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Intervención Quirúrgica

Damara9728 de Febrero de 2014

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INTERVENCION QUIRÚRGICA

CONCEPTO: Se denomina cirugía a la práctica que implica manipulación mecánica de las estructuras anatómicas con un fin médico, bien sea diagnóstico, terapéutico o pronóstico.

Intervención quirúrgica

Consideraciones ante una intervención quirúrgica.

Para ayudar a prevenir los errores derivados de una intervención quirúrgica, es importante que el paciente y/o tutor sea partícipe en las decisiones de las atenciones médicas que recibirá antes, durante y después de la intervención quirúrgica.

Hoy en día hay muchas intervenciones quirúrgicas en las que, después de su realización, el paciente no necesita quedarse a pasar la noche ingresado en el hospital, es lo que se conoce como Cirugía Ambulatoria.

Al hablar con su cirujano y con su anestesista, es importante que pregunte todas aquellas dudas referentes a su intervención y su cuidado. Teniendo especial consideración si el paciente intervenido pertenece a uno grupos de edad extrema (niños y personas ancianas).

El día de la visita con el cirujano, antes de su intervención quirúrgica, hay una serie de preguntas que puede hacerle y aspectos para tener en consideración:

• ¿En qué consistirá su intervención quirúrgica?

• ¿Cuáles son las posibles complicaciones de su operación?

• ¿Requerirá ingreso o no?

• En caso de ingreso hospitalario, cuál es el tiempo de estancia esperado, así en caso necesario podrá organizarse con los familiares.

• En el caso de ser una cirugía ambulatoria, pregunte qué necesidades especiales puede tener en su domicilio (de movilidad, ayuda de familiares y/o amigos, tendrá atención domiciliaría, tipo de cuidados, quien realizará estos cuidados...). Si es el caso, poder solicitar ayuda social con suficiente tiempo de anticipación.

• ¿Cuál es el tiempo previsto de convalecencia?

• ¿Necesitará hacer rehabilitación después de la intervención?

• Una vez salga de alta del hospital, pregunte qué necesidades especiales puede tener en su domicilio.

Puede ser que unos días antes de realizarse la intervención tenga una visita con el anestesista. Éste valorará los resultados de las pruebas preoperatorias (analítica, rayos X, electrocardiograma) y su estado físico. Le hará una serie de preguntas referentes al tipo de medicación que toma de forma habitual, alergias... Durante esta evaluación, el anestesista le explicará los procedimientos anestésicos previstos. Es importante aprovechar esta consulta para obtener información sobre diferentes aspectos como:

• ¿Cuál es el tipo de anestesia que considera más indicada? Es decir, si le administrará anestesia general o bien local.

• ¿Cuáles son los efectos secundarios de la anestesia? Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios ocasionales dependiendo de la cirugía y anestesia. Sin embargo, también hay otros efectos anestésicos a considerar.

• ¿Después de la intervención, dónde será la recuperación de la anestesia? ¿Necesitará estar en una unidad de reanimación postquirúrgica o pasará directamente a la habitación?

• ¿Como tiene previsto controlar el dolor postintervención quirúrgica?

• Hay que preguntar si puede tomar su medicación usual antes de la intervención. Recuerde decirle todo lo que toma, incluso si son plantas medicinales o suplementos dietéticos. Vale la pena llevarlo escrito en un papel.

Estas instrucciones son importantes para su seguridad. Además, la cirugía se puede cancelar si el paciente ha comido, bebido o bien si ha tomado una medicación contraindicada antes de la realización de la intervención quirúrgica. También es indicado aplazar la intervención si el paciente está resfriado.

Hay que tener en cuenta, para evitar la cirugía en el lugar equivocado, según el American Academy of Orthopaedic Surgeons, si es posible, que la persona que haga la intervención sea la que marque la zona donde con posterioridad se hará la incisión. La marca es mejor hacerla con el paciente despierto y consciente.

Sin embargo, es muy recomendable seguir los consejos ya indicados en el apartado de cómo evitar infecciones hospitalarias y mejorar su seguridad en cirugía.

En los últimos 50 años, la medicina ha dado un gran salto en materia de innovación. Es por eso que hoy se hacen operaciones que resultarían completamente inverosímiles hace no tantos años: operaciones en pacientes despiertos, a corazón abierto... Sin embargo, ¿sabes a qué riesgos te enfrentas cuando entras en una sala de operaciones? ¿En qué consiste un preoperatorio?... Descubre en este dossier todo lo que necesitas saber sobre las intervenciones quirúrgicas.

