Identidad

Hablar de identidad suele ser un tema muy complejo y confuso, se manejas dos tipos de confusión, por una parte la identidad se refiere a diferentes tipos de procesos psicológicos, tiene que ver con categorías sociales externas, como la nacionalidad o la asociación profesional; para otros con auto conceptos y para otros tiene que ver con las teorías que la gente tiene sobre ellos mismos.

Otra fuente de confusión es que la identidad se refiere a aspectos bastante específicos y muy diferentes de la persona.

Los psicólogos manejan diversos tipos de identidad como es identidad corporal, identidad sexual, identidad de género, identidad familiar, identidad escolar, identidad geográfica, identidad nacional, identidad racial, identidad étnica, identidad laboral, identidad deportiva y así indefinidamente.

La identidad del yo: un concepto

La identidad está conformada por 4 puntos o aspectos

Primer punto: una persona no tiene una identidad a menos que él o ella experimente, se reconozca con algunas de las características personales como más reales y verdaderas.

Cuando se trata de identidad, una característica es importante no por sus consecuencias o por lo que me aporta, sino exclusivamente porque me hace quien soy, constituye la esencia de mi propio yo.

Segundo punto: una característica humana central es tener no solamente deseos, sino también deseos sobre los propios deseos, impulsos o necesidades

Tercer punto: algunas personas se identifican con una o más de sus preocupaciones y se ven a sí mismos como caracterizados de forma central por sus preocupaciones. Realmente quien soy yo

Cuarto punto: la identidad se adquiere cuando una persona se identifica con algunos de sus preocupaciones de tal forma que puede definirle de formas más verdadera y central que cualquier otro aspecto de su personalidad.

La adolescencia y la construcción de la identidad

La adolescencia es la etapa que va desde los 12 a los primeros años de la veintena.

En la infancia ocurre una trasformación crucial, el organismo biológico y cognitivo se convierte en un yo. Esta trasformación está constituida por dos sucesos no muy diferentes: la experiencia de la autonomía en un acto intencional.

El sentido del yo del niño tiene una tercera característica central esta es ser un yo que desea.

Desarrollos posteriores del yo subjetivo: la autonomía y la pertenencia,

A lo largo de la línea de la autonomía el niño se hace progresivamente capaz de controlar sus impulsos y regular sus sentimientos y las expresiones de emociones.

La pertenencia, en conjugación con los procesos cognitivos y reflexivos, el niño asimila la experiencia temprana de “lo mío” y se apropia no solo de sus acciones y de aquello en lo que participa.

Este tipo de identidad que integra a la persona en el tejido social parece ser necesaria

...