LOS OJOS DEL LOBO

FINAL DE LA OBRA LOS OJOS DEL LOBO

Has recobrado el sentido, sientes la respiración de alguien, está muy cerca. El vehículo avanza, sientes dolor en tu cuerpo, por momentos se va haciendo más intenso.

El vehículo para, el chico que iba a tu lado en el asiento de atrás, te carga. Al bajar te das cuenta que a lo lejos se divisa la sombra de un hombre alto y delgado. Te tumban sobre una mesa, el Alto te examina.

-Chicos no sé si servirá, está muy golpeada. Ya veremos cuando le limpiemos toda la sangre y la maquillemos, ¿se ha resistido mucho?

-Bastante.

-Mejor.

Despiertas, alguien te lava la cara con una toalla mojada, sientes que alguien te está sujetando muy fuerte. Cuando despiertas del todo un hombre mirándote de frente a solo unos pocos centímetros de los tuyos, unos ojos rojos y amarillos, diabólicos. Solo de verlos el corazón se te dispara y lanzas un grito. En ese momento identificas una sensación extraña, en realidad estás atada a una silla. El que te lava, el de los ojos diabólicos, es Sergio. Más allá el Gordo observa la operación. Pero oyes a una tercera persona preguntar:

-¿Cómo está quedando?

- Mucho mejor-contesta Sergio, limpiando tu rostro. Te mira y te pregunta: - ¿Te duele?

Observas la cantidad de sangre que mancha la toalla. Te gustaría observar tu rostro en un espejo.

-Mucho-le dices.

Estás asustada. Todo es como una pesadilla, de la que solo quieres salir. A tu alrededor ves un montón de objetos raros.

Se acerca el otro, el más alto, sujetando algo en su mano.

-Te vamos a poner hermosa-dice.

Es maquillaje. Un estuche de maquillaje muy grande, como el que utilizan los profesionales. Empieza a maquillarte.

Miras la habitación en la que te encuentras: es enorme, parece un almacén, colchones por el suelo, las ventanas cerradas, un mueble, en un rincón un maletín negro, faroles y cámaras.

Sergio y el Gordo, traen una tela negra, una cinta y se ponen de acuerdo con el Alto para la escena que piensan presentar. Te asusta ese lugar, te asusta el hombre de ojos diabólicos, te asusta lo que van hacer contigo y no puedes rogarles para que no lo hagan. Empiezas a temblar de miedo y no puedes evitar llorar.

Sergio aparece con una cámara de vídeo.

-Maldita sea-protesta.

-¿Sucede algo?- la voz del más alto.

-No funciona. Y no sé cómo arreglarlo.

-No puede ser.

El Alto se acerca a examinar el aparato.

-Es

...