron grabadas y se transmitían de boca en boca y a través de la demostración y la práctica por parte de los maestros a sus aprendices, por considerarse un arte semi-divino, un arte superior.

La posible veracidad de la leyenda se apoya en hechos como las constataciones de la existencia de sus protagonistas, al punto que aun actualmente a los concursos de belleza que se celebran en el Loy Krathong se les llama “Concurso de la reina Noppamas”. Lo que no está tan claro es como aprendió la reina esta disciplina, que pasó a llamarse Kae sa luk. Quizás de los contactos de su cultura con el imperio chino, quizás de la tradición Tai en el tallado en otros materiales con motivos florales…

Con el paso de los siglos se fue extendiendo entre la población hasta hacerse popular en toda Tailandia, principalmente entre las mujeres. Pese a ello, el registro escrito de esta forma de talla se encuentra disperso a lo largo de la historia tailandesa.

La Kae Sa Luk casi pereció, pues de forma progresiva el reino de Sukhothai y después el de Ayutthaya, como exponentes del primer pueblo tailandés, se han visto asediados durante toda su historia. Primero por Birmania y Vietnam, después por Laos. Posteriormente todas las potencias europeas trataron de colonizar el país en el siglo XIX hasta principios del XX, siendo el único estado del sudeste asiático que consiguió no ser colonizado gracias a la diplomacia de sus monarcas. De hecho de ahí proviene el nombre moderno del país, que significa “estado libre”, pues anteriormente se conocía como Siam. La situación cambiaría con el golpe de estado de 1932 que acabo con la monarquía absoluta, instaurando una interminable sucesión de monarquías constitucionales que enmascaraban regímenes militares. Si sumamos los conflictos varios en los que se vio afectada por su situación geográfica (aliada de Japón a la fuerza en la segunda guerra mundial, pero también de la URSS contra Alemania y en continua conflicto hasta las últimas décadas del siglo XX para evitar la expansión comunista de los vecinos Camboya, Vietnam y China) entenderemos el tremendo esfuerzo realizado por sus practicantes para, contra todo pronóstico, asegurar la supervivencia de la Kae Sa Luk. Con este panorama, donde la mayoría de los ciudadanos tailandeses se centraron más en la supervivencia que en la recreación de la belleza y la creatividad propia de su cultura, pasando factura también a la talla, como es lógico hay un cambio fundamental en la democratización de la disciplina artística. Algunos autores sugieren que en 1934 el Ministro de Educación del país, con la intención de sacar de los palacios y la nobleza la cultura tradicional Tai, reúne a profesores de todo el país para un curso de formación de un año en varias artes y poder así trasladarlas después a las escuelas. Entre ellas se encontraba el tallado de frutas y verduras, incorporándose así a las escuelas y por consiguiente llegando a toda la sociedad, independientemente de su nivel socio-económico.

En cuanto a su difusión en occidente, debemos nombrar a Paul Bocuse, chef francés referente en la Nouvelle Cuisine, como uno de los grandes impulsores en Europa durante la década de los 70. Destacar también el gran desarrollo en los principales destinos turísticos, especialmente tropicales, de toda América en el último cuarto del siglo XX, principalmente en buffet de hoteles y resort, además de cruceros. Aunque no es menos cierto que la evolución en occidente, en la mayoría de los casos se ha alejado de la ortodoxia de las tres ramas asiáticas de la talla ya descritas (tanto en las técnicas como en las herramientas y motivos) sin lugar a dudas por la necesidad de facilitar el aprendizaje así como dar más versatilidad a las creaciones, bebiendo de otros tipos de tallas y técnicas más propias de la escultura.

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