LA CONSTRUCCION DE LA SOSTENIBILIDAD

Introducción.

Desde la aparición de las actuales sociedades modernas y como respuesta a las necesidades de consumo, incrementos demográficos y problemáticas sociales, las ciudades han vivido y continúan atravesando un desbordante crecimiento físico donde la producción de las industrias ha dejado una huella negativa permanente, no solo en la estructura ecológica de la ciudad, sino que ésta, también podría estar repercutiendo mas allá de sus límites, donde la realidad de su impacto se reproduce discretamente.

¿Será entonces, tan solo el daño directo sobre factores como la flora, la fauna, los recursos hídricos y el suelo, sobre los sitios donde se producen los productos?, o ¿el trasfondo de esta actividad estará afectando indirectamente y de manera sustancial otros lugares y hábitats distintos a los relacionados con el desenvolvimiento puntual de la producción industrial?

Las técnicas erróneas de obtención de recursos naturales y su sobreexplotación para suplir las incesantes demandas de las industrias, la factoría a escala industrial de elementos poco amables con el ambiente, la cantidad de residuos resultantes de la fabricación, uso y desecho de los mismos; mantienen a esta actividad como una de las más altas fuentes de contaminación y destrucción del medio ambiente en todos los niveles. Los residuos y subproductos que resultan de la producción y la poca cultura del reciclaje, le producen al planeta, cifras descomunales de elementos difícilmente degradables y de un gran índice contaminante a sus elementos.

Si la producción industrial, estuviera interfiriendo no solamente en el sano desarrollo ecológico de un área específica y por el contrario este impacto también trascendiera sus fronteras físicas, estaríamos confrontando un daño colateral ignorado e indiferente al consumo, que se ha visto desde una perspectiva más asociada a consecuencias del desarrollo industrial.

Es frecuente encontrar en los territorios urbanos, suburbanos y rurales, numerosos hábitats perdidos o deteriorados, los cuales han sido testigos y remanentes de la destrucción causada por la sobreexplotación de recursos naturales destinados al crecimiento desmedido de sus centros urbanos.

Es evidente también, como de manera acelerada, las ciudades agotaron sus recursos naturales inmediatos, sometiendo su entorno a procesos devastadores como: deforestación en procesos de explotación maderera y sitios de extracción; desecación de lagos y humedales en procesos de urbanización, desviación e intervención en los causes de los ríos para obras de infraestructura y extracción de materiales aluviales; deterioro y desfiguración del suelo y subsuelo por erosión ligada a la ocupación urbana, extracción de material minero, movimientos de tierra en las canteras, vertido de escombros, etc.

Este fenómeno se adapta al planteamiento dado por el científico Ter Stepanian, G (1988) quien asegura:

“La especie humana está ante una situación definida por los científicos como una nueva era geológica: Tecnógeno, caracterizada porque el balance energético de la Tierra, la meteorización física, los planes de regadío, modificaciones del relieve, velocidades de erosión, perfiles de equilibrio de los ríos, modificación de las líneas de costa, síntesis de materiales, movimiento de tierra, condiciones hidrogeológicas,... han cambiado la superficie

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