LA DOCTRINA QUE SE ORIENTA EN EL SERVICIO DE INTELIGENCIA

La Inteligencia Policial al servicio de los colombianos, se constituye tal vez en la herramienta más valiosa del Gobierno Nacional para enfrentar las diversas manifestaciones de la criminalidad en el país. Frente a esa añorada intención y en aras de garantizar la seguridad y convivencia ciudadana, la Dirección de Inteligencia Policial tiene el reto y el compromiso permanente de orientar una doctrina que ayude a lograr esa sana cometida, a través de lineamientos y pautas de acción efectivas.

Antes de continuar exponiendo los alcances y condiciones que debe reunir la doctrina de inteligencia, resulta importante comprender este término, porque cualquier intención por definirla, resulta ser tan solo una aproximación conceptual a la realidad y a sus fines; es por ello que para este estilo crítico la mentaremos como “Enseñanzas e instrucciones”, que no deben ser tan simples como la citada definición, toda vez que esta debe ser aplicable en todos los escenarios teórico-prácticos y comprensible para la ejecución.

Frente a lo anterior, y retomando la intención de aprendizaje a partir de una posición crítica de la doctrina del servicio de inteligencia, vale la pena señalar que la experiencia, los principios y valores, son el insumo y el requisito que deben tener los funcionarios que les corresponde documentar sus lecciones profesionales, teniendo en cuenta el ser, el saber y el saber hacer; solo así podremos orientar unos lineamientos dogmáticos como contraste al ambiguo panorama que se tiene en la actualidad.

Como se manifestó anteriormente, y aterrizando la idea de la experiencia, se podría decir sin temor a cometer equivocación, que la percepción del servicio podría encontrarse saturada y confusa, no por la ignorancia supina de los uniformados, sino por la evolucionada y acelerada producción de doctrina, la cual es modificada constantemente en el marco de la gestión de calidad o derogadas antes de llegar a ser comprendida y asimilada; sin dejar a un lado que su comunicación al nivel desconcentrado no vendría fluyendo en tiempo real o como es de esperarse, lo cual si lleva al desconocimiento del policial para su aplicación, conllevando a manejar una doctrina obsoleta o no práctica y escasa de resultados.

Constitucionalmente hablando y teniendo claro los principios fundamentales que reposan en la Carta Magna de 1991, donde se indica que nuestro territorio nacional es un Estado Social de Derecho, sobre el cual los colombianos gozan de diversos derechos y libertades, así como también tienen responsabilidades y deberes por cumplir para lograr una convivencia pacífica; bajo dicho postulado, el Estado tiene la obligatoriedad de garantizar a sus habitantes el goce de la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, la libertad y la paz.

Es por lo anterior, como exaltamos el trabajo de la Policía Nacional de Colombia, en la intención de garantizar la gobernabilidad del país y el cumplimiento de su labor constitucional.

El fenómeno de la globalización que cobija en el modernismo nuestro país, le impone a nuestra institución nuevos compromisos, por ser una empresa del Estado que, por razón de su misión y funciones, debe estar a la delantera de la consolidación de la convivencia y alinear a las demás instituciones para contribuir a que se cumplan los preceptos constitucionales específicos.

La Policía Nacional está compuesta orgánicamente por diferentes Direcciones que cumplen diversas labores que están orientadas a suplir los vacíos que se generan en el ámbito de seguridad y convivencia ciudadana; en este aspecto la Dirección de Inteligencia Policial, hace un aporte invaluable en la lucha contra las amplias y evolucionadas manifestaciones del crimen y el delito, mediante el esfuerzo meritorio de sus

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