Jose Miculax Bux
Gehovanna MarínResumen18 de Mayo de 2019
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Universidad Mariano Gálvez
Criminología y Política Criminal
Curso: Criminología I / Primer Ciclo 2018/ Sección “C”
Plan de Estudio: Fin de Semana
Catedrático: Celia Marina Mas Méndez
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Estudiante: Mariam Gehovanna Marín Santisteban.
Carnet: 2554-18-5357
INTRODUCCIÓN
A lo largo de la historia de Guatemala han existido un sinfín de casos de criminales que han marcado de una u otra manera al país, Miculax es uno de los más famosos, la cantidad de niños que fueron violados y asesinados por este asesino en serie fueron bastante atroces e impactantes, aunque pareciera que hablamos de una leyenda o relatos completamente ficticios, es una realidad, realidad que muchas personas sufrieron en aquel entonces y que definitivamente no es ajena a los nuestros.
José Miculax Bux (Guatemala 1921 – 18 de julio de 1946) fue un criminal guatemalteco, sentenciado a la pena de muerte por el asesinato de niños. Fue fusilado el 18 de julio de 1946.
Nos remotamos a 1946 entre el mes de enero y abril, tiempo en el que gobernaba el señor Juan José Arévalo Bermejo, por aquella época en la que Guatemala paso por una extrema pobreza en la que incluso la Cuidad capital parecía un área rural y estaba llena de bosques un lugar bastante beneficioso y propicio para José María Miculax y su primo Mariano Miculax procedentes de Chimaltenango rondando por los 20 – 23 años, ambos eran dos asesinos en serie y cometían violaciones, eran pedófilos de homosexualidad reprimida, únicamente se conocieron casos de abusos hacia niños, generalmente las edades de estos eran entre 9 a 17 años y aparte de abusar de ellos estos personajes utilizaban la asfixia con sus víctimas, prácticamente para ellos solo era un juego de placer, ya que luego simplemente se desasían de los cuerpos en el lugar en donde habían encontrado a los pequeños.
Su táctica para atraerlos era a base de engaños, les decían a los patojitos que tenían conejitos de colores y que los acompañaran a la madriguera, claro la inocencia de los niños y la ilusión por tener mascotas los atrapaba por completo, cuando se encontraban en el lugar les ataban una soga al cuello y les amarraban los brazos para posteriormente violarlos. Eran simultáneamente violados y asesinados, al momento de la eyaculación los terminaban de asfixiar.
La mayoría de sus víctimas fueron asesinados, a lo muchos unos 4 o 5 niños fueron los que escaparon y que más adelante identificaron a ambos sujetos en la penitenciaria.
En un principio todos los crímenes se le atribuían al presidente, ya que él había sufrido un accidente el 18 de diciembre de 1945, él se encontraba viajando en su automóvil rumbo Panajachel y su auto volcó provocando que el quedara mal de la columna, entonces muchas personas decían que él le hacía falta el líquido de la columna y que todos los niños que aparecían muertos era porque les extraían el líquido de la columna ellos para inyectársela a él después lo descartaron por completo porque se dieron cuenta de otros aspectos.
Se percataban muchísimo de operar en barrancos y lugares solitarios para evitar que las personas que pasaran por ahí los escucharan, muchos de sus crímenes fueron en la Palmita, Mixco, incluso en Antigua Guatemala ya que ellos tenían una cueva donde se escondían.
Caso 1.
Un niño que pronto cumpliría diez años de edad acostumbrado a los pajares y barrancos marginales de la ciudad todas las mañanas del lunes a viernes, caminaba un buen trecho antes de llegar a la escuela prácticamente obligado por su madre, esa mañana, en la escuela, la inesperada falta de maestro hizo que la directora del plantel los sacara temprano, como todo niño curioso, gustaba internarse entre la maleza circundante, trepar a los altos palos de ciprés, apedrear lagartijas, capturar nidos de pájaros y se fue, un anciano llamado don Bacho advertía al atrevido Tobías con los riesgos que corría, don Bacho emitió un silbido y un perro morroñoso salió de un matorral, llamado Moyoco y él había corrido lo suficiente como para alejarse del viejo, arriba en el peñón en donde en donde se enclavaba una cueva, unos ojos oscuros observaron desde un ángulo favorable, la escena del viejo que esperaba al chico, al ver que el chico tomaba distintas direcciones se apresuró a seguir a Tobías, el niño era ajeno de sospechar la persecución de la que era objeto, y con esa ventaja poco a poco fue acercándose al niño, que en dado momento caminaba tranquilo hacia una pequeña hondonada de cuatro a seis metros de cuesta abajo, luego de quitarse la mochila, escucho, - ¡hoy si te agarre vos patojo ladrón! El sobresalto casi lo hace caer, ¡tienes varios días de estar robando, por fin caíste con las manos en la fruta!
