LA EVALUACION

Producto 1. ¿En qué medida invitan las evaluaciones revisadas en el ejercicio anterior a reflexionar e interactuar al alumno, al maestro a fortalecer el aprendizaje?

Reflexión individual

En el ámbito de la educación en las aulas las necesidades de aprender se vuelven mutuas entre el alumno y el docente, se pierde el estilo de memorístico, para enfocarlo a la construcción de aprendizajes significativos, volviéndose una educación más práctica y de tipo formativa e integral proyectada a ser aplicable en la vida cotidiana del alumno.

A partir de que el hombre ha desarrollado habilidades, surge la necesidad de saber que tanto aprende y hacer mejoras para el bien común, es decir evaluar lo aprendido, para cambiar, adecuar o continuar con determinadas estrategias de aprendizaje. La evaluación nos sirve como referencia para ajustar de manera progresiva nuestra práctica docente a las características y necesidades del alumno; por lo que es un punto importante para reflexionar, ya que con base en la evaluación se pueden identificar logros y dificultades de los alumnos para apropiarse de los contenidos trabajados dentro del aula y orientar de la mejor manera el logro de sus aprendizajes esperados.

La evaluación debe estar presente en todo el proceso de enseñanza aprendizaje, es decir: al inicio, durante y al final del proceso; habiendo una interacción del alumno y del docente. El alumno desarrollara habilidades de pensamiento analítico y reflexivo, de autocrítica, de solución de problemas, encaminado a la autoevaluación y la coevaluación del aprendizaje; es decir que la evaluación no solo será responsabilidad del docente, sino que el alumno se convertirá en un sujeto evaluador, capaz de hacer la valoración de sus propios aprendizajes y el de sus compañeros, podrá reflexionar sobre los progresos, avances y logros alcanzados; y con ayuda del docente identificar sus fortalezas y debilidades y trabajar en ellas para lograr un desarrollo educativo y un aprendizaje significativo.

El profesor deberá dejar su papel tradicionalista para convertirse en facilitador, que guiara el proceso de formación del alumno a través de la motivación hacia el logro de retos, realizando actividades encaminadas hacia una educación de calidad; así mismo deberá cambiar sus formas de evaluar; es decir deberá hacer una evaluación formativa durante todo el proceso de enseñanza aprendizaje, echando mano de la evaluación diagnóstica, formativa y sumativa, con lo que se permitirá conocer hasta donde el alumno se ha desarrollado personalmente reflejado en su nivel de éxito, pero no solo se evaluara lo que el alumno ha logrado, sino que también podrá evaluar su desempeño docente para hacer los ajustes necesarios en sus actividades; los tres tipos de evaluación son esenciales y útiles para el profesor ya que entre ellas se complementan para evaluar el logro de los aprendizajes esperados, conocer a su grupo, identificar las fortalezas y áreas de oportunidad de los alumnos, discutir y repasar con ellos los aspectos oscuros, es decir, los que no han quedado claros, para que haya una comprensión y apropiación compartida de los aprendizajes; y con base en ello hacer los ajustes necesarios, es decir, hacer una retroalimentación de su labor docente y diseñar estrategias didácticas y actividades para apoyar y fortalecer el aprendizaje, de acuerdo con las capacidades de los alumnos en cualquiera de los diferentes contenidos de enseñanza.

La intervención docente es básica; y el docente deberá ser capaz de crear y aplicar propuestas de evaluación a través de instrumentos y procedimientos no solo tradicionales sino encaminados a una evaluación significativa; acorde con el logro de aprendizajes significativos que desarrollen habilidades y competencias que le permitan al alumno enfrentar los retos que se le presenten en su actuar cotidiano.

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