LINEAS DE INVESTIGACION PARA LA EXTENSION UNIVERSITARIA
Cruzantonio024 de Septiembre de 2013
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LINEAS DE INVESTIGACION PARA LA EXTENSION UNIVERSITARIA
Lic. CRUZ A. HERNÁNDEZ C. M.Sc.
En el contexto del gran marco que constituye la investigación social encontramos el campo de la investigación educativa, en tanto que la educación es una práctica social sumamente compleja, fundamental de la vida en una sociedad. La finalidad principal de la investigación educativa es la comprensión de todos aquellos problemas que se presentan en el plano educativo, así como la búsqueda de respuestas y vías de solución.
Por lo consiguiente, la reflexión sobre la problemática de la educación es posible y necesaria para todos los miembros de una sociedad en particular, especialmente los que de una forma u otra están relacionados con ella en o a través de las diferentes instituciones educativas y la sociedad en donde se encuentran inmersas. No obstante, son muy pocos los investigadores profesionales dedicados a ex profeso a investigar en este campo, que ejercen esa reflexión de una manera racional, sistemática y fundamentada científicamente sobre el acto educativo.
En el caso de la investigación educativa como ciencia social, debe ser considerada como una “empresa interpretativa, de modo que los problemas de significado, comunicación y traducción adquieren una relevancia inmediata para las teorías científicas … Giddnes y Turner (1990,11) Por otra parte Morin(1982) plantea: la necesidad de una ciencia con consciencia histórica, es decir una ciencia reflexiva y de una filosofía que no caiga en la mera especulación. Asimismo, Sanchéz (1984,N° 1) considera la dimensión ético-política en el desarrollo de la ciencia: no como la generación de un código moral universal sino como la ordenación y la importancia de tomar en cuenta los significados y valores de una sociedad y una cultura específicas, que la permitan orientar su actuar según una consciencia histórica y una racionalidad… Con ello cobra importancia el papel interpretativo del sujeto en sus dimensiones individual y social. La comunicación y la retroalimentación de disciplinas, discursos, saberes y ciencias es tal vez la clave que los puede llevar a un mejor entendimiento de la complejidad de lo real y de la realidad de la complejidad.
Es por lo tanto necesario, entender que por encima de los desacuerdos o acuerdos que se tengan con tal o cual corriente del pensamiento científico, la ciencia debe ser desacralizada y vista como una creación del hombre, de allí que está sujeta a la dosis de la subjetividad, la cual es concomitante al ser humano y el sujeto es restituido como tal en el quehacer científico y social. HorKheimer (1974, 231) señala que: el científico y la ciencia que éste produce están supeditados al contexto social, responden a necesidades del aparato social en términos de producción de conocimiento y reproducción social.
Benítez, Zepeda, Alarcón y Andrade (2000, 31) considerando los planteamientos de Horkeimer(1974) y Morin (1982) señalan:
La producción del saber es una cuestión profundamente multideterminada por las características del sujeto que la produce (entre las que destaca la subjetividad y por tanto la creación de significados) y las de orden socio-histórico; consecuentemente, todo saber sólo logra atisbar una porción de la realidad y no conocer y explicar, de manera acabada y definitiva, a la realidad misma, máxime cuando ese saber está referido a la especificidad del objeto de las disciplinas sociales que es sujeto mismo, lo humano-social… En esta perspectiva, el sujeto cognoscente, quien es un sujeto social a la vez que subjetivo, no puede producir un saber “objetivo” -¿objetual?- ni neutral en términos de valores. La realidad no se presenta a este sujeto de manera plena, como la cosa en sí, sino mediada por esa condición socio histórica está condicionando ineluctablemente tal producción de saber; sujeto y objeto están íntimamente articulados y co-determinados.
Está polémica epistemológica que generan las disciplinas sociales cobra mayor importancia por cuanto su problema central es el propio sujeto en tanto sujeto cognoscente y subjetivo, cuyo conocimiento como propósito humano será siempre debatible en cuanto a su certeza, formas y vías de consecución y estructuración. Por lo consiguiente, el sujeto es de carácter social e histórico, por lo que el conocimiento es también histórico y social, y sujeto que a su vez, es el “objeto” del cual se pretende el conocimiento.
