La Cooperación

EL DESARROLLO AFECTIVO: LA COOPERACIÓN Barry J. Wadworth

Nuestra responsabilidad como docentes y padres está en generar las condiciones para que la cooperación surja de forma espontanea. La cooperación es un forma de desarrollar parte de la moral en el ser humano, ésta, basada en tres fines según Piaget, la justicia, la propia cooperación y la intencionalidad/ reciprocidad.

Piaget nos demuestra que el niño avanza por etapas tanto en lo cognoscitivo como en lo afectivo, por lo que debemos estar atentos a las fases por las que atraviesan los niños. En ocasiones son castigados por mentir y es tan sólo parte de un estadío, la falta de comprensión entre el niño y el adulto en la situación de la mentira es reciproca pues ninguno entiende la parte correspondiente, y es ahí en donde se dan situaciones tan mencionadas como “dice mi papá que no está”; dando nosotros los ejemplos de cómo mentir a los demás; sin embargo, al avanzar en la edad, entre los 10 y los 11, se toma conciencia de la magnitud de una mentira y se forma un juicio de lo que ésta implica. Lo mismo sucede con los accidentes, hasta tener más edad, el niño puede comprender que algunas situaciones no se hacen con dolo, sino son una casualidad de percance.

Por lo anterior, estemos alertas a encausar a nuestros alumnos hacia una conciencia moral positiva y ejemplar, ya que muchas veces los niños no son guiados y aunque maduren en las etapas, si el ejemplo negativo los arrastra, tendremos insertados a individuos indeseables en la sociedad, y poco se puede lograr cuando la moral es rebasada por una mala influencia que hace ver lo negativo como normal, sin darse cuenta el daño que causan a cuantas personas les rodean.

La falta de respeto por la vida y a las normas que nos rigen como sociedad, falta de valores que nos han llevado a vivir en el miedo, la desconfianza y la falta de cooperación, pues se teme que la persona que pide ayuda o la brinda, no lo haga de buena fe; todo por esa moral que está en muchas personas escondida o que fue una semilla que nunca se sembró y no podremos verla dar frutos.

Saquémosle provecho a ese desarrollo de los conceptos morales del niño, tales como la comprensión a las reglas, la mentira, los accidentes y la justicia; encausándolos con la seguridad de que serán los niños quienes logren concientizar a sus padres y permear en la sociedad, la cultura de la cooperación; que al servir al prójimo tengamos la certeza de lograr la estabilidad social que tanto necesitamos.

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