La Ciencia De La Afectividad.

El arte necesita de estética y la estética es parte del arte, aunque hay que hacer aclaración en que la estética depende de la perspectiva individual o grupal de dónde se quiera apreciar la misma, generalmente al usar el término “estético” se hace referencia a lo bello, a algo que nos causará un gusto, una sensación de bienestar y no de repulsión.

A lo largo del tiempo con la aparición del lenguaje, de la racionalidad y el entendimiento de las relaciones que se desarrollan durante la vida humana, el hombre ha sentido la necesidad del afecto, de la comunión y el amor, sea o no algo meramente químico y físico, pero no sólo de sentirlo, si no de sentir algo que le agrade, que le haga sentirse bien consigo y con quienes le rodean, es decir, sentir lo bello. Eso tienen en común la afectividad y el arte… lo estético.

En la complejidad del ser, no nos conformamos con tener lo útil, buscamos lo bello, lo bonito, lo atractivo pero esencialmente aquello que nos haga sentir, que mueva nuestros sentidos y nos transmita algo que nos deje sin palabras, que nos deje catárticos en cada ámbito que pueda ofrecer, sólo así es como estamos dispuestos a aceptar lo que nos rodea.

La sensibilidad y la afectividad no son regidos por la lógica pero no por ello son irracionales, dejan ver al hombre tal cual es, sin permitirle pensar en lo que esté bien o mal, lo deja actuar por mero sentido.

En lo personal, veo la palabra “valores” como un término mal empleado y es que en una sociedad que ha cambiado a lo largo del tiempo no se puede pretender mantener la misma idea de lo bueno y lo malo que se tenía por decir hace dos siglos, el hombre está en constante movimiento y por lo tanto en constante cambio y me parece que así es como debiera ser, pues si no quedaríamos en un lapso de estancamiento y sería un retroceso hacia la época del Oscurantismo cuando es tiempo de crear una nueva Ilustración y Revolución de ideas.

No veo a la afectividad como el motor inicial para los valores, pues me parece que en ocasiones la afectividad puede confundirse con el humanismo, veo a la racionalidad como el verdadero motor para la toma de decisiones que deben ir de la mano con un sentido humanitario hacia lo que se hace y teniendo claro por qué lo hacemos, para qué y cómo es que lo hacemos; necesitamos cuestionarnos constantemente pues sólo así es como vemos si en verdad estamos dentro de lo que en un principio habíamos planeado o nos encontramos en un lado totalmente distinto.

Nosotros somos quienes otorgamos el significado a lo que vemos, hacemos, percibimos y siempre será en dos formas tal y como se da la verdad, la verdad es relativa puesto que no existe como tal una absoluta, todo depende de la perspectiva, de lo que para nosotros sea bonito, bueno, feo, bello, malo; no se puede totalizar una opinión y asegurar que cada una de las personas la comparte, sería caer en

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