LA INTERPRETACIÓN COMO ESTRATEGIA PARA EL ENRIQUECIMIENTO DE LA ACTIVIDAD TURÍSTICA.
Zoila57Ensayo6 de Junio de 2017
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LA INTERPRETACIÓN COMO ESTRATEGIA PARA EL ENRIQUECIMIENTO DE LA ACTIVIDAD TURÍSTICA.
Autor: Lic. Zoila Sosa Barrios
HACIA UNA NUEVA COMPRENSIÓN DEL TURISMO
Las personas que viajan en el mundo, han acrecentado el interés por palpar y vivir nuevos lugares producto de la propia globalización internacional. Son muchos los interesados en apreciar y experimentar personalmente tanto los paisajes, como los recursos naturales, culturales y contactos humanos con el pueblo que visitan.
De acuerdo con las previsiones de la Organización Mundial del Turismo [OMT], el rápido crecimiento de las corrientes turísticas en los últimos decenios continuará hasta llegar a ser la actividad comercial más importante del planeta, con un número de transacciones mayor que el de la industria automotriz y la del petróleo.
Hoy tenemos a nuestro alcance una multiplicación de ocasiones para vivir experiencias directas en una carrera por la innovación, debidas fundamentalmente a que la motivación principal del tiempo libre es la expectativa de una nueva experiencia satisfactoria. Es en este contexto en el que las industrias del ocio se mueven en una dimensión participativa y afectiva del consumo, aumentando las ocasiones de vivir experiencias de goce. Hoy no se venden servicios, se venden vivencias capaces de generar emoción, afectos y sensaciones.
El público que está en su tiempo libre no está obligado a poner atención (Morales, 2002), por tal motivo, es preciso no perder de vista a aquél que va a divertirse, a pasar un rato agradable en contacto con el patrimonio. Los visitantes buscan algo valioso para ellos mismos, por ello, acuden a parques, museos y espacios culturales e históricos; además, por naturaleza los humanos necesitan darle sentido o significado a sus experiencias. Tilden (2006) comprendió que los visitantes no desean únicamente algo para mirar, sino para maravillarse, por tal razón, la forma de exponer los recursos debe encender la chispa de la curiosidad, pues los recursos poseen secretos listos para descubrirse.
Por consiguiente, es necesario diversificar aún más la oferta y personalizar el producto turístico, tanto en su conjunto como en sus numerosos componentes, cada uno de los cuales participa en la formación de la experiencia vivida por el turista, especialmente en los casos donde los recursos endógenos del destino constituyen la esencia de la oferta turística.
En efecto, los destinos turísticos deben proponer tantas alternativas como requiera la segmentación de la demanda turística y tienen que definir una serie de estrategias de desarrollo del turismo en vista de crear valor para la totalidad del sistema. La cadena que lleva a la creación de valor debe incluir a todos los participantes de los destinos turísticos, desde las actividades turísticas locales, hasta la demanda turística y la comunidad de acogida, su identidad y sus recursos naturales y culturales, para convertirse en la cadena de creación de valor del destino turístico.
Hasta el momento la demanda se concentra en lugares reconocidos. Es significativo considerar que no todo recurso cultural o destino potencial se convierte con facilidad en un producto o lugar turístico de éxito. Sin embargo es posible sobresalir en el denso mercado mediático mediante la seducción del visitante centrada en las motivaciones y experiencias recibidas durante su visita que lo hagan transportarse a otra época y cuyas emociones lo lleven a buscar experiencias creativas. Para cumplir con ello, es esencial aprovechar los potenciales que ofrece el territorio, brindando nuevas modalidades basadas en el uso equilibrado y sostenido, así como una utilización y administración de los recursos turísticos bajo una práctica integral y flexible conforme a la dinámica competitiva.
Se trata de utilizar todas la herramientas a nuestro alcance para despertar el interés, para hacer sencillo lo complejo sin renunciar al rigor y acercar la cultura a la sociedad y lograr progresivamente que sea la sociedad quien se acerque a la cultura. Es el momento de proponer como medio de propiciar tan ambicioso objetivo, la investigación y la aplicación de una disciplina por la que se viene interesando un número cada vez mayor de profesionales cuya actividad se relaciona directa o indirectamente con el turismo cultural y natural, y que puede convertirse en un eficaz instrumento a la hora de convertir los recursos patrimoniales en productos turísticos y propiciar el encuentro entre sociedad, cultura y naturaleza y brindar una experiencia enriquecedora en la actividad turística.
