Indicadores Del Desarrollo Humano
daliamenendez8 de Febrero de 2014
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El concepto de Desarrollo Humano y su Indicador (IDH)
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define al desarrollo humano como “el proceso de ampliar la gama de opciones de las personas, brindándoles mayores oportunidades de educación, atención médica, ingreso y empleo e incluso tiene que ver con el total de opciones humanas, desde un entorno físico en buenas condiciones hasta libertades políticas y económicas” (PNUD 1992:18). Sin lugar a dudas se trata de un concepto amplio e integral basado en la idea de bienestar de la población, que ayuda a distinguir entre dos aspectos del desarrollo humano: uno, es la formación de capacidades humanas como un mejor estado de salud o mayores conocimientos; el otro, es el grado en que los individuos emplean las capacidades adquiridas.
Esta concepción requiere que la medición del nivel de desarrollo humano de un determinado país, comunidad o grupo social, no se base solamente en componentes económicos que, aunque también son importantes considerar, constituyen una aproximación incompleta dado la complejidad del proceso señalado. Dentro del esquema propuesto por el PNUD se procura enfatizar en la gran divergencia existente entre niveles de riqueza material y de desarrollo humano. Por esta razón, el principal objetivo subyacente en la construcción del IDH es proporcionar referencias cuantitativas de las privaciones humanas y de las distancias existentes con respecto a metas posibles de alcanzar y monitorear la eficacia de las políticas en curso.
El IDH es un índice compuesto que toma en cuenta tres elementos básicos, dos de los cuales aluden a la formación de capacidades (longevidad y nivel de conocimientos) y un tercero (nivel de vida aceptable) que es una medida vinculada con el bienestar material y las capacidades de consumo familiar.
Para construir este Indice, se tiene en cuenta tres elementos: el nivel de salud, representado por la esperanza de vida al nacer, el nivel de instrucción, representado por la tasa de alfabetización de adultos y el promedio de año de escolarización y finalmente el ingreso, representado por el PIB por habitantes, tras una doble transformación que tiene en cuenta la diferencia del poder adquisitivo existente entre un país y otro. (PIB/PPA). El IDH es una medida no ponderada que clasifica a los países o regiones a través de una escala que va de 0 a 1 y permite considerar tres niveles de Desarrollo Humano:
ALTO..............................+ de 0,800
MEDIO............................ de 0,500 a 0,799
BAJO.............................. - de 0,500
Hasta 1990, año en que el PNUD incorpora el cálculo del IDH en sus informes anuales, era frecuente medir el desarrollo de un país o región de acuerdo a su Producto Bruto Interno, el que relacionado con la cantidad de habitantes permitía obtener el PBI/per cápita, sinónimo del ingreso de sus habitantes, sin embargo, el PNUD considera que este indicador resulta, en muchos casos, una muy deficiente medición del grado de bienestar de los habitantes de un país o región, dado que resume solo un aspecto del bienestar de la gente como lo es el ingreso. El Indice de desarrollo humano nos da información sobre los logros socioeconómicos, más que los que nos permitía obtener el ingreso por habitantes, pero aún así no refleja todas las dimensiones de las oportunidades del hombre, aunque al sintetizar las posibilidades de acceso a tres aspectos esenciales como son la salud, la educación y el ingreso –éste último como la capacidad de acceso a los mercados- permite tener una visión más amplia del desarrollo de la población.
Precisamente, en este trabajo se intenta realizar una descripción basada en la síntesis de los tres aspectos esenciales mencionados, motivados especialmente por cierta paradoja estadística que explicamos a continuación: desde que el PNUD iniciara el cálculo del IDH en 1990, Argentina se encuentra en el grupo de países con desarrollo humano ALTO, aunque su posición en el ránking mundial fue variando desde el puesto 43 en 1991 al Nº 30 en 1996 y al lugar Nº 39 en 1999, a tal punto de figurar entre los primeros puestos en el conjunto de países latinoamericanos. Pero, al tratarse de un promedio nacional, el indicador oculta importantes diferencias en la distribución regional y provincial de los distintos aspectos del desarrollo humano y por lo tanto merece que nos ocupemos de observar la situación real de las provincias y en forma particular de las que forman el Nordeste Argentino.
