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La Ciudad Entre Salud Y Enfermedad


Enviado por   •  16 de Mayo de 2013  •  2.271 Palabras (10 Páginas)  •  384 Visitas

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LA CIUDAD: ENTRE LA SALUD Y LA ENFERMEDAD

Una reflexión sobre la sociedad no permite explicaciones monoteístas, unitarias y omnicomprensivas. En ella prevalece la pluridad y lo fragmentario, la complejización de relaciones humanas, la interacción social a través de redes multidireccionales, la transformación, la metamorfosis de los valores culturales, ambientales y su inestabilidad. Es un escenario y a un mismo tiempo convergen estáticas diferentes, culturas variadas y dispersas que parecen vivir tiempos y ritmos diferentes que se amalgaman, creciendo de allí nuevas culturas donde el ser humano que las habita está totalmente despersonalizado con afanes de ideales que brinden razones para vivir en aquella estructura amorfa que lo ignora o lo acoge en la gran estancia urbana. A la sociedad y a la ciudad les importa el desarrollo económico, tecnológico, turístico y científico, con base en ello muestra su progreso, su desarrollo. Pero dónde aquí la visión de la ciudad que necesita el ser humano, en vez de el ser que necesita la ciudad.

La gran estructura urbana en su ir y venir, en su afán por ser grande y extensa olvida el camino equilibrado que debe existir entre el espacio y quien lo habita, entre la naturaleza y la vida, entre la cultura y la salud, entre la enfermedad y la muerte; parece una mole de cemento que se amplía desde su centro en una onda gris que se expande continuamente hasta encontrar los limites naturales que indican ¡un pare!, ¡un reflexione!, pero parece que ella no ve a quien; pues padece de cierta sordera y ceguera es sorda y ciega, no ve al ser humano que le habita, que le da vida y sin el cual seria solo una mole de cemento. Exactamente quien le da vida, aparece como un simple instrumento del cual se vale para seguir creciendo y creciendo. Parece ser que la concepción bajo la cual se idealizó su construcción, desde sus inicios, no contó con un ser humano, ni con un ideal para ser construida, más parece parodia de una cárcel ciega sin limites, que impide un camino para forjar futuro humano y con él un espacio digno que respete e invite a proseguir en este un paseo constante... animador de vida, de salud, de encuentro con el otro(a), pensado para el ser humano, para su estancia y benéfica permanencia. Esa es la ciudad futura para las naciones que han visto necesario encaminar su progreso en espacios para vivir y disfrutar, no solo aquellos para trabajar y enfermar.

Adentrarse someramente, claro esta, en lo ilusorio de la vida urbana hace necesario reflexionar algunos matices que muestran a ese ser y a esa ciudad que son elementos conexos de la urbe. Por lo tanto es obligatorio verla desde pequeñas ventanas que la cotidianidad nos ofrece, para poderla percibir desde recuadros vivos donde el ensueño y el sueño profundo, quizá el letargo del día a día es lo que vivimos, por tanto no comprendemos, como tal lo reproducimos sin consciencia y sin aparente consecuencia.

CIUDAD: entre la velocidad y la humanidad.

La aceleración que se vive en las sociedades contemporáneas son el reflejo del desarrollo tecnológico y económico alcanzado por el pensamiento humano, expresado en la rapidez incontrolable en la cual se llevan a cabo las relaciones humanas, los procesos educativos, la informática, la cibernética, las empresas y las ciudades, etc.

El ser humano participa inconscientemente de los procesos veloces donde es muy importante el producto y lo practico de las cosas; donde lo no tangible como ideales, pensamientos, personalidad, identidad cultural, arte y lúdica, como expresiones puras del ser humano, pierden validez por no poderse valorar económicamente, siendo considerados como una “perdida de tiempo”; pues, en una sociedad que vive a gran velocidad se necesita dar valor a cada cosa en poco tiempo y comprobar su utilidad. La expresión humana y su emancipación no tienen valor, ni tiempo determinado para llevarse a cabo, como tal la sociedad actual y su sistema económico no lo considera como un producto tangible, útil y práctico.

La economía que se vale del entorno salvaje para justificar su proceder y el trabajo constante e incansable para supervivir olvidan al hombre, sus cuitas, sus añoranzas, sus juegos, sus relaciones; es decir, su humanidad, su identidad, que al perderse, se pierde la otredad. También se pierde el sentido de lo propio y ajeno, de lo bueno y lo malo, surgiendo la animalidad encausada hacia la supervivencia.

Surgen entonces sociedades en desequilibrio como enfermedad de la posmodernidad, y con el desequilibrio aparece la despersonalización, el hambre, la pobreza, el abandono, el mendigo, las guerras y la muerte. Esta enfermedad ataca también al ser humano y le roba su yo, lo adormece poco a poco hasta dejar seres que viven automatizados en busca de subsistencia para alimentar un cuerpo sin dueño ni ideales.

Mirando con detenimiento los beneficios de la velocidad del progreso se pueden ver inmensas ciudades, grandes industrias y puentes, extensas vías vehiculares, la conquista del espacio sideral, el teléfono, la informática, etc. Pero a nivel humano el ser se encuentra desvalido, sin identidad ni espacios para desarrollar una propia, una que le permita ver como ese ser único e irrepetible que s encausa en pos de una sociedad y la humanidad. La ciudad fue pensada para el desarrollo de la economía, la ciencia y la tecnología, no para la evolución de la humanidad.

Lograr una armonía es difícil, pero más difícil aún va ser construir algo sin percibir que se necesita del ser humano como centro del desarrollo para lograrlo.

LA FRUSTRACIÓN DEL ENCUENTRO COTIDIANO

Durante las cuatro últimas décadas la población urbana de Colombia creció en forma inesperada, más que la misma población rural, lo cual ha implicado un desplazamiento general de pobladores hacia las grandes ciudades, las cuales han visto sus espacios albergando personas que en primera instancia se fueron acoplando al espacio existente de momento, pero poco a poco las zonas periféricas de las ciudades se fueron extendiendo en forma ilimitada.

Este fenómeno de concentración en las ciudades se ha encontrado con un grave problema de planeación y de escasas políticas urbanas integrales, llevando a un desorden funcional de las ciudades, que no permite atender las necesidades humanas y garantizar la seguridad de estos sectores, pues no estaban programadas sus llegadas (parece ser que nunca ha estado o estarán en los planes y planificaciones urbanas), no se ha estado preparado para tal hecho social e histórico.

La urbanización extrema que ha buscado salvar las necesidades

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