La Carta De La OEA Y La Carta Democratica Interamericana, Analisis Prospectivo

I. INTRODUCCION

La dinámica actual y evidentes retos que en el presente enfrentan los países de América Latina derivados de fluctuaciones de índole cultural, social, político, económico y militar; representan constantes desafíos para los gobiernos y sus diversas instituciones, las cuales muchas veces no son conducidas como la normativa democrática lo dicta, entonces toman relevancia otras opciones que planteen alternativas en la dirección y conducción de la política y economía comercial de los estados.

La Organización de Estados Americanos, a través de su Carta Democrática, representa la muestra del consenso que actualmente existe entre los Estados miembros en torno al concepto de democracia y de derechos humanos, es una iniciativa que por la misma complejidad de la región ha sido necesario crear como un instrumento guía para alcanzar el desarrollo democrático, siendo la región americana la única en contar con el mismo. Sin embargo y a pesar que se ha admitido universalmente que la democracia es una obligación internacional, no esta claro que esta obligación esté acompañada de un mecanismo lo suficientemente coercitivo para impedir que los Estados violen las normas democráticas y las sanciones que supuestamente esto representa.

Por otro lado en los últimos decenios se ha presentado un fervor de integración por parte de diversos bloques a nivel mundial, el cual se ha manifestado en la voluntad de varios países del mundo por formar alianzas políticas, económicas, sociales y militares, tal el caso del bloque asiático, europeo, suramericano, centroamericano, andino, caribeño y norteamericano.

Ante esto se plantea cual es el papel que representa la OEA para alcanzar este fin y como nos encontramos como bloque en desarrollo democrático, dependiendo de la posicione en que nos encontremos se abrirán espacios para que otras instancias quieran retomar el liderazgo, por lo que se considerando pertinente abordar esta temática de forma integral prospectando crear un ambiente viable en la búsqueda de espacios de participación y de consensos en temas de interés nacional y regional.

ANALISIS PROSPECTIVO LA DEMOCRACIA Y EL PAPEL DE LA OEA.

A. LA CARTA DE LA OEA Y LA CARTA DEMOCRATICA INTERAMERICANA

La Organización de Estados Americanos es el producto de un proceso evolutivo que se consolido con la Carta de la Organización de Estados Americanos, suscrita en la IX Conferencia Internacional Americana realizada en Bogotá en 1948, entrando en vigencia en diciembre de 1951. Esta afirmó los deberes y derechos fundamentales de los Estados miembros y creo los organismos necesarios para su funcionamiento.

La Carta Democrática Interamericana fue aprobada y firmada por los miembros de la Organización de los Estados Americanos en la ciudad de Lima, Perú, en la Asamblea General celebrada el 11 de Septiembre de 2,001, la misma consta de veintisiete artículos y está dividida en seis capítulos. Esta carta afirma que la democracia debe ser una forma de gobierno compartida por los Estados de América, la cual se creo para reforzar los instrumentos de la OEA para la defensa activa de la democracia representativa, la cual es un compromiso de todos los Estados miembros de acción conjunta en defensa y promoción de la democracia, por hacer de este sistema democrático un modelo de sistema político en la región. Como propósito tiene fortalecer y preservar las instituciones democráticas de las naciones de América, definiendo los elementos primordiales de la democracia y su interacción para alcanzar el desarrollo integral, asimismo establece las acciones a llevar a cabo para defender a los Estados cuando esta se vea amenazada. También promueve la cultura democrática, asimismo norma la participación de verificación como observador en los procesos electorales.

Sin embargo tomando como referencia y punto de partida que debe ser la Carta de la OEA, al revisar las mismas se observa que existen algunos criterios en la concepción de la visión de las mismas que es importante mencionar; la primera carta indica que sus Estados miembros, para el logro de sus fines, “requieren la organización política de los mismos sobre la base del ejercicio efectivo de la democracia representativa.”

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Por lo que esta carta debió comprometer a los estados a construir un sistema democrático, sin embargo la realidad de la región latinoamericana fue otra, lo que origino que este instrumento fuese prácticamente nulo.

Asimismo la carta de la OEA enfatiza en el capitulo I “Naturaleza y Propósitos”, artículo 1. Para lograr el orden y la paz debe haber respeto por la soberanía de cada uno de los estados, para el mejoramiento de la independencia en igualdad y en el derecho. De igual forma menciona que la Organización de los Estados Americanos no tiene más facultades que aquellas que expresamente le confiere dicha carta, ninguna de cuyas disposiciones la autorice a intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de los estados miembros.

Por su parte la Carta Democrática Interamericana apertura la facultad para que cuando el gobierno de un Estado Miembro considere que está en riesgo su proceso político institucional democrático o su legítimo ejercicio del poder, pueda recurrir al Secretario General o al Consejo Permanente a fin de solicitar asistencia para el fortalecimiento y preservación de la institucionalidad democrática; contradiciendo lo normado anteriormente por la letra de la Carta de la OEA.

B. LA DEMOCRACIA EN LATINOAMERICA

La corriente democrática que cambio profundamente la configuración geopolítica de América Latina se fue transformando a partir de los años setenta cuando la mayoría de países cambiaron de estar gobernados por dictaduras a regirse por sistemas democráticos; de esta forma se fueron recuperando las instituciones por medio de las cartas constitucionales que tomaron vigencia posterior a las dictaduras o con la sanción de nuevas constituciones. A finales del siglo pasado se promueven reformas que modificaron los sistemas electorales en los que el fortalecimiento de las instituciones dio lugar a la mejora de los canales de participación democrática.

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De acuerdo a esto se infiere que el destino de la democracia en nuestro continente depende del grado por el cual el sistema garantice los derechos humanos elementales como la salud, el trabajo, la seguridad alimentaria, la educación.

Por otra parte, del buen funcionamiento de las instituciones políticas y la actitud democrática de las elites, factores como el desempleo, la seguridad ciudadana y la exclusión

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