El Indicador de Desarrollo Humano en la Argentina
El mapa Nº 1, que representa el IDH estimado por el Programa Argentin o para el Desarrollo Humano (PDH) para el año 1995, muestra claramente una dualidad en el espacio nacional ya que la mayor proporción de provincias tienen un desarrollo humano alto, según la escala universal adoptada para tal medición, pero a la vez refleja claramente una situación diferencial para algunas provincias del Norte cuyo índices las ubica en la categoría de desarrollo humano medio.
En el cuadro Nº 1 podemos observar el valor de IDH que le corresponde a cada provincia y, al mismo tiempo, la posición que ocupa cada una de ellas en el conjunto nacional; destacándose la ciudad de Buenos Aires (distrito Capital) seguida por Córdoba y Tierra del Fuego. En contraposición, ocupando los últimos lugares se encuentran las provincias del Norte, en las que se destacan por su marginalidad las provincias de Chaco, Formosa y Corrientes (NEA) y Jujuy (NOA).
Cuadro N 1: ARGENTINA, IDH estimado para1995
PROVINCIAS o Distrito I.D.H. estimado para 1995 Posición
Ciudad de Bs. Aires 0.923 1
Córdoba 0.896 2
Tierra del Fuego 0.895 3
Buenos Aires 0.894 4
Santa Fe 0.891 5
Santa Cruz 0.888 6
Mendoza 0.886 7
La Pampa 0.883 8
La Rioja 0.879 9
Neuquén 0.878 10
Entre Ríos 0.876 11
Chubut 0.876 12
San Luis 0.870 13
Río Negro 0.873 14
San Juan 0.873 15
Catamarca 0.850 16
Misiones 0.840 17
Tucumán 0.828 18
Salta 0.813 19
Corrientes 0.791 20
Jujuy 0.763 21
Chaco 0.797 22
Santiago del Estero 0.824 23
Formosa 0.778 24
Total del país 0.887
Sin dudas lo que el IDH refleja para nuestro país, es producto de determinadas situaciones sociales, demográficas, económicas y culturales de cada provincia; es por ello que, a los efectos de mostrar algunos de estos aspectos, se representó una secuencia de mapas con los principales componentes del indicador. En esa serie de Mapas los indicadores referidos a la situación educativa, a la salud e Ingreso per cápita, permiten advertir las particularidades que se exponen a continuación.
Respecto de la variable conocimiento:
En general la situación de nuestro país en la década del ’90, indica que el porcentaje de matriculación alcanza a por lo menos el 97% de los niños en edad escolar, porcentaje que se reduce al 80% si se considera la matriculación combinada (primaria, secundaria y terciaria).
Estas cifras no hacen más que confirmar los logros que se dieron en nuestro país en lo referido a la educación en las últimas décadas.
El Gráfico Nº 1 permite advertir las condiciones de analfabetismo de la población de más de 10 años de las provincias del NEA. En el mismo se observa una tendencia positiva ya que los valores muestran una disminución desde 1980 a 1991, hecho que se corresponde con la situación a nivel nacional, también representada.
En efecto, los valores medios de analfabetismo del país indican que la proporción de población analfabeta ha disminuido gradualmente, ya que del 6% observado en 1980 se pasa en 1991 a un 3,7 %.
No obstante ello, las diferencias regionales son bastante marcadas y ello se evidencia en los valores que le corresponden a las cuatro provincias en estudio que, en promedio, oscilan en alrededor de un 11% de población analfabeta para el año 1991, es decir que prácticamente triplican a la media nacional.
En la Serie Nº1 se puede ver que, efectivamente, dos de las provincias del NEA –Chaco y Corrientes- cuentan con las mayores tasas de analfabetismo. Las diferencias adquieren aún mayor relevancia si se comparan las cifras correspondientes a la Capital Federal, cuyo valor porcentual (0,7 %) es, por ejemplo, 18 veces menor al que presenta la provincia del Chaco (12.3 %) y 14 veces más baja que la provincia de Corrientes (10,3%).
Por otro lado, el promedio de años de escolaridad (1991) representa, para Chaco, Formosa y Misiones, los valores más bajos que se observan a nivel nacional, y están indicando que gran parte de la población de estas provincias no alcanza a recibir los 7 años de escolarización primaria que contempla el Sistema Educativo Formal. Por otro lado, el mapa que representa la proporción porcentual de alumnos matriculados en todos los niveles en el país, permite advertir que solo cuatro provincias superan el 4%, destacándose Buenos Aires, seguida por Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
Las condiciones más marginales de las provincias del Norte
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