Esta disciplina es la interpretación del patrimonio, actualmente poco conocida y aplicada en nuestro país y que puede ser de mucha utilidad para quienes ya se encuentran y para quienes en corto plazo tendrán la responsabilidad y la oportunidad de entrar en el mundo profesional del turismo y contribuir con el enriquecimiento de la actividad turística.
Patrimonio
Es preciso reflexionar sobre este concepto tan necesario para interiorizar el papel tan importante que tiene en el desarrollo sostenible del turismo basado en una eficiente y eficaz interpretación de ese patrimonio.
El patrimonio es, entonces, uno de los ejes claves de los desafíos que el turismo tiene en la actualidad, tanto en la generación de nuevos productos, como en la preservación de elementos que ya están en el mercado, porque los recursos turísticos pertenecen al patrimonio común de la humanidad y las comunidades en cuyo territorio se encuentran, teniendo con respecto a ellos, derechos y obligaciones particulares.
Según la UNESCO el patrimonio cultural y natural abarca monumentos, grupos de edificios y sitios que tienen valor histórico, estético, arqueológico, científico, etnológico o antropológico. Patrimonio natural comprende formaciones físicas, biológicas y geológicas excepcionales, hábitat de especies animales y vegetales amenazadas, y zonas que tengan valor científico, de conservación o estético.
La riqueza turística de un territorio está dada por su patrimonio cultural y natural, por lo que es estratégico valorar cómo integrar mejor su protección y valorización dentro de la perspectiva local de desarrollo. El desarrollo de la actividad turística depende de los recursos patrimoniales a través de la creación de nuevos productos y destinos turísticos, por lo que es evidente la importancia de su difusión, conservación y preservación.
Pero, ¿Se puede pretender atraer a nuevos visitantes sin dar a conocer los recursos patrimoniales de las localidades? ¿De qué serviría entonces invertir en alojamientos, en estructuras de animación, en campañas de promoción centradas en la calidad de la acogida o en la calidad de la vida de la población si no se dan a conocer los espacios físicos arquitectónicos, los paisajes, la cultura, las costumbres?
Es aquí donde juega un papel muy importante la interpretación
Interpretación
¿Qué se entiende por Interpretación del Patrimonio?
Varias son las personalidades que se han dedicado por años al estudio de este arte tan encantador y difícil. A continuación se exponen definiciones de algunos estudiosos del tema:
Desde 1957, Freeman Tilden planteó que la interpretación del patrimonio es una actividad educativa que pretende revelar significados e interrelaciones a través del uso de objetos originales, por un contacto directo con el recurso o por medios ilustrativos, no limitándose a dar una mera información de los hechos.
Para la Heritage International Interpretation la interpretación del patrimonio es el arte de explicar el significado y el sentido de un lugar que se puede visitar, es decir, un método de presentación, comunicación y explotación coherente del patrimonio. Se encuentran presentes en ellas cuatro finalidades bien definidas: social, cultural, educativa y turística, y el objetivo de provocar en la comunidad su reconocimiento y uso social.
Según la Asociación para la Interpretación del Patrimonio (España), es el arte de revelar in situ el significado del legado natural o cultural, al público que visita esos lugares en su tiempo libre" (La mas aceptada)
Tim Merriman (EEUU), lo valora como la disciplina dedicada al estudio y a la práctica de la comunicación con el público acerca de los recursos naturales y culturales.
Bob Peart (Canadá) en 1996 definió la interpretación como un proceso de comunicación diseñado para revelar al público significados e interrelaciones de nuestro patrimonio natural y cultural, a través de su participación en experiencias de primera mano con un objeto, artefacto, paisaje o sitio.
Por su parte Rideout-Civitarese en 1997 planteó que es una actividad de comunicación diseñada para mejorar la calidad de la experiencia recreativa del visitante, y para inspirar, de una forma agradable, un mayor aprecio por el recurso.
Queda bien claro que la interpretación debemos valorarla como un proceso de comunicación diseñado para revelar significados, es además un arte que debe ser dominado, que facilite evocar el pasado y traerlo al presente de forma convincente, amena e interesante para que sea recordable en las mentes de las personas que visiten el lugar. Junto a la revelación del significado, la interpretación debe contribuir a evitar el deterioro del patrimonio, tanto en el ámbito local como global y de esta manera estimular actitudes positivas tanto de los visitantes como de la sociedad y las comunidades en general.
La interpretación es una herramienta de comunicación que combina tanto los elementos artísticos-creativos, imaginativos como los técnicos, métodos y procedimientos, para transmitir
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