La resistencia a la anestesia

Hay casos, muy aislados, en los que la anestesia no surte efecto en el paciente y es necesario aumentar la dosis. Según los médicos, el fenómeno responde a problemas metabólicos, psicológicos u anatómicos.

• Resistencia a la anestesia: causas metabólicas

• Resistencia a la anestesia dental

• Causas psicosomáticas

• Causas anatómicas y genéticas

Resistencia a la anestesia: causas metabólicas

© Thinkstock

Primero, es importante recordar que “nadie resiste la anestesia”, subraya Nicole Smolski, anestesióloga-reanimadora. “Ahora bien, hay personas que son más difíciles de anestesiar que otras, en términos de cantidad de anestesia”, indica la especialista, y agrega que entre esas personas se encuentran los “toxicómanos y las personas que consumen mucho alcohol”. El doctor Vibol Chhor, también anestesista y reanimador, explica: “Esos pacientes presentan modificaciones farmacológicas complejas que aún no se han dilucidado, por ejemplo, la inducción enzimática hepática, una modificación de los volúmenes de distribución de la anestesia que hace que debamos aumentar la dosis de algunos medicamentos”. “También existen fenómenos de tolerancia a los opiáceos en los toxicómanos adictos a la heroína”, agrega.

Jean-Pierre Postel, anestesiólogo-reanimador y presidente del Centro Nacional de Estudios, Investigación e Información sobre la Consciencia (Cneric, Francia), precisa que “las personas que se han sometido a mucha anestesia, como pueden ser los pacientes con quemaduras de tercer grado, también presentan resistencias”. El especialista cita igualmente casos de resistencia inicial en las personas obesas, pues la anestesia se diluye en la grasa. ¿Qué hacer entonces? Inyectar dosis más elevadas o utilizar productos diferentes. “Disponemos de una panoplia de anestesias, de manera que buscar alternativas no supone un problema”, asegura Postel.

Y Smolski precisa: “El electroencefalograma nos permite verificar que el paciente esté bien sedado. Si no lo estuviera, aplicamos una nueva dosis de anestesia”.

Resistencia a la anestesia dental

“Los dientes muy infectados o muy inflamados pueden resultar difíciles de anestesiar”, explica Vianney-Descroix, cirujano dentista del Servicio de odontología del hospital Pitié-Salpêtrière de París. “En los medios muy inflamados o infectados, los tejidos son muy ácidos, lo que hace que las condiciones sean poco propicias para que las moléculas de la anestesia se dispersen por el tejido nervioso que requiere sedación”, puntualiza. La solución pasa entonces por aplicar la anestesia más lejos de la zona afectada y aumentar la dosis.

Causas psicosomáticas

“Las personas muy estresadas y ansiosas pueden ser menos sensibles a la anestesia dental –informa Vianney-Descroix¬–. En esos casos aliviaremos el estrés por medio de la sedación. Los médicos disponen hoy en día de un gas que combina oxígeno y protóxido de nitrógeno y que sirve para sedar a las personas, que sin embargo siguen conscientes”. La angustia puede perturbar tanto la anestesia local como la general. Un estado de estrés puede obligar a administrar dosis más fuertes.

“Las personas mal preparadas para recibir la anestesia son más difíciles de anestesiar que las que sí lo están”, indica Postel. En caso de estrés, la tasa de adrenalina se dispara y la frecuencia cardiaca aumenta, lo que altera la distribución de la anestesia por el cuerpo. “El índice de determinados neuromediadores cerebrales también se ve modificado cuando hay de estrés; en consecuencia, las moléculas son incapaces de actuar en las neuronas a las que van dirigidas”, agrega el especialista. “Lo que marca la diferencia es la consulta previa. El rol del médico en la disminución de la angustia del paciente es clave. Del él dependerá, en parte, que la persona llegue a la sala de operación más tranquila”.

Causas anatómicas y genéticas

El fracaso de las anestesias raquídea y epidural puede responder a razones anatómicas. “La presencia de quistes subcutáneos o en el canal medular puede ser responsable del error en la localización y hacer que la inyección ingrese en el quiste y no en el canal, lo que haría inadecuada la anestesia”, explica Chhor. “Las estructuras de los ligamentos en el canal medular pueden entorpecer la difusión de la anestesia en la zona”, agrega. Del mismo modo, una variación anatómica de la espina de Spix puede ser, de manera excepcional, motivo del fracaso de ciertos tipos de anestesias dentales, a saber, la anestesia que se aplica en el agujero mandibular, que es de naturaleza locoregional y que los dentistas utilizan poco.

Las personas pelirrojas, por otra parte, serían menos sensibles a determinados tipos de anestesias locales a causa de una mutación de un gen (1).

Existen otros

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