LOS JUICIOS ORALES EN EL MÉXICO DEL SIGLO XIX
Joan Illescas SanchezResumen6 de Mayo de 2017
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UNIVERSIDAD DIGITAL DEL ESTADO DE MÉXICO
LICENCIATURA EN SEGURIDAD PÚBLICA
ASPIRANTE:
NOEMI PERALTA ACEVEDO
ASESOR:
UNIDAD DE APRENDIZAJE:
ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE
1.1 RESUMEN
FECHA DE ENTREGA
10 DE MARZO DE 2017
LOS JUICIOS ORALES EN EL MÉXICO DEL SIGLO XIX
La oralidad traía, la posible pérdida de precisión de significados (lenguaje técnico jurídico). En otras palabras, se temía que la oralidad llevaría a una administración de justicia improvisada, irreflexiva, y en última instancia “irracional.
Destacan las tendencias innatas de la condición humana a las que se conoce con el nombre de “pasiones” o “afectos”. Se trata de sentimientos que, no obstante su irracionalidad originaria, juegan un papel importante en la percepción y en la comunicación por medio de las diversas formas del lenguaje.
La difícil relación entre la razón discursiva y las pasiones
Los filósofos distinguieron las facultades superiores del espíritu humano y la parte corpórea o sensitiva que las personas compartimos con los animales. Las primeras son la “inteligencia y la voluntad y la segunda los sentidos
El ideal planteado por éstos era llegar a conquistar la vida pública es decir, domesticar a la sociedad mexicana por medio de un lenguaje claro, preciso, llano, que no se prestara a la confusión hermenéutica. En el terreno de la legislación este ideal daría lugar, como veremos más adelante, al fenómeno que se conoce propiamente, en la historia del derecho, como codificación. (Cárdenas, S. y Uribarri, C., 2010).
La cuestión ética en torno a la oralidad
Séneca, fue considerado el reformador de la Escuela de los Estoicos en el siglo I d.C.; y su pensamiento se refleja en el debate en torno a la “oralidad”, esta escuela sostenía que hay dos tipos de hombres, los necios y los sabios; los primeros son la negación de la sabiduría, y los segundos son los que piensan de manera libre, con independencia de las circunstancias exteriores y de acuerdo a una lógica despojada de cualquier influjo personal.
El fondo del debate en torno a la racionalidad
La inteligencia y la voluntad, son las capacidades que la persona tiene respectivamente para razonar y decidir.
La prudencia es un hábito de las personas que consiste, en un primer término, en someter los sentidos y las formas básicas de percepción de éstos (pasiones y afectos) a la rienda de la inteligencia racional.
La verdad es que la disyuntiva entre la razón, voluntad y otros términos ya planteados.
Razonamiento jurisprudencial consiste en juzgar correctamente ejerciendo la virtud del autodominio (prudencia), para los modernos lo importante es la corrección legislativa y no la judicial.
Los jurados populares y los cambios en la retórica forense
El jurado popular en el México del siglo XIX, se formaba por un Juez que presidía del proceso y por once o doce tribunos populares que valoraban las pruebas y elaboraban el veredicto de inocencia o culpabilidad, a partir del cual aquel dictaba la sentencia. Los tribunos eran designados por sorteo a partir de padrones que elaboraba previamente el ayuntamiento de la ciudad.
El fin de la elocuencia
Jacinto Pallares, sostuvo que no debía temerse que la oralidad indujera al casuismo y al embrollo, pues los buenos oradores del foro no eran aquellos que inducían a su auditorio por los sinuosos caminos de problemáticas particulares, sino los que lograban expresar con la palabra ideas generales.
OPINIÓN:
Me queda claro que la oralidad es la claridad con la que usamos las palabras y su significado, que la tendencia de la condición humana se conoce como sentimientos o afectos que son lo que rige de alguna manera el comportamiento humano y la manera de actuar. También entiendo que la cuestión ética conforme a la oralidad se basa en la manera e interpretación de cada persona encargada de impartir justicia. Entiendo que la racionalidad es la manera en que una persona razona y toma decisiones. Que los jurados populares se componían de un juez y 11 tribunos que miraban las pruebas para buscar una justicia en el fallo que se diera.
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