-¡yo solo agarre esta cuchampera! Aquí está mejor se la devuelvo, se lo dijo con los ojos llorosos muerto del miedo instantáneo, era tan intenso que al punto lo paralizo, el supuesto guardián buscaba con la vista algún objeto con el cual intimidar al mocoso.
Todo el miedo contenido parecido salir en forma de grito más bien de aullido desgarrador dirigido al cielo en manera de auxilio, entre sollozos poco intangibles y con un vibrato nada natural en su timbre suplicaba al extraño que no lo lapidara, y a este sin importarle las suplicas apunto a su cabeza
A lo que el niño le contestó -¡no por favor ahorita me bajo!
El tipo entre carcajadas e insultos le provocó la pérdida del sentido momento que aprovechó el agresor para ponerlo boca abajo y amarrarle los bracitos hacia atrás, Don Bacho se detuvo extraño porque su perro no estaba a la vista, el anciano bajo tan de prisa como pudo ya dentro del zanjón descubrió el horroroso cuadro bestial de violación perpetrada en la integridad física y moral de Tobías quien aún no cumplía Diez años de edad, el niño había sido violado cosa que solo fue cuestión de tiempo porque los guardias condujeron al herido a la emergencia del hospital donde lo desvistieron para hacerle las primeras evaluaciones, el medico de turno realizó los rayos X detectaron tres costillas rotas, el doctor especifico que esas tres costillas rotas fueron fracturadas a puras patadas, los padres quisieron mantener al niño alejado de la publica deshonra.
Caso 2.
Doña Furgelia abrió la puerta, grande la sorpresa al darse cuenta que era su hijo Gregorio y le pregunta ¿qué pasó?, a lo que él le responde:
“¡me querían matar!” Me agarro duro del pescuezo y sentí que me moría, pero ahora los ladrones están desatados”
“¿Qué más te hizo ese hijo de la gran puerca?” Al preguntar eso el joven miro hacia el suelo y él le dice: “me duele mucho ahí atrás mamita”, y fueron a ser noticia ante las autoridades fue esa la noticia la que los periódicos publicaron, para concientizar a las personas y tuvieran más cuidado con sus hijos al dejarles solos.
Caso 3.
Enrique Sactic un niño de 14 años, esto sucedió el 23 de febrero de 1946, el venía con dos cargas de leña sobre dos mulas, salió de San Pedro, Sacatepéquez, con la intención de venderlos en la capital y con ese dinero poder ayudar a sus padres. El niño cuando iba por Majadas, José María y Mariano Miculax lo interceptaron y utilizaron la típica excusa de los conejitos. Mariano lo llevó hacia donde se encontraba “la madriguera”.
Enrique luego de darle la caña de bambú se puso de rodillas tratando de descubrir el supuesto escondrijo de los conejitos, él hizo que bajara su cabeza para asestar el golpe en la coronilla del ixto, los gritos eran tan fuertes que eran música para los oídos del agresor y excitaban su psicopatía su dandismo innato y llego a un poto donde le coloco un lazo con un nudo corredizo a su víctima y Enrique fue brutalmente violado, mientras Miculax era el que cuidaba las mulas allá arriba.
Mariano le dijo: “¿querías vos también? si querías vamos a buscar otro patojo con este se me pasó la mano y lo maté, no te preocupes hombre, de perdido nos encontramos otro en el camino”. Ambos tipos se decidieron irse caminando con ambas mulas porque también eran ladrones, se dirigieron a la altura de majadas y se encontraron a un señor al que le vendieron las dos cargas de leña por 2 quetzales y un quetzal por un poncho que llevaba el niño, sin embargo a las dos mulas las dejaron porque sabían que si las vendían ellos se darían a conocer más ante la población y de esta forma habría sido más fácil asociarlos con los casos.
Los padres preocupados por Enrique y por su ausencia no se explicaban la tardanza y luego salieron a la capital a buscarlo, luego un agente de la guardia civil que en ese momento pasaba les explico que tenían que poner una denuncia a la jefatura de la sociedad civil.
Don patán bajo de una carreta dispuesto a investigar la causa de la concentración de aves de rapiña y fue tenebroso, al llegar al fondo lo primero que vio fue un zope arrancando un ojo de la cara a un chico otro picoteándole el trasero, desfigurado ya por una gran abertura, el horror de la funesta visión había petrificado a un buen hombre, tenía que dar parte del trágico suceso cuanto antes mejor, el crimen estaba a la vista y el cuerpo estaba en muy mal estado dio la causa de que apareció en ese preciso momento un policía montado en bicicleta, el denunciante se presentó a la jefatura de la guardia civil, los padres fueron visitados para citarlos al morgue y al llegar le mostraron el cadáver y lograren reconocerlo como su hijo, Enrique Sactic Cuyuch.
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