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LOS MEDIA Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MODERNA


Enviado por   •  12 de Marzo de 2014  •  1.498 Palabras (6 Páginas)  •  247 Visitas

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LOS MEDIA Y EL DESARROLLO DE LAS SOCIEDADES MODERNAS

Algunas características distintivas del mundo moderno son el resultado de un conjunto de transformaciones institucionales que se iniciaron en Europa a finales de la Edad Media y a principios de la era moderna. También se dieron transformaciones contingentes, en el sentido de que dependían de condiciones históricas específicas; si algunas de estas condiciones hubieran sido distintas, y pudieron serlo, con seguridad hubieran dado lugar a resultados distintos. Aparecieron nuevas instituciones que expandieron el alcance de sus actividades. Las prácticas tradicionales quedarían eclipsadas de manera gradual por los nuevos tipos de acciones, nuevos convencionalismos y nuevas formas de asociación.

Algunas dimensiones institucionales de las sociedades modernas ¿Cómo deberíamos caracterizar las principales transformaciones institucionales que empezaron a tomar forma en Europa a finales de la Edad Media y que conjuntamente han definido el perfil del mundo moderno?

La economía. En sus inicios la economía medieval era predominantemente una economía agraria basada en unidades de producción a pequeña escala, tales como el pueblo y el feudo. desde aproximadamente el siglo XI, el comercio empezó a expandirse de manera significativa y las poblaciones crecieron en tamaño e influencia. Los mercaderes urbanos, los artistas y otros artesanos lograron acumular capital y lo emplearon con el propósito de incrementar el comercio y la producción de bienes de consumo. Un nuevo conjunto de relaciones económícas surgieron, primero en pueblos y ciudades y más tarde en el campo, implicando el creciente uso de dinero y extensas redes de intercambio.

Hacia 1450 un característico sistema de producción de bienes de consumo e intercambio había surgido en Europa y se había expandido rápidamente, tanto en relación a resultados como a enclaves geográficos.

La revolución industrial de finales del siglo XVIII y principios del XIX tuvo lugar en el contexto de un sistema de economía capitalista que había existido en Europa y otros lugares durante

siglos. Con la introducción de nuevos métodos de producción incluyendo el uso de la maquinaria eléctrica, la división del trabajo dentro del sistema fabril, etc. la revolución industrial incrementó enormemente la capacidad productiva de las empresas, iniciando la era de la manufactura industrial a gran escala.

Mientras los Estados europeos iban consolidando su control sobre los Estados vecinos, algunas de las principales potencias europeas fueron extendiendo, a la par, su esfera de influencia en ultramar. Los territorios extranjeros proporcionaban fuentes adicionales de ingresos y se convirtieron en importantes socios comerciales para las firmas capitalistas y los comerciantes establecidos en Europa. En la medida en que creció la importancia de los

territorios de ultramar, las principales potencias europeas dedicaron más recursos a mantener y expandir sus esferas de influencia y a sortear las amenazas de sus rivales. En muchos de estos territorios se instalaron sistemas de administración colonial, estableciendo

las bases para el desarrollo posterior de instituciones políticas configuradas según el modelo europeo

Existen dos cambios extensamente tratados por la bibliografía sociológica e histórica. El primero está relacionado con el cambio del papel jugado por las instituciones religiosas. En la Europa medieval, la Iglesia Católica Romana constituía la institución central del poder simbólico, pues tenía el virtual monopolio de la producción y difusión de los símbolos religiosos y de la inculcación de las creencias religiosas. Después del colapso del Imperio Romano, la Iglesia se encargó de ofrecer una flexible estructura normativa por toda Europa y estableció un sistema de escuelas monásticas especializadas en enseñar las habilidades literarias y en transmitir el conocimiento sagrado. En las primeras fases de formación del Estado europeo era habitual que las élites políticas y religiosas forjaran alianzas. Los obispos y los abades cooperaron con los gobernantes para controlar sus dominios, y los gobernantes

apelaban a la doctrina religiosa para sostener su autoridad y legitimar sus reglas.

La fragmentación de la autoridad religiosa y su pérdida de influencia política fue paralela a un segundo cambio: la expansión gradual de los sistema de conocimiento y aprendizaje que

hasta entonces habían tenido un carácter esencialmente secular. El siglo XVI fue testigo de un importante desarrollo de ciencias tales como la astronomía, la botánica y la medicina. Estas disciplinas emergentes estimularon la formación de sociedades instruidas a lo largo de Europa y encontraron su camino entre los estudios ofrecidos por las universidades más liberales. En la medida en que el conocimiento científico fue librándose gradualmente de la influencia de la tradición religiosa, el sistema educativo fue separándose de la Iglesia. Las academias

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