Al respecto, Benítez, Zepeda, Alarcón y Andrade (2000, 41) refirman lo planteado anteriormente al sustentar que:
El sujeto se conjuga con, y es a su vez expresión de la capacidad de creación simbólica, de creación de significados en diversos planos del acontecer humano (la producción material, la creación artística, la interacción social y política, la expresión místico religiosa, los procesos educativos, etc.). Todo ello supone, además, que el sujeto no se restringe a lo individual sino que es también sujeto colectivo. Estas son consideraciones necesarias para poder escapar tanto de los subjetivismos absolutos como a los objetivismos deterministas.
Las ciencias, y en particular las sociales, no son la expresión acabada, incuestionable del conocimiento racional, no es descubrimiento de verdades exactas y exhaustivas. Por lo contrario, son un conjunto de disciplinas, que abordan la realidad desde diversos ángulos, con diferentes procedimientos y con fundamentos teóricos variables. El proceso de investigación, en su dinámica, no puede ni debe seguir una secuencia lineal, rígida y mecánica en razón de la propia investigación y de que ella no es un revelamiento de una realidad oculta previamente existente, no es una fotografía, ni una imagen fiel de la realidad, tal como ella es. Cabe preguntarse entonces ¿Y cómo es esa realidad? Toda investigación es, finalmente, una aproximación a la realidad desde un punto de vista; la del investigador…
La investigación social y por ende la educativa, buscan en el último de los términos producir conocimientos que le den la posibilidad de incidir, de actuar sobre los fenómenos y hechos concretos de su quehacer, sobre sus implicaciones y determinaciones sociales acordes al sentido que le ha sido conferido. Busca orientar, guiar y apoyar la práctica de los hombres mediante una finalidad factible de ser aplicada, que genere un producto y transforme la realidad en que esta inmersa. No obstante esa aplicabilidad no es su fin último, pues si bien es una parte primordial del quehacer científico, en las ciencias sociales no todo momento ni toda actividad ha de derivar en lo práctico aplicativo, ni regirse por la validación empírica.
En el contexto actual, las ciencias sociales representan la óptica reflexiva que busca examinar el sentido y el alcance de todas las transformaciones, a la luz de una concepción que tiene al hombre, su conciencia, su creación y sus ideales como norte.
En la actualidad si bien la tecnología establece criterios de referencia y modos de vida, y formas de relación entre los seres humanos, es necesario incentivar la reflexión en el campo de las ciencias sociales y en particular en la educación superior. Reflexión que indague sobre el sentido de los cambios complejos que se producen, y en la cual la educación como el hombre no están ausentes. El hombre no sólo es un espectador pasivo de esa realidad, él constituye un actor principal y en muchos casos como en la investigación educativa, el es sujeto y el objeto de ella.
Las aproximaciones al conocimiento científico se nutren de diversos enfoques que tienden hacia orientaciones metodológicas de carácter interdisciplinario, multidisciplinario y transdisciplinario para propiciar estudios complejos que, desde el ángulo de diferentes disciplinas, den cuenta de los múltiples factores de los fenómenos de las ciencias sociales.
La educación superior en Venezuela ha sido criticada, críticas en las que se cuestionan no sólo la concreción de sus desarrollos, su diversificación y su marcada tendencia a la privatización, sino además, se cuestionan los aspectos académicos, administrativos y de inserción social. Ello implica que la crisis que afecta a la educación superior y al conjunto de diversas instituciones se relaciona con la producción de saberes y su organización, con los procesos de enseñanza aprendizaje, las formas y maneras de desarrollar la investigación, sus responsabilidades ante la sociedad, en los modelos de gestión académica, entre otros.
El conocimiento de lo educativo y en el caso específico la Extensión Universitaria – función de la educación superior- no tiene lugar en y desde una sola disciplina que pueda abrogarse la exclusividad de su producción como la ciencia de la educación.
Una muestra de ello se refleja en las diferentes conceptualizaciones y/o definiciones sobre la Extensión, así como las áreas que ella comprende o que se han venido conformando de acuerdo a las demandas de las sociedades en las cuales se encuentra inmersa la educación superior.
Por ejemplo: Tunnermann, 1981, plantea que:
Por su naturaleza, la extensión es misión y función orientadora de la universidad contemporánea, entendida como ejercicio de la vocación universitaria. Por su contenido y procedimientos, la extensión se funda en el conjunto de estudios y actividades filosóficas, artísticas y técnicas, mediante el cual se auscultan, exploran y recogen del medio social, nacional y universal, los problemas, datos y valores culturales
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