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Intermitencias De L


Enviado por   •  18 de Mayo de 2013  •  1.818 Palabras (8 Páginas)  •  202 Visitas

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LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE JOSÉ SARAMAGOEDITORIAL ALFAGUARA

En “Las intermitencias de la muerte“, leeremos algo insólito, unpaís entero se queda sin muerte, algo nunca visto desde elprincipio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letaly la gente deja de morir.

“Al día siguiente no murió nadie. El hecho, por absolutamente contrarioa las normas de la vida, causó en los espíritus una perturbación enorme,efecto a todas luces justificado… ni siquiera un caso para muestra, deque alguna vez haya ocurrido un fenómeno semejante, que pasara undía completo, con todas sus pródigas veinticuatro horas, contadas entrediurnas y nocturnas, matutinas y vespertinas”.

Así comienza la historia, cuando de repente un 1º de enero,simplemente nadie muere. Con el correr de los días, y elconstante vacío de los obituarios en los periódicos, ya noquedan dudas. No era una simple casualidad o buena fortuna delpueblo del país del cual Saramago no dice su nombre.

“Se realizaron llamadas a los hospitales, a la cruz roja, a la morgue, a lasfunerarias…y las respuestas llegaban siempre con las mismas lacónicaspalabras, No hay muertos, de acuerdo con la lógica matemática de lascolisiones, deberían estar muertos, pero que, pese a la gravedad de lasheridas y de los traumatismos sufridos, se mantenían vivos…alegríacolectiva que se extendía de norte a sur y de este a oeste, refrescandolas mentes temerosas y arrastrando lejos de la vista la larga sombra detánatos, se fueron uniendo al mare mágnum de ciudadanos queaprovechaban todas las ocasiones para salir a la calle y proclamar, ygritar, que, ahora sí, la vida es bella.”

La euforia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a ladesesperación y al caos. Si bien es cierto que las personas ya nomueren, eso no significa que el tiempo haya parado. El destinode los humanos será una vejez eterna.

“Importantes sectores profesionales, seriamente preocupados con lasituación, ya comenzaron a transmitir la expresión de su descontento…las primera y formales reclamaciones llegaron de las empresas delnegocio funerario”.

En un principio, todo es felicidad en el territorio afectado por laextraña circunstancia. Luego, veremos la decadencia y el caosporque claro, por ejemplo, los hospitales y hogares de la terceraedad se saturarán a más no poder.Las funerarias se quedarán sin trabajo, y ¿quién contratará unseguro de vida sabiendo que es imposible morir?, la industria seva a la ruina. Y las familias de los vivos (es importante aclararque pese a no estar muertos, los que deberían estarlo no gozande un buena salud), deben soportar a sus parientes, quienesmilagrosamente aún respiran el mismo aire que ellos, serándetestados por haberse convertido en estorbos.Se buscarán maneras de forzar a la muerte a matar aunque no loquiera, se corromperán las conciencias en los acuerdos decaballeros explícitos o tácitos entre el poder político, lasmaphias y las familias.Lo que en principio parece una magnifica noticia, pronto se veraque es todo lo contrario: el gobierno no sabe como responderante esa insólita situación, el sistema de pensiones se tambalea,los hospitales y las residencias de ancianos no dan abasto y lasfunerarias no tienen a quien enterrar.La iglesia anda también consternada porque sin muerte no hayresurrección y sin resurrección no hay iglesia. La ausencia de lamuerte es el caos, es lo peor que le puede ocurrir a la especiehumana, a una sociedad, asegura Saramago en su obra, noesconde duras criticas al comportamiento de los gobiernos, laiglesia, los medios de comunicación y otros estamentos de lasociedad.Arrancando una vez más de una proposición contraria a laevidencia de los hechos corrientes, inteligente y perspicaz nosdevela las terribles desventajas que una no muerte podríagenerar contra todo pronóstico.Esta inexplicable desaparición de la muerte genera los actosmás desesperados y más bajos en la población que comienza apreguntarse qué habrá hecho para merecer esto.Sin embargo, cosa curiosa, todo se da vuelta, meses después,cuando la muerte -en vista de los resultados de sus vacaciones-decide volver, y mediante una carta dirigida al director generalde la televisión nacional, anuncia:

“…debo explicarle que la intención que me indujo a interrumpir miactividad, la de parar de matar, a envainar la emblemática guadaña queimaginativos pintores y grabadores de otros tiempos me pusieron en lamano, fue ofrecer a esos seres humanos que tanto me detestan unapequeña muestra de lo que para ellos sería vivir siempre, es decir,eternamente, aunque, aquí entre nosotros dos, señor director general dela televisión nacional, tenga que confesarle mi total ignorancia acerca desi las dos palabras, siempre y eternamente, son tan sinónimas cuanto engeneral se cree, ahora bien, pasado este periodo de algunos meses quepodríamos llamar de prueba de resistencia o de tiempo gratuito yteniendo en cuenta los lamentables resultados de la experiencia, ya seadesde un punto de vista moral, es decir, filosófico, ya sea desde unpunto de vista pragmático, es decir, social, he considerado que lo mejorpara las familias y para la sociedad en su conjunto, tanto en sentidovertical, como en sentido horizontal, es hacer público el reconocimientode la equivocación de que soy responsable y anunciar el inmediatoregreso a la normalidad, lo que significa que a todas aquellas personasque ya deberían estar muertas, pero que, con salud o sin ella, hanpermanecido en este mundo, se les apagará la candela de la vidacuando se extinga en el aire la última campanada de la medianoche,nótese que la referencia a la campanada de la medianoche esmeramente simbólica, no vaya a ser que a alguien se le pase por lacabeza la idea estúpida de parar los relojes de

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