Inteligencia Emocional De Garder

1.3. Inteligencia Lógico-matemática: la capacidad de realizar operaciones matemáticas (científicos, ingenieros, contadores) (Campbell, Campbell y Dickinson, 2004)

Esta inteligencia se basa en una gran capacidad de destrezas de razonamiento. Determina la capacidad para aprender las relaciones y patrones lógicos, enunciados y propuestas, funciones y otras abstracciones afines, así como la capacidad para emplear números efectivamente. Los tipos de procesos utilizados en la aplicación de la inteligencia lógica matemática incluyen la agrupación por categorías, la clasificación, la interferencia, la generalización, el cálculo y la comprobación de las hipótesis. (Armstrong 1995).

El niño desarrolla esta inteligencia al controlar el mundo de los objetos, según va ordenándolos, reordenándolos y cuantificándolos. Esta inteligencia se asocia mayormente con el pensamiento científico o razonamiento deductivo (la habilidad para comprender para observar y entender los detalles como parte de un patrón general) (Lazaer 1991)

Las personas con una inteligencia lógico-matemático desarrollan y disfrutan de discusiones que requieran altos niveles de razonamiento y de debates en los que tengan que justificar sus argumentos.

Esta Inteligencia puede ser estimulada en el salón de clases creando un ambiente donde los estudiantes experimenten, clasifiquen, categoricen y analicen objetos, y busquen patrones y relaciones entre éstos.

También se estimula al participar en situaciones que requieran la solución de problemas (Lazaer 1991). Para desarrollar esta inteligencia se debe de dar importancia a la instrucción en el área del pensamiento crítico, del razonamiento matemático y la lógica.

1.4. Inteligencia espacial: capacidad de pensar de manera tridimensional (arquitectos, artistas, marineros) (Campbell, Campbell y Dickinson, 2004)

Este tipo de inteligencia se relaciona con la capacidad que tiene el individuo frente a aspectos como color, línea, forma, figura, espacio, y la relación que existe entre ellos.

Es además la capacidad que tiene una persona para procesar información en tres dimensiones. Finalmente, es la inteligencia más básica ya que procede de los mecanismos de orientación ancestrales. Las competencias intelectuales básicas son percibir la realidad, apreciando tamaños, direcciones y relaciones espaciales; reproducir mentalmente objetos que se han observado; reconocer el mismo objeto en diferentes circunstancias (la imagen queda tan fija que el individuo es capaz de identificarla, independientemente del lugar, posición o situación en que el objeto se encuentre); anticiparse a las consecuencias de cambios espaciales, y adelantarse e imaginar o suponer cómo puede variar un objeto que sufre algún tipo de cambio; describir coincidencias o similitudes entre objetos que lucen distintos; identificar aspectos comunes

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